Lo que otras personas piensen de ti es su realidad, no la tuya
Lo que otras personas piensen de ti es su realidad, no la tuya. Ellos saben tu nombre, pero no tu historia, no han vivido en tu piel, ni han calzado tus zapatos. Lo único que los demás saben de ti es lo que tú les has contado o lo que han podido intuir, pero no conocen ni a tus ángeles ni a tus demonios.
Con frecuencia nos cuesta entendernos a nosotros mismos pero nos aventuramos valientes a descifrar el código del sentir ajeno. No se puede tener ningún tipo de certeza de lo que otros sienten. De la misma forma, no podemos saber lo que han vivido y lo que han aprendido o no.
Por lo tanto, no deberíamos darle importancia a lo que los demás dicen de nosotros, pues sus palabras obedecen a una realidad ilusoria que su mente ha creado con el afán de saberlo todo sobre nuestra vida…
Las personas que critican
Hay personas que dan su opinión sobre ti, sobre tu vida y sobre tus decisiones, aunque nadie se la haya pedido. Suelen ser opiniones malintencionadas o carentes de todo criterio cuyo único objetivo es hacer daño, menospreciar y disfrutar del pesar ajeno.
Generalmente, es gente con baja autoestima que no se acepta a sí misma, por lo que difícilmente puede aceptar a los demás. Estas personas ponen etiquetas que reflejan la realidad de cómo se sienten ellas mismas, proyectando así sus dificultades emocionales.
Cómo lidiar con una persona que critica todo el tiempo
A continuación, te daremos algunas recomendaciones para hacerle frente a una persona criticona.
- No te tomes la negatividad como algo personal. Recuerda que no se trata de ti. Si una persona es generalmente criticona, es probable que se queje de cualquiera. Cuando te critiquen, trata de calmarte y recuerda no tomarlo como algo personal.
- Intenta comprender su mensaje. Algunas personas que critican pueden ser malinterpretadas. Es posible que estén tratando de dar buenos consejos pero que resultan negativos debido a su falta de tacto. Dedícale un tiempo a reflexionar sobre lo que te han dicho.
- No discutas. Casi siempre es una pésima idea discutir con una persona criticona. Si alguien es demasiado crítico, no quiere resolver un conflicto. Simplemente quieren quejarse. Incluso si es difícil, trata de resistirte a discutir.
- Ignora. A veces, la mejor manera de tratar con personas demasiado criticonas es aprender a ignorarlas. Para una persona crítica, quejarse y ser quisquilloso es simplemente una forma de vida. Aprende a ignorarlo.
- Ten compasión. Si alguien te critica con frecuencia, ten un poco de compasión. Comprende que solo tienes que tratar con una persona criticona en el momento, mientras que ella tiene que lidiar consigo misma todo el tiempo.
- Hazte valer. No puedes aguantar las críticas indefinidamente. La crítica puede llegar a un punto en el que ya no es tolerable. Sé firme, pero también amable. Expresa tu preocupación en términos simples y concretos, y define tus límites.
- Proporcione algunos comentarios honestos. Una forma de lidiar con personas muy críticas es darles retroalimentación. Algunas personas simplemente son ineficientes para comunicarse con los demás. Es posible que no entiendan cómo ayudar sin parecer críticos o condescendientes.
Somos los únicos que podemos recorrer nuestro camino
Es probable que si nos pudiésemos meter en el cuerpo y la mente de los demás, no nos atreviésemos a juzgar. No obstante, valdría la pena el ofrecimiento para poder valorar nuestra valentía. Sería una verdadera prueba de fuego.
Vive tu vida de la forma que quieras,
no de la que los demás quieren que vivas
Fantasías aparte, debemos asumir como única la responsabilidad de valorarnos y dejar de condenarnos. Lo que los demás piensen de nosotros no nos pone un precio. Es decir, del mismo modo que no dejamos que nos digan qué ropas tenemos que ponernos o cómo debemos vestirnos, no tenemos que permitir que los demás elijan nuestro armario emocional.
Si vivimos conforme a lo que los demás piensen de nosotros, perderemos nuestro estilo y nuestra personalidad. Nos veremos obligados a colocarnos una máscara y nuestra imagen en el espejo solo reflejará nuestra inseguridad y la inexistencia de una autoestima saludable.
Curar nuestra parte dañada por la crítica
Para sanar las heridas emocionales que nos causa la crítica, debemos de tener claro, en primer lugar, que somos personas únicas y excepcionales. Conforme a esto, debemos perderle el miedo a sentir y a pensar por nosotros mismos.
Son los demás los que están juzgando y criticando, no tú. La crítica no constructiva lleva consigo gran pobreza emocional en el mundo interno de quien la realiza. Por lo tanto, si la persona no se deja enriquecer, en estas ocasiones te conviene ser emocionalmente egoísta y “que cada palo aguante su vela”.
Las personas más infelices en este mundo son las personas que se preocupan demasiado por lo que piensen los demás.
Así pues, despréndete de la negatividad y piensa que tu vida es mucho más fácil sin meterte en la vida de los demás. Te damos algunas claves para que te reclames a ti mismo:
- Como hemos comentado, la consecuencia directa de dar crédito a lo que los demás piensen y digan es que acabamos convirtiéndonos en alguien que no somos. Y, por supuesto, querer complacer a otros a costa de nuestra identidad no es para nada saludable.
- ¿Eres una buena madre? ¿Eres una persona con éxito? ¿Eres inteligente? ¿Realizas bien tu trabajo? ¿Les gustas a los demás? Date cuenta de toda la energía que pierdes preocupándote por estas cuestiones.
- De todas maneras, los demás piensan sobre nosotros mucho menos de lo que creemos. Es decir, solemos sentirnos el centro de las miradas del resto de la gente cuando, en realidad, puede que lo que hagamos no sea relevante para muchos de los de nuestro alrededor. Quítate ese miedo, es en gran parte producto de tu imaginación.
- Da igual lo que hagas y como lo hagas, siempre habrá alguien que lo malinterprete. Así que intenta vivir y actuar con naturalidad. Lo que tú haces porque lo sientes siempre será lo correcto. No solo no te podrás justificar, sino que te sentirás falso si no sintonizas contigo mismo.
Para terminar, recuerda que lo que otras personas piensen de ti es su realidad, no la tuya. No permitas que los demás definan tu camino y mucho menos que terminen diciéndote lo que eres o debes ser. Vive, actúa y disfruta de ti con naturalidad, sintonizando con los latidos de tu corazón, esos que te llaman a ser lo que realmente eres.
No esperes que los demás comprendan tu viaje, especialmente si nunca han tenido que recorrer tu camino.
Imagen destacada cortesía de bruniewska
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