Misoginia: 15 características de las personas misóginas
La misoginia es un problema que ha afectado a las sociedades desde tiempos inmemoriales. Esta aversión hacia lo femenino se manifiesta en actitudes evidentes y directas, y en formas sutiles y cotidianas que, muchas veces, pasan desapercibidas.
Está asociada a una serie de prejuicios hacia la mujer, además de conductas discriminatorias, creencias irracionales y muchos estereotipos negativos. Conoce aquí las 15 características fundamentales de una persona misógina.
¿Cómo son las personas misóginas?
El término «misoginia» está formado por la raíz griega miseo, que significa «odiar», y gyne, que significa «mujer». Así, la palabra misoginia se refiere al odio, el rechazo, la aversión y el desprecio de un sujeto, hacia las mujeres y, en general, hacia todo lo relacionado con lo femenino.
El odio que se desprende a través de la misoginia puede ser más o menos disimulado, y se dirige no solamente hacia las mujeres, sino también hacia las niñas. Pero, ¿cómo es una persona misógina? ¿Cuáles son sus características? Veamos las más relevantes:
1. Cosificación del cuerpo de la mujer
Una de las características de las personas misóginas es que perciben a las mujeres como objetos o cosas destinadas a dar placer y a criar. Este pensamiento resta valor a la persona y socaba su dignidad, ya que se la visualiza como alguien que debe cumplir unas determinadas funciones. Cosificar también es reducir su identidad a propiedades estéticas o funcionales.
2. Animar a los demás a cosificar
Otro de los rasgos de estos sujetos es que tienden a animar a los demás a que también cosifiquen a la mujer. Así, ser misógino también implica una manera de inclusión y legitimación en un determinado grupo social casi siempre integrado por varones. A raíz de ello, la persona misógina hace comentarios despectivos u ofensivos a las mujeres y puede animar a los demás a hacerlo. Según un artículo de la BBC, en Estados Unidos se han conformado grupos de odio hacia corrientes sociales, como el feminismo, en estos conglomerados se reitera un discurso de superioridad masculino y de inferioridad hacia las mujeres.
3. Violencia y actitudes machistas
En casos más extremos, la persona misógina emplea la violencia machista. Puede hacerlo a través de actitudes más hostiles, o también por medio de comentarios, comportamientos o incluso basados en la agresión física o verbal. Esta violencia se dirige a las mujeres de forma sistemática, solamente por el mero hecho de serlo.
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4. Marginación de la mujer
Las personas misóginas tienden a marginar y a aislar a las mujeres. Aquellos le dan menos valor a sus comentarios o aportaciones. Son sujetos que evitan relacionarse con mujeres más allá del ámbito profesional o de determinadas tareas. Incluso, en la actualidad, existe un movimiento que reivindica un estilo de vida alejado de las mujeres y del matrimonio tradicional, denominado: Men Go Their Own Way.
5. Rechazo al liderazgo femenino
Otra de las características de las personas misóginas es el rechazo del liderazgo femenino. Así, el misógino ve con mal ojo a todo aquel que busque dar visibilidad al feminismo o a la mujer más allá de sus roles tradicionales. Se defiende una visión tradicional de las cosas, donde las decisiones importantes «deben» ser tomadas por hombres.
6. Relacionar la baja cultura con la mujer
Estas personas tienden a considerar que las mujeres consumen formas menores de cultura, o que son menos cultas. En el plano misógino, el concepto de lo femenino va asociado a conductas como leer «malas novelas», consumir programas basura, escuchar malas canciones. En definitiva, se trata de una mirada crítica y prejuiciosa sobre lo que consume la mujer a nivel cultural.
7. Puritanismo selectivo
Una de las características de las personas misóginas es que tienden a usar de manera selectiva una moral similar a la puritana en todo lo relacionado con la sexualidad. Esta moral selectiva la aplican solo cuando juzgan el comportamiento de las damas.
Además, son personas que denigran a las mujeres que visten o actúan de una determinada manera, catalogándolas como promiscuas, muy sexuales, etc. En cambio, con los hombres no emiten este tipo de comentarios sexistas.
