¿Los niños saben odiar?
¿Un niño sabe odiar? No hay respuesta fácil. Si atendemos al filósofo francés Jean-Jacques Rousseau, quien dijo que “el hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado”, es evidente que aprende con el tiempo. Pero, ¿esta es una aseveración absoluta?
A continuación te invitamos a un apasionante viaje a través de la filosofía y la psicología de la mano de grandes pensadores como Hobbes, Kant, Marx, Rousseau, Freud, Piaget o Jovell. Trataremos de dar una respuesta a esta eterna y dolorosa pregunta para tantos padres del mundo.
El odio en el hombre
No es sencillo definir el odio. Los diccionarios se refieren a él como un sentimiento profundo de rechazo y aversión hacia algo o alguien. También lo definen como intenso e incontrolable, como el amor. Por que pese a ser muy diferentes, también van íntimamente ligados.
Los mayores odios de la historia tal vez fueron engendrados en el desamor. La venganza, las pasiones mal entendidas, los celos o el sentimiento de frustración provocados por no sentirse querido puede desatar grandes iras. Algo que nadie reflejó mejor que William Shakespeare a lo largo de su obra.
Son varios los filósofos que han postulado sobre el odio natural o no en los hombres. Si atendemos a Hobbes o Kant, parece obvio que el ser humano nace siendo violento. Nuestro estado natural es agresivo, algo que puede ser refrendado por le comportamiento de los animales.
Por otro lado, Freud señala que el hombre encuentra la tentación en el otro a la hora de satisfacer su propia agresividad. Es un instinto natural que también encontramos en los animales, como hemos apuntado.
En otra línea localizamos a Rousseau y Marx, quienes afirman que el ser humano nace pacífico y sin mácula. Es la sociedad quien corrompe al hombre, por lo que la inocencia es innata y se pierde por acción del grupo.
“El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor”
-Buda-
Las etapas del niño según Piaget
Sea como fuere, ¿puede un niño odiar? Tanto si atendemos a las teorías de la violencia innata como aprendida, ¿cuándo tiene la capacidad de mostrar este sentimiento un chico? Tratemos de dar respuesta a este interrogante analizando a Jean Piaget.
Jean Piaget estableció cuatro etapas en el crecimiento del niño. En su primera fase, de 0 a 2 años, el chico desarrolla el lenguaje, aunque sobre todo usa símbolos y señales. En su evolución ya está dotado de gran inteligencia. Es decir, que entiende e interpreta el entorno y sabe lo que le gusta y lo que no.
Dado que el odio tiene una parte de aversión y profundo rechazo, es obvio que el niño ya experimenta esta parte desde su más tierna infancia. No es lo mismo negarse a tomar un potito que el hecho de que monte una rabieta porque se niega rotundamente a probar ese alimento. Es más, dado que los pequeños apenas controlan sus sentimientos, pueden rechazar o anhelar con mucha fuerza y pasar de un estado al otro en el mismo minuto.
Es evidente que en su primera etapa, el niño ya sabe odiar, aunque sea a algo y no a alguien. Ahora bien, ¿cuándo recibe el pequeño esta información? ¿Está implícito en su código genético? ¿Es un rechazo natural ante lo que le gusta? ¿Tenían razón los defensores de la agresividad innata?
El desarrollo de la inteligencia y el ambiente social
Piaget establece que la inteligencia evoluciona rápidamente hasta los 11 o 12 años. En este periodo, el joven ha sentado las bases de su personalidad y comienza a aplicarlas a diferentes situaciones, como el instinto sexual, la afectividad o la socialización.
Atendiendo a los estudios del doctor Albert J. Jovell, establece que el odio es una enfermedad que debería ser tratada incluso como una cuestión de salud pública. Esto se debe a que los individuos vivimos rodeados de violencia, pues los medios de comunicación y la propia sociedad muestra a todas horas la muerte y agresividad del ser humano. ¿Puede esta circunstancia influir en el niño antes de lo que pensamos?
Para Jovell, el odio es un sentimiento irracional capaz de poseer a un ser humano y nublar su propia razón de forma transitoria o incluso permanente. Es por ello que se necesita de un sistema de prevención adecuado.
¿Cuándo aprende el niño a odiar?
Una vez expuesto el pensamiento de muchas de los investigadores que se han dedicado a reflexionar sobre este asunto, nos quedan dos preguntas por resolver ¿podemos establecer que hay un momento en el que el niño aprende a odiar? Si es así, ¿Cuándo sucede?
Si atendemos a Piaget, la primera etapa de la edad infantil es el momento. El niño ha desarrollado gran inteligencia y capacidad para saber qué le gusta y qué no. Además, sus sentimientos son muy fuertes e incontrolados, por lo que más que animadversión muestra odio.
Es evidente que vivimos en una sociedad en la que la agresividad es real. Pero, ¿es capaz un niño de contagiarse de ese ambiente desde que nace?, ¿tanto influye en un bebé de pocos meses el entorno que le rodea? Si atendemos a los estudios, es evidente que el chico se siente inmerso en su entorno desde el primer momento, por lo que está totalmente expuesto y es permeable.
“Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros”
-Hermann Hesse-
Aunque no es una pregunta de respuesta fácil, según lo que sabemos hoy día, parece que al poner todas las cartas sobre la mesa, el niño que dice o muestra odiar algo o a alguien realmente tiene ese sentimiento, aunque sea meramente transitorio y no sepa con exactitud qué significa. Pero sucede igual con el amor, por lo que no debe ser preocupante a no ser que sea algo excesivamente constante o muy habitual.