
En líneas generales, se puede decir que los traumas son experiencias vividas en etapas pasadas que pueden hacer que una persona se sienta «desbordada» a nivel psicológico. En vista de la gran carga emocional que le suponen a la persona,…
Queremos tenerlo todo bajo control y, cuando parece que lo conseguimos, sucumbimos al agotamiento. Conciliar el trabajo, la familia, la pareja, la casa, los amigos… es un problema cada vez más frecuente. Nuestras vidas se ocupan a medida que cumplimos años, aparecen cada vez más responsabilidades y queremos cumplir con todas ellas. Este es uno de los motivos por los que podemos terminar sufriendo el síndrome de burnout.
Entre los más afectados por este síndrome están los padres y las madres, que ven a veces anulados sus intereses en favor de los de sus hijos. Si es vuestro caso, ha llegado el momento de actuar; si nos descuidamos, por paradójico que parezca, terminaremos agotados, sin fuerzas, y también descuidando a nuestros hijos.
Padecer este síndrome supone experimentar un estrés intenso y perjudicial debido a intentos fallidos de conciliar la vida parental, la social o el cuidarse a una misma. A menudo, es un problema que afecta a las madres, ya que son ellas las que han cuidado tradicionalmente de los hijos. Afortunadamente, cada vez más padres ejercen como tal en toda la extensión de su rol, aunque esto suponga que también ellos se vean afectados por el estrés.
Las madres agotadas se identifican por experimentar altos niveles de estrés debido a sus intentos fallidos por conciliar la vida parental, la social o el cuidarse a uno misma.
El síndrome de burnout que caracteriza a las madres agotadas es esencialmente eso, un estrés muy agudo o crónico que se genera cuando se tiene la sensación de que todo desborda, de que todo se hace mal, de que no se tiene el control de nada. Sentir estrés nos mantiene vivos, es el resultado de la segregación de adrenalina o cortisol, hormonas que en el pasado nos ayudaban a mantenernos con vida o estar preparados para correr por nuestra vida delante de un depredador. El problema viene cuando esta amenaza en realidad no existe.
Hoy en día las causas de nuestro estrés son muy distintas, pero nuestro cuerpo sigue preparándonos para situaciones primitivas de supervivencia. Es por ello que resulta fundamental establecer bien nuestras prioridades.
Como ya hemos indicado, la causa principal del síndrome de burnout es el estrés que generan los intentos por compaginar o conciliar los aspectos más importantes de nuestra vida. La familia, los amigos, el trabajo, nuestra vida íntima… son esenciales para nosotros, y no poder conciliarlos todos, sin caer en el descuido, genera frustración y enfado.
Aunque pueda parecer ridículo, a menudo pensamos que somos capaces de ir a trabajar temprano, atender a los hijos, tener una vida en pareja saludable, reunir a la familia una vez por semana, salir por la noche con los amigos y, además, descansar plácidamente. Desgraciadamente, no somos superhéroes ni superheroínas: necesitamos aprender a organizar nuestro tiempo desde una perspectiva real.
Las madres agotadas necesitan organizar su tiempo desde una perspectiva real para combatir el síndrome de burnout que experimentan.
Saber si somos madres agotadas que padecen este síndrome es sencillo: si nos afecta, no seremos capaces de conciliar bien el sueño, pensaremos con obsesión en el tiempo libre que no tenemos, culparemos a las personas de nuestro entorno de los problemas. Preferiremos aislarnos y dejar a un lado la vida social para tomarnos un respiro y dormitar en el sofá. Esto llevará al aislamiento: los seres queridos pueden dejar de contar con nosotros, precipitando que nos sintamos solos y culpables.
Para solucionar el problema, es clave que:
No debemos sentirnos fracasados por no tener todo bajo control. Nuestra mente tiene más cabida que nuestras manos, y eso no es malo. De hecho, nuestro principal objetivo debería ser buscar tiempo para disfrutar de esos pequeños ratos, tanto en soledad como con los demás, encontrar la paz y transmitírsela a las personas que nos rodean.