¿Perciben igual la infidelidad los hombres y las mujeres?
La infidelidad es uno de los obstáculos más grandes por los que puede pasar una relación. De hecho, en la mayoría de los casos, es la causa de la ruptura de la misma. Dentro de esos casos, en varios el problema nace de las diferencias individuales que puedan existir en la definición de infidelidad. Así, por ejemplo, parece que hombres y mujeres no la entienden de la misma manera.
En realidad, no es tan fácil en algunos casos determinar si ha ocurrido una infidelidad o no. Si nos vamos al consenso más fuerte, encontramos que la mayoría de las personas está de acuerdo en que se produce cuando se mantienen relaciones sexuales con alguien fuera de la pareja.
Pero, ¿qué hay de enviar mensajes de texto a alguien y mantenerlo en secreto? ¿Qué hay de recibir fotos sugerentes a través de redes sociales u otros medios de comunicación digital? Por otro lado, ¿mantener la amistad con una antigua pareja puede ser considera infidelidad?
Estas son cuestiones importantes que en todas las parejas merecen un diálogo y un acuerdo consensuado en el que los límites sean claros. Esto es especialmente importante si le hacemos caso a un estudio que ha encontrado datos que respaldan la hipótesis de que los hombres y las mujeres generalmente tienen ideas muy diferentes sobre lo que realmente significa ser infiel. No aclararlo y no llegar a un acuerdo puede dar lugar a graves problemas en la relación.
Las percepciones de infidelidad difieren entre hombres y mujeres
La investigación publicada en Sexual & Relationship Therapy ha identificado las diferencias más importantes entre hombres y mujeres en la definición de infidelidad. Los autores investigaron si la infidelidad percibida puede predecirse a partir del sexo, la religión, el miedo a la intimidad y la sensibilidad al rechazo. En el estudio se afirma que “Saber lo que tu pareja cree que es infidelidad podría salvar una relación si ambos comparten la perspectiva del otro, lo que hace que el tema de las diferentes percepciones sobre este concepto sea digno de investigación”.
Para determinar cómo el género, entre otros factores, influye en las percepciones de infidelidad, los investigadores pidieron a 354 estudiantes universitarios que completaran un cuestionario sobre el tema. Los participantes clasificaron diferentes actos de 1 (definitivamente no infidelidad) a 4 (definitivamente infidelidad), incluyendo actos sexuales, como besos o relaciones sexuales; acciones emocionales, como enamorarse, pero no actuar en consecuencia; y fantasear, como ir a un club de striptease o ver pornografía.
En el cuestionario también aparecían preguntas destinadas a determinar otros aspectos que podían guardar una relación significativa con la percepción de infidelidad, como su miedo al rechazo y la ansiedad. Con respecto al miedo a la intimidad y la sensibilidad al rechazo, no hubo diferencia entre los géneros. Sin embargo, las mujeres consideraron con mayor frecuencia que la “comunión” suponía de por sí una infidelidad, entendiendo por comunión el intercambio de pensamientos y sentimientos íntimos, especialmente a nivel mental o espiritual.
Las mujeres del estudio fueron más propensas a considerar los actos basados en el sexo y las emociones como infidelidades. En este punto, para la mayoría de los hombres solo los actos, como el intercambio sexual, son calificados como infidelidad. Sin embargo, para las mujeres el intercambio de pensamientos y sentimientos íntimos, especialmente cuando el intercambio es a nivel mental o espiritual, también serían susceptibles de ser considerados como una infidelidad. Por supuesto, habría excepciones en los dos sexos.
Las mujeres, más sensibles a la infidelidad emocional
La sugerencia de que las mujeres incluyen una variedad mayor de actos, conductuales o mentales, que considerarían una infidelidad es respaldada por investigaciones previas. “Este patrón de hallazgos sugiere que las mujeres son más sensibles que los hombres a posibles violaciones relacionadas con la infidelidad dentro de los límites de una relación romántica” escriben los autores. “Los que están más arriba en la escala de la comunión son más sensibles, posiblemente como una forma de salvaguardar su relación con un ser querido”.
El estudio podría ayudar a los terapeutas de pareja a educar a sus clientes/pacientes. Así, con independencia de lo que hayan hecho uno u otro, o puedan hacer, si las parejas deciden seguir adelante deben alcanzar un acuerdo en el que queden claros ciertos límites. Por otro lado, lo que ocurre es que algunas de las personas que cometen una infidelidad, a ojos de su pareja, según su criterio no la han cometido. Señalar y trabajar este punto puede ser clave para alcanzar una reconciliación y el acuerdo que antes hemos señalado.
Por otro lado, si alguien no sabe/intuye que el otro puede considerar algo de lo que hace como infidelidad, ¿por qué no iba a hacerlo o a seguir haciéndolo? “Un resultado ideal de la intervención terapéutica sería una mayor comprensión y comunicación entre los socios, el compromiso de la relación y la satisfacción de la relación”, concluyó el estudio.
En cualquier caso, lejos de ser una cuestión puramente abstracta, las diferencias individuales en los “criterios de infidelidad” pueden marcar el curso de una relación, generando resentimientos y malos entendidos. De ahí que, aunque no sea un tema cómodo, es una de las conversaciones que toda pareja debería mantener al comienzo de su relación por el bienestar y progreso de la misma.