Los experimentos de Rupert Sheldrake y la crítica científica
Los experimentos de Rupert Sheldrake han generado fuertes polémicas, principalmente porque no se han podido replicar y esto impide que se pruebe la veracidad o falsedad de sus hipótesis. Aun así, sus teorías han dado mucho de qué hablar y son, sin duda, una propuesta muy interesante sobre la mente humana.
Rupert Sheldrake estudió Ciencias Naturales en la Universidad de Cambridge; finalizando sus estudios recibió el premio a la Botánica Universitaria, en 1963. Después realizó estudios de filosofía e historia de la ciencia en la Universidad de Harvard y más adelante obtuvo un doctorado en bioquímica, también en Cambridge.
Tiempo después ocuparía cargos importantes. Uno de ellos como consultor en el Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para los Trópicos Semiáridos (ICRISAT) en Hyderabad, India. Durante su estancia en ese país, entró en contacto con el monje Bede Griffiths en Tamil Nadu y esto le dio un giro a su trabajo. Así, en 1981 comenzaron los experimentos de Rupert Sheldrake.
“Darwin pensaba que los animales y las plantas, más que especies, podían considerarse como hábitos”.
-Rupert Sheldrake-
La base de los experimentos de Rupert Sheldrake
Definitivamente, los experimentos de Rupert Sheldrake no son fáciles de asimilar para la ciencia más ortodoxa, ya que se aproximan a conceptos que tradicionalmente han sido rechazados por los sectores más positivistas. Ideas como la telepatía, la percepción extrasensorial y otras similares están presentes en su trabajo. Aun así, científicos, como el físico David Bohm, han apoyado su labor.
Todos los experimentos de Rupert Sheldrake están detallados en una tesina de la Universidad de Granada. Allí se muestran los pormenores de los estudios, incluyendo los postulados biológicos de los que parte y la manera como toman forma sus hipótesis.
La base de los experimentos de Rupert Sheldrake surgió en los años 20, en Harvard. Los investigadores hicieron una serie de pruebas con un grupo de ratas. Básicamente les enseñaron a escapar de los laberintos cada vez más rápido. Lo llamativo es que las siguientes generaciones de ratas parecían haber heredado esa memoria y desde el comienzo eran más veloces para salir de laberintos similares.
Hasta ahí el tema es interesante, pero puede que para muchos nada más que eso. Lo verdaderamente sorprendente sucedió cuando se hicieron laboratorios idénticos a los de Harvard en Australia y Escocia con ratas que no tenían nada que ver con las utilizadas en Estados Unidos.
Se comprobó que estas también habían aprendido a resolver el laberinto tan rápido como las del experimento inicial. Los datos son compartidos por la reconocida escritora Rosa Montero.
Los hallazgos de Sheldrake
Rupert Sheldrake comenzó a experimentar con animales y alcanzó unos resultados que tampoco fueron vistos con buenos ojos por la ciencia más ortodoxa. Señaló que había formas de comunicación telepática entre los ejemplares de la misma especie y que esto podría explicar el caso de las ratas de Harvard. Más adelante, el biólogo señaló que esto podría suceder también en los humanos.
En este punto tuvo lugar uno de los experimentos de Rupert Sheldrake más famosos: se le conoce como “experimento de telepatía telefónica”. Básicamente consistía en reunir a un grupo de personas y pedirles que adivinaran quién les estaba llamando cuando sonaba su teléfono. Las personas que podían recibir solamente cuatro llamadas, para contar con unos resultados acotados.
Durante la primera ronda del experimento, el éxito promedio de aciertos fue del 40 %. Sin embargo, durante las siguientes rondas se descubrió que la presunta telepatía era más eficaz cuando el voluntario se sentía más confiado y cuando tenía una conexión emocional fuerte con quien le llamaba. En esas condiciones, los aciertos aumentaron hasta un 85 %.
¿Verdad o charlatanería?
Rupert Sheldrake hizo muchos otros experimentos en los que, por ejemplo, aparentemente se evidenciaba que las mascotas leían la mente de sus dueños. De hecho, sigue experimentando con el tema y cualquiera que desee participar en ellos puede sumarse a través de su página personal.
De sus experimentos, Sheldrake ha concluido que existe una realidad a la que él llama “campos mórficos”. Estos se encuentran presentes y operan en toda la materia, desde los minerales, hasta el ser humano. La idea básica es que un aprendizaje, o un cambio, se transmiten ente los miembros de esa especie, por un mecanismo que vendría a ser telepático, sin que medie la voluntad.
Sheldrake ha sido muy cuestionado por diversos científicos que, en su gran mayoría, definen su teoría como pseudociencia. Sin embargo, Lee Smolin, un físico cuántico, recientemente ha planteado ideas similares a las del británico, bajo un postulado que denomina El principio de procedencia. Este será tema de otro artículo.
Nota de edición: lo expuesto en este artículo está en lo que podríamos considerar límite de la ciencia. Los experimentos que parecen en el artículo han sido muy criticados. En cualquier caso, existe un debate y animamos a lector a que investigue y saque sus propias conclusiones.
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- Sheldrake, R., Smart, P., & Avraamides, L. (2015). Rupert Sheldrake.
- Explore: The Journal of Science and Healing
- 11
- (4), 310-319.