8. Hostilidad verbal o física
El individuo misógino realiza comentarios agresivos y despectivos contra la mujer. Por ejemplo, realiza chistes burlones, comentarios negativos sobre el cuerpo de ellas y afirmaciones sobre la incapacidad de la mujer para realizar alguna acción. Asimismo, pueden recurrir a la intimidación física y al acoso. Según la CEPAL, solo en el año 2021, 4473 mujeres fueron víctimas de feminicidios en América Latina y el Caribe.
9. Indiferencia hacia los problemas femeninos
Otra de las características de las personas misóginas es que minimizan los problemas que afectan a las mujeres, al argumentar que estos son exagerados, con el objetivo de darles una importancia que no tienen. De igual modo, ridiculizan temas como el acoso sexual, la brecha salarial, los derechos reproductivos, etc.
10. Rechazan la igualdad de género
Los hombres misóginos perciben la igualdad de género como una amenaza a su posición de poder. Pueden creen que estas ideas conllevan un discurso de opresión para sus privilegios como varones. También pueden pensar que significa darles a las mujeres más derechos que a los hombres.
11. Control y dominación
Otra de las características de las personas misóginas es el control que ejercen sobre las mujeres. Esto se refleja en comportamientos manipuladores, como hacerlas sentir culpable o inseguras para que se sometan a la dominación que se desea ejercer sobre ellas, a través de la crítica de su apariencia física o comportamientos, como manifiesta una publicación de la revista Ra Ximhai en el que se aborda las circunstancias culturales que llevaron a los estados modernos a ejercer control sobre el cuerpo femenino. Limitar el acceso a una buena fuente de recursos financieros también es otra forma de dominio misógino.
12. Desdén hacia las víctimas de violencia de género
Una de las características de las personas misóginas es que dirigen la culpa hacia las víctimas de la violencia de género. Argumentan que estos actos ocurren porque las mujeres no actúan con precaución o incitan a otros con su vestimenta. Además, asumen que las denuncias sobre este tipo de violencia son infundadas, lo cual victimiza de forma doble a las mujeres abusadas, e invisibiliza al agresor.
13. Favorecen a los hombres
Les dan mayor valor y prioridad a las necesidades de los hombres. Este favoritismo puede observarse en las decisiones laborales, las relaciones sociales y en las dinámicas familiares, donde constantemente minimizan a las mujeres. Un ejemplo claro de esta condición de vulnerabilidad que sufre el género femenino es el llamado «techo de cristal», el cual manifiesta la presencia minoritaria de mujeres en entornos de decisión y cargos importantes, en especial en el mundo empresarial.
14. No respetan el tiempo ni el esfuerzo de las mujeres
Otra de las características de las personas misóginas es que menosprecian el trabajo, el tiempo, la dedicación y el esfuerzo de las mujeres. No reconocen la contribución que ellas hacen en diferentes ámbitos, como el hogar, la sociedad, el trabajo, la escuela.
15. Ignorar a las mujeres
En conversaciones y debates, los misóginos no le prestan atención a las mujeres y las interrumpen cuando toman la palabra. Lo que ellas puedan decir no tiene valor y, por ende, son silenciadas e ignoradas.
¿Por qué algunas personas son misóginas?
No hay unas causas definidas que expliquen en su totalidad la misogínia. No obstante, existen varios factores que influyen en su aparición.
- Crianza: Algunas personas son educadas en familias que tienen roles de género tradicionales, donde la mujer ocupa un lugar de subordinación. Estos roles le indican a la persona cómo debe tratar a las mujeres y qué esperar de ellas. Con el tiempo, esto puede desembocar en actitudes misóginas.
- Miedo a perder el poder: En muchas sociedades, los varones ocupan un lugar de poder desde el cual ejercen el control sobre las mujeres y otros grupos. En este contexto, la misoginia opera como una estrategia defensiva de odio.
- Experiencias negativas: Las vivencias traumáticas (abusos, maltratos, violaciones) vividas con una o varias mujeres puede propiciar que el odio se generalice hacia todas las mujeres.
