Mercedes Sosa, biografía de una voz prodigiosa

Mercedes Sosa fue una mujer con voz privilegiada que comenzó su carrera a los 15 años y nunca dejó de cosechar grandes éxitos. También fue una persona comprometida con la causa de la justicia y de los derechos humanos, que jamás traicionó sus convicciones.
Mercedes Sosa, biografía de una voz prodigiosa
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 18 febrero, 2020

Mercedes Sosa se enfrentó a dos conciertos en los que apenas podría lidiar con sus propias emociones. El primero tuvo lugar en Barcelona, en 1973, durante su primera presentación en España. El país estaba gobernado por la dictadura de Francisco Franco y se prohibió hacerle publicidad a su presentación. Sin embargo, la gente llegó en masa a corear sus canciones y “La Negra” terminó llorando de emoción.

El segundo de esos conciertos inolvidables ocurrió en febrero, diez años después. Ella volvía a presentarse en su país tras un amargo exilio. Los argentinos coreaban sus canciones y Mercedes confesó que se vio obligada a no mirar al público porque, de hacerlo, se habría desecho en llanto.

Se cuenta que después de ese concierto el almirante Carlos Alberto Lacoste preguntó: “¿Quién dio permiso a Mercedes Sosa para estar en mi país?”.

“Lo peor que le puede pasar a uno es no creer en nada. Quien no cree en nada se vuelve extranjero de la vida”.

-Mercedes Sosa-

Esa fue Mercedes Sosa, “la Voz de América”, una mujer de origen humilde que nunca transigió con los poderes abusivos y que tuvo que pagar en carne propia su principio de coherencia. También, y sobre todo, fue una voz prodigiosa que hizo del canto una forma de narrar la realidad latinoamericana para todo el mundo.

Mercedes Sosa de perfil

Mercedes Sosa, una niña humilde

Su nombre de pila era Haydée Mercedes Sosa, aunque sus padres  habían acordado que se llamaría Marta Mercedes. El padre fue quien la registró y decidió cambiar los planes a última hora. Aún así, durante toda la vida su familia la llamó “la Marta”. Vino al mundo el 9 de julio de 1935 en San Miguel de Tucumán, Argentina.

Hay un dato curioso respecto a la fecha de su nacimiento y a la fecha de su muerte. Mercedes nació el mismo día en que se celebra la Independencia de Argentina, la cual fue firmada precisamente en su ciudad natal, Tucumán. Unos 74 años después, la Negra murió un día 4 de octubre, fecha que coincidía con la del nacimiento de Violeta Parra, una mujer a la que Mercedes le dio fama mundial.

Sosa era hija de un humilde obrero de un ingenio azucarero y de una mujer que se ganaba la vida lavando ropas para familias acomodadas. Sus padres eran peronistas convencidos y el 17 de octubre de 1950 viajaron a Buenos Aires para celebrar el Día de la lealtad peronista. En esa misma fecha, la maestra de canto faltó a su colegio y ella fue encargada de cantar el Himno Nacional de Argentina. Esta se convirtió en su primera presentación en público.

El comienzo de una carrera exitosa

Algunas compañeras del colegio la convencieron para que fuera a una emisora local que, en ese momento, estaba llevando a cabo un concurso de canto. Mercedes se decidió y, al concluir su presentación para ser admitida, el dueño de la emisora anunció que el concurso había terminado, porque ahí estaba la ganadora.

Desde entonces, Mercedes comenzó a cantar regularmente en la radio. En 1957, se casó con Óscar Matus, un músico folclórico y ambos se trasladaron a Mendoza, una provincia argentina a la que amó entrañablemente.

Tiempo después, nació su hijo, Fabián Matus. Junto a su esposo y el poeta Armando Tejada Gómez, crearon el movimiento del Nuevo Cancionero latinoamericano.

El matrimonio duró solo ocho años y su esposo la abandonó para irse con otra mujer. Mercedes se trasladó a Buenos Aires y en ese mismo año ocurrió un evento casi mágico. Durante el Festival Folklórico de Cosquín, el más importante de ese género en Argentina, el músico Jorge Cafrune la invitó a cantar en tarima, aunque ella no estaba invitada, pero fascinó al público de inmediato.

Mercedes Sosa tocando un intrumento

La Voz de América

Desde aquel momento, el éxito de Mercedes Sosa ya no se detuvo nunca. Al principio conquistó a su país, luego a toda América Latina y después al mundo entero.

Encontró una nueva pareja, “Pocho” Mazzitelli, un representante de músicos que nunca la dejó. Fueron épocas felices para ella y no dudó en catalogar a su segundo esposo como “el gran amor” de su vida.

Tras el golpe militar en Argentina, llegaron tiempos difíciles para ella. Al principio, sus discos fueron prohibidos y ella fue incluida dentro de la lista negra de la dictadura.

En 1978, durante un recital en La Plata, una de sus presentaciones fue interrumpida por los militares, que la cachetearon en público y la detuvieron a ella y al resto de asistentes. Este evento la llevó a exiliarse, primero en París y, más tarde, en Madrid.

El exilio fue una experiencia amarga, sobre todo porque coincidió con la muerte de su compañero. Dijo que tardó nueve años en aceptar esa pérdida. Pese a todo, el amor, e incluso la veneración del público y el canto, le devolvieron el gusto por estar viva.

Vinieron nuevos conciertos, nuevos experimentos musicales con rock incluido. Y luego la muerte, el 4 de octubre de 2009 en un hospital de Buenos Aires a la edad de 74 años con una carrera más que consagrada y una voz absolutamente inmortal.


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  • Braceli, R. E. (2003). Mercedes Sosa: la negra. Sudamericana.

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