Si tiene calidad, lo mínimo puede ser abundante

No siempre es necesario aspirar a la perfección en todas las áreas de nuestra vida, a veces, con lo mínimo, es suficiente. Te compartimos claves para el éxito.
Si tiene calidad, lo mínimo puede ser abundante
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 30 octubre, 2016

Quien solo piensa a lo grande, descuidando lo invisible al corazón, acaba resbalando en su propio ego. No debemos por tanto subestimar el poder de lo mínimo, porque solo la semilla de la autenticidad y la integridad de las pequeñas cosas que se hacen con cariño trazan los lienzos más hermosos.

Sobrevivir a estos tiempos complejos supone entender en primer lugar que lo más grande no siempre es lo mejor. A veces, focalizamos nuestra atención en cimas tan altas que quedamos cegados por extraños espejismos. La auténtica grandeza se conquista con los pies descalzos y el alma despierta. Sintiendo cada paso que damos y siendo receptivos a las cosas más pequeñas que aparecen en nuestros caminos. Puesto que es ahí donde surgen las verdaderas oportunidades.

“La falta de sencillez lo estropea todo”

-Miguel de Unamuno-

Resulta curioso cómo a lo largo de nuestra existencia nos hacen creer que una mente compleja es sinónimo de un cerebro genial. Aún más, que quien piensa a lo grande y actúa de igual manera podrá tocar el cielo con la yema de sus dedos. Ahora bien, no existen conquistas fáciles ni una correlación directa entre lo que uno desea y lo que consigue.

En realidad, la auténtica sabiduría reside en quienes son capaces de hacer simple lo complejo, y en aquellos que dan valor a lo mínimo como llave mágica para dar forma a una felicidad auténtica, sin artificios.

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El poder de lo mínimo y nuestro plan de vuelo

Imaginemos por un momento la siguiente situación. Partimos desde Madrid en avión rumbo a Nueva York. El plan de vuelo está totalmente trazado y nadie espera ningún imprevisto. Sin embargo, tras un pequeñísimo error humano se produce una mínima desviación de apenas un grado. Casi sin saber cómo, aterrizamos en Egipto. Queda claro que es una simple metáfora, sin embargo, lo mínimo a veces traza increíbles nuevos destinos.

Pongamos otro ejemplo. Tenemos una pareja que siempre nos dice “cuánto nos quiere”. Sin embargo, hace tiempo que no nos mira a los ojos, que no nos tiene en cuenta. Hasta que de pronto, llega a alguien que, sin esperarlo, nos da un abrazo porque siente que es lo que más necesitamos. Un gesto simple, puro y de gran calidad que actúa como auténtica medicina para nuestra mente y nuestro corazón.

De pronto, ese pequeñísimo acto varía por completo nuestro “plan de vuelo” personal. Nuestra vida da un cambio de 180 grados. 

gota naturaleza representando lo mínimo

Solo a modo de curiosidad, resulta también interesante saber cómo imaginó Leonardo da Vinci la mente humana. Para el genio florentino era como un sofisticado laboratorio que recogía informaciones del entorno a través de los ojos, los oídos y otros órganos de la percepción. Más tarde, todos esos datos se canalizan a través de que llamó “el órgano del sentido común” y que se situaba muy cerca del corazón.

Este esquema fascinante no está exento de cierta verdad. El poder de lo mínimo, cuando actúa con sabiduría y con auténtica calidad, tiene como  brújula interior al sentido común. No podemos olvidar que este tipo de conocimientos se nutren del sustrato de nuestra experiencia personal, nuestro sexto sentido y del delicado y siempre fascinante tejido de la Inteligencia Emocional.

Aprende a pensar en términos sencillos para triunfar en la vida

Todos conocemos el famoso slogan de “menos es más”. Sin embargo, son pocos los que logran aplicarlo con éxito. Los grandes publicistas, por ejemplo, saben que el poder de lo mínimo como mensaje debe ir acompañado por un buen impacto emocional. Frases como “me gusta conducir” o el clásico “Just do it , I’m lovin’ it” de Coca-Cola son ejemplos de ello.

“Ser sabio es el arte de saber qué hay que pasar por alto”

-William James-

Pensar en términos sencillos, para alcanzar la auténtica excelencia en este mundo complejo, implica romper muchos esquemas interiores. Implica a su vez, dejar a un lado lo que no sirve de nada. David Shenk es un escritor y cineasta especializado en potenciar el talento personal. En su libro “Niebla de datos” nos explica que las personas vivimos rodeados por todo un océano de información que no nos sirve de nada. Es necesario desarrollar una actitud crítica.

Te proponemos reflexionar en las siguientes estrategias para lograrlo. Para aplicar el poder de lo mínimo con auténtica calidad.

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El poder de lo mínimo: claves para el éxito

Aprender cada día a despejar la mente nos permitirá ver las cosas de un modo mucho más claro. Algo así requiere tiempo: tiempo para comprender y una relativa distancia para darnos cuenta de ciertas realidades. Para ello, ejercicios como la meditación o el mindfulness nos pueden ayudar.

  • El siguiente paso será sin duda arrancar las raíces del ego. El buen juicio se basa en la capacidad de filtrar los egoísmos de nuestros actos para ver el camino entre las ramas del bosque.
  • Aprende a sintonizar con tu sentido común. te lo indicábamos hace un momento. No tengas miedo a esa voz interior que te dice qué necesitas, que te susurra cómo puedes hacer las cosas y te recuerda por qué hay cosas y personas que es mejor evitar.
  • Escucha, siente, mira. Seguro que también tú te habrás encontrado con ese tipo de personas: las que oyen pero no escuchan. Las que observan pero no ven. Las que hablan y hablan pero no sienten lo que dicen.

Ninguno de estos perfiles comportamentales comprenderá nunca el poder de lo simple, de lo elemental. Sin embargo, quienes sean receptivos a su entorno a través del laboratorio de sentidos que describía Da Vinci, hallarán la auténtica sabiduría.

Porque los pasos más simples son siempre los que nos llevan hacia resultados extraordinarios.

Imágenes cortesía de Elena Sumulova, NatureArt, Creeplight


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