Miedo a sufrir de nuevo una depresión: ¿qué puedo hacer?

Tener miedo a sufrir una recaída en depresión es un fenómeno normal. Por ello, es esencial ofrecer al paciente adecuadas herramientas para prevenir esas situaciones.
Miedo a sufrir de nuevo una depresión: ¿qué puedo hacer?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 24 febrero, 2022

Son muchas las personas que tienen miedo a sufrir de nuevo una depresión. Pensar en una recaída es algo turbador, porque tras haber emergido de ese túnel tan oscuro, la normalidad a veces suele inquietar. Uno logra por fin tener el control de su vida y aunque se mire al futuro con esperanza, cuesta un poco mantener la confianza en que no volveremos a transitar por ese terreno psicológico tan angosto.

A pesar de ello, las evidencias están ahí: las recaídas antes de los cinco años son fenómenos frecuentes, en especial, en quienes padecen un trastorno depresivo persistente. Esto es algo que desde el campo clínico debe tenerse en cuenta. Sobre todo para trazar enfoques terapéuticos orientados a prevenir esas situaciones que siempre se viven con un exceso de culpabilidad y abatimiento.

Muchos pacientes que lidian con una recaída arrastran con ellos profundos sentimientos de negatividad e incluso de vergüenza. Esa sensación de falibilidad provoca que el trastorno depresivo sea en ocasiones de mayor gravedad que el anterior. Por tanto, pocas cosas son más decisivas que trabajar con las personas ese miedo, ofreciendo adecuadas estrategias para la prevención.

Hombre triste pensando su miedo a sufrir de nuevo una depresión
Las recaídas en la depresión constituyen una realidad clínica común, pero esto no significa que tengamos el 100 % de probabilidad de sufrirla de nuevo.

¿Qué hacer si tengo miedo a sufrir de nuevo una depresión?

Cuando una persona supera una depresión suele vivir con angustia cualquier momento bajo o mal día puntual. La sombra del pasado sigue ahí. El miedo persiste y se resiste. Por ello, resulta esencial que comprendan en primer lugar que la recuperación nunca es estática o lineal; siempre hay momentos residuales en los que el malestar emocional puede hacer acto de presencia.

Asimismo, y no menos importante, también es bueno recordar que la vida no es un sendero de bienestar permanente. Todos lidiamos con momentos grises de vez en cuando. Aceptar esos momentos “puntuales” sin anticipar lo peor también es una herramienta que debe integrarse. La regulación de los pensamientos negativos debe ser nuestro valuarte.

El pasado no dicta nuestro futuro, haber sufrido un trastorno psicológico no significa que volvamos a recaer en él con un 100 % de probabilidad. Es momento de dejar espacio al miedo teniendo en cuenta una serie de interesantes factores.

La teoría de las cicatrices: ¿qué probabilidad tengo de sufrir una recaída?

La Universidad de Minnesota publicó un estudio en el que se analizaba el riesgo de recaída en la depresión. Para ello, se utilizó un enfoque muy interesante. La teoría de las cicatrices nos dice que hay personas con una vulnerabilidad mayor en cuanto a la recurrencia depresiva. Las variables que mediarían en este riesgo son las siguientes:

  • Quienes ya padecieron depresión en la infancia o la adolescencia suelen recaer con mayor frecuencia.
  • El factor biológico y genético es otro elemento a considerar.
  • Cicatrices cognitivas: prevalecer en un enfoque mental negativo y autocrítico es una variable importante.
  • También debemos tener en cuenta las “cicatrices psicosociales“.  El entorno familiar o personal del paciente o su situación económica son desencadenantes para que la depresión vuelva a aparecer.
  • Sabemos que padecer estados de ansiedad o sufrir un trastorno depresivo persistente eleva hasta el 80 % el riesgo de caer de nuevo.

Estrategias para manejar el miedo a sufrir de nuevo una depresión

La depresión es una condición que requiere un tratamiento psicológico a corto y largo plazo. ¿Qué significa esto? Que nuestro abordaje no termina cuando nos dan el alta en terapia. Esa condición mental seguirá llamando a nuestra puerta, sobre todo, si quedan algunos pequeños síntomas residuales.

La voluntad firme de mejora y el apoyo del entorno son clave para seguir manteniendo el control tras haber finalizado la terapia y el tratamiento farmacológico. Debemos ser conscientes de que esa etapa es la más relevante, porque deberemos aplicar aquello que hemos aprendido durante las sesiones con el psicólogo.

Estudios, como el llevado a cabo en la Universidad de Oxford, inciden en que el mejor enfoque para evitar la aparición de recaídas es la terapia cognitiva basada en el mindfulness. Estas serían sus bases:

  • Ser más conscientes de los propios patrones de funcionamiento habitual (pensamientos, emociones y acciones) y sus consecuencias.
  • Aprender a ser cálidos, compasivos y respetuosos con nosotros mismos.
  • Aceptar nuestra forma de ser.
  • Aceptar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarnos ni criticarnos.
  • Afrontar las dificultades de manera constructiva sin dejarnos llevar por la angustia.
  • Aprender habilidades basadas en mindfulness para gestionar mejor el estrés, la ansiedad…
Mujer triste con las manos en la cara
Si queremos evitar recaídas en la depresión, es clave que cuidemos mejor de nosotros mismos, focalizándonos en el aquí y ahora para vivir de forma más saludable.

¿Cuáles serían los primeros síntomas de una nueva recaída?

Hay síntomas residuales que evidencian en muchos casos que en realidad una depresión no se superó del todo. Esto puede hacer que a los pocos meses la persona muestre un patrón muy concreto, que por lo general se manifiesta del siguiente modo:

  • Síntomas residuales cognitivos: actitudes y pensamientos negativos, elevada autocrítica, sensación de indefensión e inutilidad, falta de confianza en uno mismo y en el futuro.
  • Síntomas residuales físicos: agotamiento constante, falta de energía y alteraciones del sueño.

Ante cualquiera de estas situaciones, no dudemos en solicitar ayuda profesional. Una vez más, tengamos presente un aspecto: tener recaídas es algo normal. Y no empezaremos de cero, empezaremos desde una posición más hábil, puesto que ya superamos esa depresión una vez. Volveremos a hacerlo de nuevo.


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