Pensamientos rumiativos y depresión

¿Existe relación entre pensamientos rumiativos y depresión? Según la teoría de los estilos de respuesta de Susan Nolen-Hoeksema, sí. A través de esta teoría, conoceremos qué efectos puede tener la rumiación en la depresión.
Pensamientos rumiativos y depresión
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 24 octubre, 2020

Pensamientos rumiativos y depresión: ¿existe alguna relación entre estos conceptos? Según un modelo explicativo de la depresión, sí. Susan Nolen-Hoeksema (1959-2013), psicóloga americana y profesora de psicología en la Universidad de Yale (EEUU), propuso en el año 1991 una teoría que intentaba explicar qué factores influían en el curso de la depresión.

Pero, ¿qué dice exactamente este modelo? Haremos un recorrido por el mismo para encontrar los efectos de este tipo de pensamientos en un trastorno tan grave como la depresión y finalmente hablaremos de una revisión científica que también habla de esta posible relación.

Pensamientos rumiativos y depresión

Susan Nolen-Hoeksema elaboró un modelo explicativo de la depresión denominado teoría de los estilos de respuesta. A través de su teoría, la psicóloga sugiere que si la persona que padece depresión manifiesta un estilo de pensamiento rumiativo (pensamiento rumiativo) ante los primeros síntomas del trastorno, dicho estilo influirá en la duración y la gravedad del trastorno. Es decir, a mayor número (e intensidad) de pensamientos rumiativos, mayor duración y gravedad de la depresión.

En otras palabras, según la autora del modelo, los pensamientos rumiativos de la persona cronificarían la depresión y exacerbarían los síntomas de la misma. En cambio, en personas que muestran un estilo activo de pensamiento, basado en la distracción o en la solución de problemas, el trastorno sería menos grave y no se cronificaría.

“La depresión viene sigilosamente, y muchas personas no se dan cuenta que llegó”.

-Anónimo-

Mujer triste dudando

La rumiación y los estilos de respuesta

Antes de seguir explicando el modelo de Nolen-Hoeksema, vamos a explicar en qué consisten los pensamientos rumiativos (o un estilo de respuesta rumiativo, según la autora). Cabe mencionar que existe un pequeño matiz entre ambos conceptos.

Así, mientras que los pensamientos rumiativos (rumiación) implican un patrón mental obsesivo en el que una persona oscila entre los distintos aspectos de una cuestión (pasando de un pensamiento a otro sin encontrar ninguna solución, dándole vueltas a las cosas); el estilo de respuesta rumiativo fue definido por Nolen-Hoeksema como un proceso mental que nos lleva a focalizar la atención en los síntomas del trastorno y en las implicaciones del mismo en uno mismo.

De esta manera, encontramos que el estilo de respuesta rumiativo se centraría en los síntomas del trastorno y los pensamientos rumiativos en las cosas en general. Hecho este pequeño matiz, vamos a seguir adelante utilizando de manera indistinta ambos conceptos.

¿Cuándo aparecen los pensamientos rumiativos?

Los pensamientos rumiativos no aparecen únicamente en las personas con depresión, sino también en personas sin ningún trastorno mental o con algún otro tipo de trastorno (por ejemplo, un trastorno de ansiedad). Sin embargo, cuando aparecen en personas con depresión (siempre según el modelo de Susan), la persona no pone en marcha ninguna estrategia de afrontamiento, sino que se dedica a darle mil vueltas a sus propios síntomas y a las consecuencias de los mismos.

En pocas palabras, el paciente no se ocupa de su problema, sino que se preocupa (incesantemente) de él. En este sentido, no hace nada para cambiar su situación.

Recordar (o aclarar) aquí que este patrón de respuesta no lo manifiestan todas las personas con depresión, lógicamente; la autora del modelo solo habla de las consecuencias de dicho patrón en las personas que sí lo manifiestan.

¿Por qué aparecen estos pensamientos?

Siguiendo con la teoría de los estilos de respuesta de Susan Nolen-Hoeksema, como hemos visto, existiría una relación entre pensamientos rumiativos y depresión. La autora sugiere que el origen de este tipo de pensamientos surge de dos factores.

  • Por un lado, de un aprendizaje infantil por modelado (es decir, reproduciríamos, de forma consciente o inconsciente, modelos que hemos aprendido durante la infancia).
  • Y por el otro, de prácticas de socialización insuficientes o inadecuadas, que no aportarían al paciente un repertorio de conductas más adaptativas (necesarias para afrontar la depresión).

Efectos de los pensamientos rumiativos en la depresión

Según la autora del modelo, existen una serie de mecanismos que permiten entender por qué este tipo de pensamientos influyen y empeoran la depresión. ¿Cuáles son? Encontramos cuatro.

Aparición de círculos viciosos

Se producen círculos viciosos entre el estado de ánimo deprimido del paciente y las cogniciones negativas que surgen de este. De esta forma, el paciente entraría en un bucle: su estado de ánimo, al ser depresivo, influiría negativamente en sus cogniciones; éstas, a su vez, aumentarían el estado de ánimo depresivo.

No se generan soluciones efectivas

Otro mecanismo que explicaría la relación entre pensamientos rumiativos y depresión sería la no generación de soluciones efectivas por parte del paciente. Es decir, como la persona está demasiado ocupada en preocuparse de sus síntomas, eso impediría la puesta en práctica de una solución efectiva para cambiar su situación o su estado de ánimo.

Se produce una interferencia

Al estar continuamente rumiando, se produce una interferencia de las conductas instrumentales que podrían aportarnos un refuerzo positivo o un placer. A su vez, perdemos sensación de control. En pocas palabras: si estamos rumiando, no podemos aplicar conductas adaptativas y por lo tanto nos “anclamos” en la depresión.

Debilitamiento del apoyo social

Finalmente, según S. Nolen-Holeksma, el debilitamiento del apoyo social también nacería del contexto de pensamientos rumiativos y depresión.

Así, las personas del entorno acabarían rechazando a la persona con depresión o incluso criticándola, al ver que está continuamente preocupándose de su situación sin hacer nada para cambiarla. Puede sonar injusto, pero esto pasa y el entorno es una pieza clave para superar una depresión (más concretamente, el apoyo social percibido).

Mujer triste

Neurociencias, depresión y rumiación

Rayner, Jackson y Wilson (2016) realizaron una revisión científica para intentar arrojar luz a la posible relación entre pensamientos rumiativos y rumiación. A través de ella, analizaron los hallazgos de 59 estudios de neuroimagen funcional en adultos con depresión de tipo unipolar.

Los autores encontraron lo siguiente: existen dos redes neurocognitivas que podrían explicar parte de los síntomas de la depresión. Estas son: la red de la memoria autobiográfica (AMN) y la red del control cognitivo (CCN). En su revisión, Rayner et al. (2016) encontró que la hiperactividad de la AMN se relaciona con tres síntomas de la depresión: pensamientos rumiativos, autoculpa y crianza patológica de los hijos.

También se encontró un funcionamiento debilitado o anómalo de la otra red, la CNN, lo que se relacionaba con pensamientos automáticos negativos (los PANs de Aaron Beck, similares a los pensamientos rumiativos), baja concentración y distorsiones cognitivas.

Como hemos visto, pensamientos rumiativos y depresión tienen mucha relación. Así, este tipo de pensamientos podrían empeorar el curso de la depresión, por lo que tratarlos en terapia adecuadamente puede ayudar a reducir el impacto de la misma y su gravedad. Existen múltiples técnicas que nos permiten detener este tipo de pensamientos, como, por ejemplo, la parada del pensamiento y técnicas complementarias, como la relajación.


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