Si no le gustas a alguien, siempre tiene la alternativa de marcharse

Si no le gustas a alguien, siempre tiene la alternativa de marcharse
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 20 julio, 2019

Si no le gustas a alguien, si caes le mal, que no te mire si así lo quiere, que se aleje si es lo que desea. No estás aquí para complacer a nadie ni para tolerar lo intolerable. Elige siempre la distancia tranquila a la falsa hipocresía.

Los expertos en la llamada psicología interpersonal (encargada en estudiar los vínculos de las personas con sus contextos sociales más próximos) nos dicen que, por término medio, de todas las personas que nos cruzamos en un día, a un 10% de ellas no les agradaríamos en caso de conocerlas. A saber: no encajarían en nuestros mapas personales ni en el rompecabezas de nuestra vida.

“Yo no escribo para gustar a todo el mundo. Tampoco para desagradar. Escribo solo para desasosegar”

-José Saramago-

Al igual que a lo largo de nuestras jornadas llevamos a cabo pequeñas rutinas de “higiene personal” para mantener la salud y tener buena imagen, es necesario que empecemos a practicar también lo que se conoce como “higiene mental”. Uno de sus primeros postulados es tan sencillo como esencial: no intentes gustar a todo el mundo. Es una fuente sufrimiento realmente inútil.

Ahora bien, el no gustar no implica que debamos reaccionar con rotundidad o severidad marcando territorio. Al fin y al cabo, la convivencia no debería ser tan complicada. Se basa solo en “ser” y “dejar ser”. En “no me hagas a mi lo que no quieras para ti”.

Hemos de ser hábiles arquitectos de esa sinceridad respetuosa y constructiva donde nadie queda dañado. Ahí donde no se recurra nunca más a esa falsa hipocresía que todos vemos cada día en nuestros contextos más cercanos.

Te proponemos reflexionar sobre ello.

gif mujer tapándose cara

Cuando no gustas a las personas que te importan

El gustar o no gustar a determinadas personas en ocasiones, nos trae sin cuidado. Esto es así porque no existe ningún vínculo significativo, porque no hay ninguna atribución emocional hacia ese individuo en concreto. Ahora bien, lo más complejo llega cuando nos damos cuenta de que no agradamos ni encajamos con figuras de relevancia que nos son muy cercanas.

Hay momentos vitales tan amargos como complejos. Pensemos en un adolescente o un joven recién entrado en la edad adulta, que toma plena conciencia de que su forma de ser, pensamientos y valores no encajan con los de sus padres. A su vez, también resulta doloroso percibir que no gustamos a alguien que nos atrae. Que carecemos de esa “chispa” con la que generar una complicidad, una atracción, una intimidad.

En caso de que a día de hoy estemos viviendo estas situaciones, es necesario que lo enfoquemos del siguiente modo.

  • Lo que los demás opinen de nosotros jamás debería ser más importante que lo que nosotros mismos opinemos sobre nuestra persona. No dejes que tu autoestima se sustente por ningún tipo de jerarquía. Si no le agrada tu carácter a tu familia, la raíz del verdadero problema lo tienen ellos, no tú. Así que no lo hagas, no te alejes de tus esencias, de aquello que te define, de aquello que te ofrece luz, vida y carácter.
rostro mujer

Otro aspecto a tener en cuenta es la búsqueda constante de aprobación que muchas personas necesitan de sus entornos para sentir que de verdad “valen algo”. Nunca te dejes llevar por esta corriente tan peligrosa. Las palabras ajenas no te definen, te define tu amor propio. 

  • Es necesario que sepamos con claridad quiénes somos, qué nos define y qué razones tenemos para sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Además, es recomendable concedernos el pleno derecho a ser imperfectos.
  • Lo que piensen u opinen los demás jamás debería estar por encima de tus propias creencias, expectativas o valores.
  • Debes ser capaz de practicar la honestidad contigo mismo. Entiende que si no le gustas a alguien, no hay que forzar lo imposible ni conformarnos con falsas “migajas”. El cariño o el amor forzado no sirve, no es útil, es veneno.

Así pues, recuerda, no está en nuestras manos ni en nuestra obligación gustar a todo el mundo a la fuerza. Si alguien no te respeta tal y como eres, es que no te quiere tal y como mereces.

El tejido sutil de la hipocresía

Hay hipócritas camuflados de mejores amigos. Existen falsos amores que navegan en amargos océanos embestidos por vientos hipócritas. También hay padres y madres que se venden sus buenas dotes como educadores, cuando en realidad, ni tan solo conocen las necesidades de sus hijos.

“Cuando la hipocresía empieza a ser de muy mala calidad, ya es hora de decir la verdad”

-Bertolt Brecht-

El tejido sutil de la falsa hipocresía está presente en muchos de nuestros contextos más cercanos. Aún más, incluso somos capaces de identificarla y de tolerarla. Seguro que cerca de ti hay alguien que cada día, te recuerda lo bien que le caes, cuánto le gustas y lo admirable que resultas. ¡Es que todo lo haces bien!”, te comentan con un aire donde rezuma cierta falsedad, cierto olor a incómoda hipocresía.

hombre de espaldas

No lo hagas, no permitas estas conductas. A corto plazo son asfixiantes y a largo plazo destructivas. De hecho, hipócrita deriva de “hypokrisis”, que significa fingir, actuar o hablar con máscaras. Por su parte, y como dato a tener en cuenta, Noam Chomsky, lingüista y analista social, decía que la hipocresía es en realidad uno de los peores males de nuestra sociedad.

Llevada o aplicada a esferas más complejas es capaz de promover injusticias, como las desigualdades, la guerra y todo tipo de vulneraciones en este marco perverso de engaño. No es lo adecuado. Hay que romper este hábito y dejar caer las máscaras para convivir con mayor integridad, con mayor respeto.

Si algo no nos gusta o nos parece una injusticia, no hay que bajar la cabeza y ceder porque así lo esperan otros. Si no le gustas a alguien, que se aleje, que se marche si así lo quiere, pero que no despliegue el baile ritual de la falsedad. Que no te traigan nubes de hipocresía cuando tu defiendes la claridad de los corazones dignos, y por supuesto, respetuosos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.