- Normas religiosas: La cultura y la religión pueden tener un papel importante en la formación de una persona misógina. En algunas tradiciones, las mujeres ocupan roles sumisos y subordinados que perpetúan la misoginia entre la población.
Ninguno de estos factores justifica el odio hacia las mujeres. La comprensión de estas posibles causas debe ayudar a las sociedades a dirigir esfuerzos preventivos para contrarrestar el desarrollo de actitudes misóginas en las personas.
Psicología social y misoginia
La psicología social ha empleado dos modelos para entender la actitud misógina: el tipo tridimensional y unidimensional. Aquellos desgranan el concepto de «actitud», pudiéndolos aplicar por herencia a la actitud misógina.
Modelo tridimensional
Dentro de un enfoque tridimensional, la perspectiva misógina puede describirse como una tendencia a reaccionar ante ciertos estímulos de maneras específicas, ya sea en términos emocionales, cognitivos o de comportamiento. Bajo este prisma, la actitud se desglosa en tres aspectos fundamentales:
- Emocional: Refleja las emociones o sensaciones que suscita el sujeto de interés, en este contexto, las mujeres.
- Cognitivo: Se refiere a cómo se visualiza y se entiende el sujeto, incluyendo las opiniones, convicciones y suposiciones al respecto, las cuales pueden ser tanto positivas como negativas.
- Comportamental: Indica una inclinación o propensión a comportarse de cierta forma hacia el sujeto, lo cual puede manifestarse como discriminación, evidenciada por el trato desigual hacia las mujeres.
Modelo unidimensional
Desde la perspectiva del modelo unidimensional, la actitud se visualiza como una inclinación general, ya sea positiva o negativa, hacia alguien o algo. En relación con la misoginia, se orienta hacia las mujeres.
Este enfoque se estructura en dos fundamentos esenciales: las convicciones o creencias y el propósito comportamental, que es la tendencia a actuar de un modo específico hacia la mujer; en este contexto, de manera desfavorable o discriminatoria.
Cómo afrontar la misoginia
Lidiar con este tipo de personas no es nada sencillo, pero puede ser de utilidad saber qué hacer ante ellas. Te dejamos algunas recomendaciones para enfrentar las actitudes misóginas.
- Hazlas visibles: Al encontrarte con estos comportamientos, no guardes silencio. Usa un lenguaje claro y asertivo para señalar y desafiar el comportamiento misógino.
- Reporta la conducta: Si tienes un compañero de trabajo misógino, documenta los incidentes negativos que ha tenido contigo y luego acércate a las figuras de autoridad o al departamento de bienestar para discutir lo que has vivido.
- Prioriza tu bienestar: Tu salud mental y física es primero. Establece límites claros y comunícaselos a la persona misógina. Si los ignoras o la situación empeora, aléjate de ella o cambia de entorno.
- Apoya y fomenta ambientes de respeto: Ayuda a construir una cultura de respeto. Participa en talleres de sensibilización, donde se dicten charlas sobre igualdad de género. Anima a otras personas a unirse. Esto te dará mayores herramientas para lidiar con los misóginos.
- Cuídate: Dedícate tiempo de calidad, realiza actividades de relajación y ejercicios que te reconforten, como meditación, lectura, escuchar música, bailar, etc. Haz algo que disfrutes.
- Reafirma tu valor: Recuérdate que eres digna de ser tratada con respeto, además de una persona con mucho que aportar a la vida.
Si la misoginia te esta causando demasiado malestar y está afectando tu bienestar, consulta con un experto en salud mental. Con su ayuda podrás adquirir herramientas para procesar tus emociones y enfrentar lo que estás viviendo.
Reflexiones finales
La misoginia se trata de una conducta machista y sexista, que se fundamenta en unas bases prejuiciosas hacia el cuerpo de la mujer y hacia su persona. Implica actos discriminativos y, en casos extremos, hasta violentos, hacia ellas.
Como siempre, la educación puede ser la gran herramienta que nos permita erradicar este tipo de actitudes y comportamientos. Si buscamos una sociedad justa e igualitaria, la misoginia no tiene ningún lugar que pueda ocupar.
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