La personalidad y el efecto placebo: una relación llamativa

El efecto placebo ha sido objeto de distintas investigaciones. Sin embargo, hasta el día de hoy no se ha logrado explicar del todo el mecanismo con el que opera. Una investigación en Estados Unidos aporta datos interesantes.
La personalidad y el efecto placebo: una relación llamativa
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 02 enero, 2022

El efecto placebo es uno de los fenómenos más interesantes y enigmáticos. De hecho, la ciencia no cuenta con una explicación precisa, aunque sí con un boceto muy aproximado. En este sentido, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Michigan encontró que está relacionado con la personalidad de un individuo.

Recordemos que se le da el nombre de efecto placebo a los cambios que esperaríamos que se produjesen en la persona en una condición similar a la que la persona piensa que está viviendo. Por ejemplo, es muy común que en las investigaciones exista un grupo control al que se le diga que se le está aplicando una intervención -fármaco- cuando no es así. Lo curioso es que en muchos casos este grupo no tratado experimenta una mejoría.

Del efecto placebo se habla desde el siglo XVIII, cuando los médicos de la época notaron que algunas sustancias o intervenciones producían resultados positivos en los pacientes, aunque fueran inocuos. Sin embargo, solo hasta 1955 Henry Beecher demostró el efecto como tal y lo registró dentro de las prácticas investigativas y médicas.

Terminamos encontrando que la influencia mayor provenía de una serie de factores relacionados con la capacidad individual para recuperarse de las adversidades, para soportar y superar los estresores y las situaciones difíciles. Las personas con estos factores fueron las que mostraron la capacidad mayor para tomar la información ambiental [el placebo] y convertirla en un cambio en la biología”.

-Jon-Kar Zubieta-

Mano sosteniendo una pastilla

El efecto placebo

En general, desde el siglo XX se habla del efecto placebo como una suerte de cura por sugestión. Se produce por la ingestión de supuestos medicamentos, pero también a partir de fisioterapia, procedimientos médicos e incluso cirugías.

Se ha comprobado que este efecto produce variaciones sobre parámetros tan objetivos como la presión arterial, frecuencia cardiaca, temperatura corporal y otros -es decir, no se trata solamente de que la persona piense que está mejorando-.

También se ha verificado que se puede traducir en cambios fisiológicos complejos, como liberación de endorfinas para la reducción del dolor, o de dopamina para el control de síntomas en párkinson o asma.

Además, hay evidencia de que el efecto placebo puede mantenerse en el tiempo. En pocas palabras, en algunos casos puede ser tan eficaz y duradero como un “tratamiento real”.

La relación entre la personalidad y el efecto placebo

Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Michigan en colaboración con la Universidad de Carolina del norte y la Universidad de Maryland concluyó que existe una relación consistente entre la personalidad y el efecto placebo. Al parecer, cuanto más hostiles son las personas, menos opera el efecto placebo; a la vez, cuanto más resilientes, más eficaz es este.

Para realizar este estudio se trabajó con 50 voluntarios, hombres y mujeres sanos, con edades comprendidas entre los 19 y los 38 años. A todos se les practicó un cuestionario para identificar sus rasgos de personalidad.

Luego se les pidió que se acostaran en un escáner de tomografía y se les dijo que les aplicarían una inyección de solución salina, que les provocaría algo de dolor. En algún momento de la prueba, también se les aplicaría un anestésico para aliviar este síntoma.

Así mismo, se les pidió que clasificaran cuánto alivio esperaban que les produjera el anestésico. Debían responder a esta pregunta antes de iniciar la prueba. Como se podrá suponer, tal anestésico era el placebo.

Chico pensando

Los resultados del experimento

La prueba duró 20 minutos, y durante ese lapso los participantes recibieron la inyección de solución salina y el supuesto anestésico, de forma alternada. Mientras tanto, se observó la actividad cerebral.

En particular, se hizo un seguimiento sobre la cantidad de opioides naturales que se liberaban en ciertas zonas. Este era un indicador tanto de la experiencia de dolor, como de su alivio. Así mismo, se tomaron muestras de sangre de algunos de los voluntarios, con el objetivo de medir sus niveles de cortisol, la hormona del estrés.

En los resultados finales se encontró que en las personas con ciertos rasgos de personalidad el efecto placebo parecía tener mayor eficacia. Los rasgos decisivos eran la resiliencia, honestidad y altruismo. A la vez, en quienes menos operaba este efecto era en quienes tenían como rasgos dominantes la ira y la hostilidad.

Los investigadores son conscientes de que el experimento se hizo con un número muy pequeño de voluntarios. Por eso, han advertido que se deben hacer pruebas con un mayor número de personas, con el objetivo de llegar a conclusiones más confiables. Sin embargo, este estudio por sí solo es muy sugerente y arroja nuevas luces sobre este fenómeno tan interesante: el efecto placebo.


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  • Peciña M, Azhar H, Love TM, Lu T, Fredrickson BL, Stohler CS, Zubieta JK. Personality trait predictors of placebo analgesia and neurobiological correlates. Neuropsychopharmacology. 2013 Mar;38(4):639-46. doi: 10.1038/npp.2012.227. Epub 2012 Nov 16. PMID: 23187726; PMCID: PMC3572460.

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