Nueve maneras de relajar la mente

Nueve maneras de relajar la mente
Sara Clemente

Escrito y verificado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Dejar la mente en blanco es una mera afirmación, pero, en la práctica, no es posible. Lo que sí podemos es enfocarla hacia un objeto concreto y relajante, que nos ayude a desestresarnos. En una época en la que la mayoría de personas vamos a un ritmo acelerado, es necesario tomarse un tiempo al día para relajar la mente y eliminar el estrés.

“Cada día tiene una opción: practicar el estrés o practicar la paz.”

-Joan Borysenko-

Elige tu propia manera de relajar la mente

Conseguir relajar la mente es una cuestión meramente práctica. Y, para ello, hay diferentes formas de lograrlo. Con ello, podremos rebajar nuestros niveles de estrés y ansiedad. A continuación te explicamos 9 ideas que te ayudarán. Puedes hacerlo con la que te sientas más cómodo.

1. Pared blanca

Cerramos los ojos y visualizamos una pared inmensa blanca. Mientras la mente está concentrada en recrear su color blanco, no hay lugar para más pensamientos. En el caso de que fuera complicado mantener la concentración, podemos pensar en un frase relacionada, como “visualizo una pared blanca”.

2. Manos sin fuerza

técnicas de relajación

Cerramos los ojos, colocamos las palmas de las manos hacia arriba y nos concentramos por completo en las manos. Sentimos cómo se quedan sin fuerza. Mientras tanto podemos ir pensando “las manos cada vez están más débiles, pierden fuerza”.

3. Concentración total en el ruido de la respiración

Cierra los ojos, inspira y expira lentamente. La mente debe estar concentrada por completo en el ruido que hacemos al respirar y la sensación de entrada y salida del aire. Lo ideal es centrarse en la salida y en entrada del aire justo fuera de la nariz, mientras respiramos de forma abdominal. Y es importante no juzgar ningún pensamiento que nos venga a la mente, sino observarlos y dejarlos pasar.

“Lo único que hacemos es experimentar lo que sucede en nuestra mente y cómo esto se relaciona con todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Lo más importante no es el objeto, sino el propio hecho de atenderse a uno mismo y sobre todo, el darse cuenta de que no somos nuestros pensamientos”. 

-Jon Kabat-Zinn-

Puede haber momentos en los que la mente se te vaya hacia otra parte, ya sean problemas o actividades que debemos hacer ese día. Cuando aparezcan otros pensamientos, debemos repetirnos interiormente la frase “solo me concentro en la respiración. De esa manera, desplazamos todo pensamiento y volvemos a dejar la mente relajada y concentrada en la respiración.

4. Música relajante

Siéntate en algún lugar cómodo y pon música suave, de violines, guitarra, naturaleza, agua, música clásica, etc. Cada persona es un mundo y, para lo que uno puede ser relajante, para otro no tiene por qué serlo. Por ello, busca el sonido o música que  te haga sentir en calma.

Cierra los ojos y sumérgete en esas notas. Imagina que las notas musicales cobran forma y van hacia ti, entran en tu mente y cuerpo y te hacen sentir en paz. Siente ese estado de conexión con la música. Penetra en ti y te limpia  de toda negatividad, te deja en un estado de relajación total.

“En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.”

-Arthur Schopenhauer-

5. Salida a la naturaleza

Salir a tomar contacto con la naturaleza es de las tareas más relajantes que existen. Contemplar el agua del mar, cascadas, naturaleza verde, etc. Nos deja en un estado de desconexión de los problemas.

Siempre es mejor verlo en primera persona, pero si no es posible, visualizar imágenes o vídeos de naturaleza también ayuda a que la mente se desestrese. Lo que entra por la vista es altamente importante. No solo debemos tener cuidado con lo que pensamos, sino también con lo que vemos.

