Los 5 beneficios más curiosos del estrés, ¿los conocías?

Los 5 beneficios más curiosos del estrés, ¿los conocías?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 01 febrero, 2022

A nadie le gusta sentirse estresado, pero a veces es necesaria cierta dosis, cierta activación para cumplir con una exigencia puntual. Aunque generalmente asociamos el estrés con efectos negativos para la salud, también puede ser beneficioso, en su justa medida y sabiendo cómo usarlo a nuestro favor.

El estrés crónico nunca es bueno, pero las situaciones estresantes son inevitables. Si somos capaces de aprovechar estas situaciones cuando se producen podemos conseguir resultados positivos.

No podemos olvidar que el cerebro humano está diseñado para el estrés. El estrés se activa como sistema de lucha o huida cuando nuestro cerebro percibe una amenaza. Es decir, puede funcionar como un mecanismo de alerta que nos protege ante una amenaza. Sin embargo, aunque las amenazas han cambiado, nuestro sistema sigue respondiendo cuando experimenta esta sensación.

No todo el estrés es igual de negativo

En la actualidad se considera que el estrés es un ingrediente poco saludable. Las personas se quejan por arrastrarlo como si fuera una gran carga, una obligación infinita. Sin embargo, tener cantidades moderadas tiene ventajas.

Mujer estresada con las manos en la cabeza

La respuesta al estrés nos permite reaccionar cuando ocurre algo realmente peligroso y necesitamos desplegar una gran cantidad de energía en un corto espacio de tiempo. Dicho de otra manera, esta sensación ayuda cuando hay “leones” de verdad y no aquellos que imaginamos como una posibilidad entre muchas otras.

En este sentido, una investigación reciente realizada en la Universidad de Berkeley muestra que el estrés moderado de corta duración puede mejorar el estado de alerta, el rendimiento y la memoria.

Según los investigadores, los acontecimientos estresantes e intermitentes son probablemente los que mantienen el cerebro más alerta y los que le permiten desempeñar mejor sus funciones cuando una persona está en peligro. Mientras que muy poco estrés puede conducir al aburrimiento y a la depresión, el exceso puede causar ansiedad y daños para nuestra salud. Sin embargo, la cantidad correcta sintoniza el cerebro y mejora el rendimiento y la salud.

Beneficios del estrés

Como hemos visto, ciertos niveles de estrés pueden ayudarnos a mejorar nuestro rendimiento y también nuestra respuesta a determinados estímulos para ser más eficaces, así como ayudarnos a estar alerta para reaccionar a tiempo.

Manteniendo una actitud positiva hacia el estrés y aprendiendo a manejarlo adecuadamente podemos conseguir que se convierta en una oportunidad para mejorar nuestras capacidades. Concretamente, estos son algunos de los beneficios que podemos obtener:

Aumenta la motivación

Sin cierto nivel de estrés es fácil perder la motivación para terminar algo importante o por seguir mejorando día a día. Cuando nos sentimos un poco estresados es probable que tomemos decisiones o hagamos cosas que nos permitan conseguir lo que buscamos o concluir la tarea pendiente.

Aquí entra en juego la llamada disonancia cognitiva, que se traduce en tensión cuando sentimos que nuestro entorno no coincide con nuestros valores o expectativas. Cuando nos sentimos estresados, es el propio estrés el que nos da un plus de fuerza, tanto física como mental, para cambiar ese entorno. 

Personas haciendo un examen

Mejorar la memoria de trabajo

Una investigación realizada por Universidad Rockefeller y la Universidad de Buffalo encontró que el estrés agudo producido por un breve encuentro con un escenario de tensión actúa en una región cerebral clave que controla la emoción y la cognición y su estimulación provoca la mejora temporal del aprendizaje y la memoria.

Esta investigación muestra que las hormonas del estrés aumentan la transmisión del neurotransmisor glutamato y mejoran la memoria de trabajo, lo que explicaría por qué algunas personas son capaces de rendir mejor bajo presión, por ejemplo, en un examen o en una entrevista de trabajo.

Mejorar el aprendizaje

Sufrir episodios breves de estrés puede ayudar a mejorar las capacidades de aprendizaje. Así lo afirma un estudio publicado en la revista Learning and Memory, que encontró que los sujetos que habían metido sus manos en agua helada antes de participar en dos experimentos de aprendizaje obtuvieron mejores resultados en las dos pruebas que los que no habían sido sometidos a la misma situación estresante.

Sin embargo, no podemos olvidar que elevados niveles, así como el estrés crónico, provocan una disminución evidente del rendimiento, por lo que es importante saber controlar el nivel al que nos exponemos. Intentar no quedarnos cortos, pero tampoco pasarnos.

Ayuda a mejorar las relaciones y a ser más sociable

Según la Asociación Americana de Psicología, el estrés aumenta los niveles de oxitocina, lo que es muy beneficioso para las personas que sufren aislamiento social o tienen relaciones infelices. En estos casos, el estrés puede fortalecer su relación con los demás, ya que es más probable que les ayude a conectar mejor con otras personas. 

Personas trabajando juntas

Además de mejorar la predisposición a las relaciones sociales, puede ayudar a mostrar comportamientos más sociales. Esta es una de las conclusiones de un estudio de la Universidad de Friburgo, que encontró que los participantes, que pasaron por una situación estresante y se emparejaron con un compañero durante unos juegos, estaban más dispuestos a confiar en la persona con la que se asociaron.

Hijos con mejor desarrollo

Tener un embarazo ligeramente estresante parece que tiene sus ventajas y puede beneficiar a los niños. Contrariamente a la creencia popular, niveles de leves a moderados de estrés psicológico de la madre durante el embarazo pueden mejorar realmente la maduración fetal.

Así lo afirma un estudio de la Universidad Johns Hopkins, cuyos datos defienden que las mujeres que sufrieron niveles de leves a moderados de estrés durante el embarazo tenían niños con un desarrollo más avanzado en la primera infancia. Estos niños tenían una mayor desarrollo y mejores habilidades motoras a los dos años que los de las madres que no habían sufrido estrés.


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