Neurociencias de los antioxidantes
Sumergirnos en las neurociencias de los antioxidantes es ir a las profundidades del organismo y ver cómo es su interacción con estas moléculas. Sobre todo, conocer cómo nos favorecen y con qué variables se relacionan.
Así, al hablar de neurociencias, hacemos referencia a un campo multidisciplinar que se dedica el estudio del sistema nervioso. Lo hace desde la biología, la psicología, la medicina, la ingeniería y la educación. ¡Profundicemos en la relación del sistema nervioso con los antioxidantes!
Neurociencias de los antioxidantes: la neurodegeneración
Para comprender las neurociencias de los antioxidantes, debemos comprender el estrés oxidativo. Consiste en una situación compleja en la que se produce un desequilibrio entre la disponibilidad de antioxidantes y la generación de especies reactivas al oxígeno.
Todo esto acompañado por una selectividad poco hábil de la barrera hematoencefálica que hace que se reduzca la difusión de antioxidantes esenciales. Por ejemplo, como la vitamina E.
Antioxidantes y enfermedades relacionadas con el sistema nervioso
El estrés oxidativo se ha estudiado en las enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson. Además, se ha visto que el daño oxidativo podría estar relacionado con la etiología de la enfermedad, es decir, con el origen.
Sucede que el sistema nervioso consume oxígeno en grandes cantidades para poder desempeñar sus funciones. Esto hace que se incremente la producción de radicales libres. Ahora bien, el escape de las especies reactivas de oxígeno de los mecanismos antioxidantes y su acumulación progresiva ocasiona el daño estructural de algunas proteínas.
Según Díaz-Hung y González Fraguela, en el artículo que publicaron para la Sociedad Española de Neurología, estas alteraciones moleculares resultan excesivas en las poblaciones neuronales de procesos patológicos como la enfermedad de Alzheimer y afectan a las neuronas piramidales, la sustancia negra y la corteza parietal, entre otras; áreas que están afectados en estas enfermedades.
Ahora bien, aunque haya evidencia que resalte la importancia de los mecanismos antioxidantes en relación con estas patologías. El uso de antioxidantes como forma de protección ha dado resultado negativo, sobre todo, con la vitamina C y E.
Aunque, autores como González- González, Pérez- Cortéz, Flores-Aldana y Macías-Morales, en su artículo publicado Medwave, sugieren que el ácido lipólico ha sido bien tolerado en el tratamiento clínico de la esclerosis múltiple. Llegaron a esta conclusión tras una revisión bibliográfica en relación con la esclerosis múltiple y la dieta.
Además, el estrés oxidativo ha sido vinculado a la hiperexitación neuronal, cambios en la fluidez de la membrana y pérdida neuronal en el cerebelo; asunto que podría estar relacionado con desórdenes del espectro autista y la epilepsia.
La alimentación integral
Como veníamos diciendo, los antioxidantes son compuestos capaces de inhibir la oxidación de los lípidos. Esta actividad puede jugar un papel importante neutralizando los radicales libres, protegiendo así las células.
Por lo tanto, su consumo es esencial para la conservación de las funciones del organismo. De hecho, ayudan a combatir el deterioro causado por el envejecimiento celular. Sin embargo, no podemos ver este consumo como la solución de todos los males. Ayuda, pero es importante mantener una nutrición equilibrada.
Además, en caso de contar con alguna enfermedad de las mencionadas, haremos bien en prestarle la atención que requiere. En todos los casos, consultar con un profesional es la medida más inteligente.
Ahora bien, ¿qué alimentos son ricos en antioxidantes? Cítricos, al igual que la coliflor, las espinacas, la soja y los pimientos. Es decir, los encontramos en los carotenos, lipocenos, selinio y las vitaminas A, C y E. Como vemos, si contamos con una dieta equilibrada suelen estar presentes casi por defecto.
Neurociencias de los antioxidantes y el rendimiento cognitivo
La cognición, es decir, se puede beneficiar del consumo de los antioxidantes. ¿Cómo? La dieta mediterránea favorece las funciones cognitivas. Su alto contenido de polifenoles, moléculas que contrarrestan el declive cognitivo asociado con el envejecimiento debido a su funcionamiento antioxidante, favorece la eliminación de los radicales libres causados por la oxidación.
En este sentido, el uso de los nutrientes en las proporciones adecuadas contribuiría a mejorar la salud. No solo a nivel físico sino mental. Sin embargo, todavía necesitamos más estudios para la evaluación y comparación de diferentes resultados prácticos para comprender del todo cómo funciona. Sobre todo, para encontrar una forma de modular o retrasar las enfermedades neurodegenerativas a través de mecanismos e acción de antioxidantes.
En suma, los antioxidantes fortalecen la nutrición sana, ayudándonos a sumar peldaños para mejorar nuestra calidad de vida. Parecen jugar un papel esencial en la prevención del envejecimiento celular y estar relacionados con las enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, no contamos con una teoría clara, más allá de su uso como factor preventivo, acompañado de otros factores.
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Benages, E.I. (2009). Nutrientes y función cognitiva. Nutrición Hospitalaria, 2(2), 3-12.
González-González, L., Pérez-Cortéz, J.G. Flres-Aldana, M., Macías-Morales, N., & Hernández-Girón, C. (2015). Uso de antioxidantes como terapia dietética en pacientes con esclerósis múltiple. Mdwave, 15(01),
Hung, M.D., & Fraguela, M. G. (2014). El estrés oxidativo en las enfermedades neurológicas: ¿causa o consecuencia? Neurología: Publicación oficial de la Sociedad Española de Neurología, 29(8), 451-452.