Si salimos a dar un paseo por la naturaleza, es muy importante que intentemos estar en el presente. Caminar lentamente, respirar con lentitud y apreciar cada detalle que nos ofrece nuestro planeta: una flor, un árbol, un pájaro, las olas del mar…

observar la naturaleza

6. Toma un baño

Toma un baño relajante con tiempo, con el agua caliente, música lenta de fondo, adornos bonitos, decóralo a tu manera y disfruta de ello. Siente como el agua acaricia tu piel, desplaza la mano por encima del agua haciendo ruido y concéntrate en el sonido del agua. A menudo nos tomamos las duchas como algo rutinario, pero es importante de vez en cuando, tomarse el tiempo suficiente para disfrutarlas a fondo.

Si no tienes tiempo para tomarte un baño o te sientes mal por al agua que puedes llegar a gastar, entonces aprende a disfrutar de cada ducha que te des. Siente el agua que te cae en la cabeza, en los hombros…

Siente el agua como un elemento puro, que se lleva por delante no sólo las impurezas físicas, sino las mentales. Arrastra nuestro estrés, nuestra ansiedad, nuestras preocupaciones. Haz que cada ducha sea un ritual purificador externo e interno.

7. Haz deporte

Hacer deporte está demostrado que libera dopaminas y endorfinas. En el momento de hacer ejercicio se “quema” el estrés y se produce una sensación de “subidón”. Pero el efecto relajante aparece después de hacerlo.

Es importante que nos guste hacerlo. Para ello, se puede buscar una manera de hacer ejercicio que a la vez nos guste, y que no nos suponga hacerlo como una obligación. 

El deporte es algo muy subjetivo. A unos les gusta correr, a otros el gimnasio, a otros practicar un juego en equipo. Busca aquello que encaje contigo y conviértelo en algo más en tu vida. Te sentirás mucho mejor tanto a nivel físico como mental.

8. Practica tus hobbies

Muchas personas, debido al ritmo de vida al que se ven sometidas, dejan de lado sus aficiones. La mente se relaja cuando estamos haciendo algo que nos gusta, por ello, debemos poner en práctica lo que nos gusta. Hay cientos de actividades que hacer y siempre se puede sacar algo de tiempo para llevarlo a cabo.

Desde leer, pintar un cuadro, decorar la casa, reformar algo viejo, ver una película, hacer bisutería, jugar a las cartas, cantar, tocar la guitarra, bailar, etc… Hay muchísimas actividades que pueden relajarte, busca la que te guste y te haga olvidar los problemas.

Procura que la tarea que escojas no sea en el ordenador, a algunas personas puede relajarlas, pero habitualmente las tareas cibernéticas estresan porque hay demasiada información que procesar.

9. Usa tu imaginación

utiliza la imaginación

Imaginar es gratis y muchas veces, es muy gratificante. Túmbate boca arriba, cierra los ojos y crea tu propio viaje mental. Imagina que estás radiante de felicidad en el sitio que más te guste, en la compañía que más desees y visualizas lo bien que te lo pasas.

Como es tu propia película imaginada donde tú eres el protagonista, no escatimes en fantasear. Es una manera de relajarse, porque la felicidad que siente la mente cuando pasa algo real es la misma que cuando recibe imaginación positiva.

Para relajar la mente, no te presiones

Relajar la mente es una tarea que se consigue a base de mucha práctica y paciencia. Si te pones a hacerlo y sientes que no lo consigues, no desesperes, no es necesario que te fuerces si ves que todavía no estás preparado, mejor dejarlo para otro día sin obligarte. Es muy importante saber que, en nuestros primeros intentos de relajar la mente, nos invadirán cientos de pensamientos.

No debemos asustarnos, es completamente normal. No es más que una señal de lo poco acostumbrados que estamos al manejo de nuestra mente. 

Al final, de tanto practicar, llegará un momento que saldrá de forma natural. Para empezar basta con hacer pequeños intentos, una vez vayamos avanzando y consiguiendo relax, podemos incluirlo como hábito, aunque sean de 15 a 20 minutos diarios.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.