¿Piensas que eres una persona educada?

La educación abre puertas principales. Esta es una idea atemporal, clásica. Así, hoy queremos reflexionar sobre qué significa exactamente eso de "ser educados" y también sobre las ventajas que podemos obtener realmente al comportarnos de esta manera.
¿Piensas que eres una persona educada?
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 04 agosto, 2022

La educación es uno de los pilares de nuestra sociedad, y también de nuestros intereses. Los padres se esfuerzan porque sus hijos acudan a buenos colegios y reciban unos conocimientos de calidad, y ya de adultos continuamos aprendiendo y nutriendo nuestra mente para cultivarnos y mejorar profesionalmente. Sin embargo, ser educado va mucho más allá de un título académico. Los buenos modales pueden abrirnos más puertas de las que pensamos.

Actualmente, la buena educación no parece estar de moda y se premian más las actitudes desenfadadas, descaradas e individualistas. Parece que estamos perdiendo de vista el gran valor de estas normas de convivencia, del respeto y la consideración hacia el otro. Por esto, este es un buen momento para recordarlo.

¿En qué consiste ser educado?

La buena educación es la habilidad para comportarnos de manera adecuada en diferentes contextos sociales. Está relacionada con el respeto, la amabilidad y la consideración hacia el otro; también con el decoro y el saber estar. Una persona educada es aquella que dice “por favor”, “gracias” o “disculpa”, pero no como un autómata, sino comprendiendo realmente en qué consisten los intercambios sociales y sabiendo desenvolverse en ellos.

Finalmente, la educación (entendida en este sentido) es un conjunto de normas, valores y actuaciones que favorecen la convivencia. Poseen un fuerte componente cultural, por lo que pueden diferir en gran manera en función del momento histórico y el lugar geográfico en que nos encontremos. Sin embargo, en todo caso, favorecen las relaciones armoniosas y de cooperación entre los integrantes de una sociedad.

Madre e hija hablando
La buena educación favorece la comunicación y la empatía en nuestras relaciones.

¿Estamos perdiendo los modales?

Aunque es difícil responder categóricamente a esta cuestión, lo cierto es que en la actualidad otorgamos menos relevancia a la buena educación y a las normas de cortesía. Pese a que los estilos educativos tradicionales (principalmente autoritarios) no sean los más adecuados, sí ponían el foco en la obediencia, el respeto y el saber estar, por lo que los buenos modales estaban presentes.

En la actualidad, observamos estilos educativos más democráticos y respetuosos, pero que en ocasiones pecan de excesivamente indulgentes y de falta de límites. La educación no es innata, es necesario enseñarla como parte del proceso de socialización, y es una tarea principalmente de las familias.

Por otro lado, hay ciertas características de nuestras sociedades actuales que también contribuyen a esta pérdida de modales:

  • En nuestros entornos se refuerza el individualismo (“¡qué bien! ¡Lo has hecho tú solo!”) y la competitividad (“premio al mejor expediente”). Esto nos hace perder de vista que todos necesitamos de los demás para subsistir; queramos o no, somos seres dependientes -una dependencia que puede ser más o menos saludable-.
  • Llevamos un ritmo de vida frenético y acelerado en el que no encontramos lugar para pararnos a pensar en el otro. Estamos tan inmersos en nuestras propias prisas, asuntos y obligaciones que no reparamos en el trato que le estamos dando al interlocutor.
  • Paradójicamente, vivir en grandes urbes a veces nos aísla más que nos conecta. Nos hace vivir con un sentimiento de inseguridad y sospecha hacia el otro, que nos lleva a la evitación más que al acercamiento cordial.
  • La independencia, la decisión y el carácter fuerte son cualidades ensalzadas y valoradas a nivel personal y laboral; por ello, tratamos de desarrollarlas. Sin embargo, si no hallamos un sano equilibrio, podemos caer en la prepotencia, la soberbia y la mala educación.

Los beneficios de ser educado

Ahora bien, si te está preguntado por qué motivo contrarrestar esta tendencia actual, aquí tienes algunos de los beneficios que ser educado puede reportarle a cualquier persona:

1. Convivencia pacífica y armoniosa

Como hemos comentado, la buena educación sirve para fomentar la cooperación y la convivencia en sociedad. Como seres sociales, tenemos que relacionarnos con multitud de personas cada día y cumplir ciertas normas de cortesía puede hacer estas interacciones mucho más positivas y satisfactorias, amén de evitarnos conflictos.

Desde la persona que te atiende en el supermercado, hasta tus compañeros de trabajo o tus hijos, todas las personas responderán mejor si son tratadas con respeto y consideración, y esto hará que la experiencia social y el día a día sean mucho más agradables para ambas partes.

2. Relaciones más sanas

Si hablamos de vínculos más cercanos y con un componente emocional, ser educado sigue siendo una clave fundamental. De hecho, algunas investigaciones han encontrado que la amabilidad es uno de los principales componentes de las relaciones de pareja duraderas y satisfactorias.

La buena educación suaviza las conversaciones, muestra respeto y buena disposición; ayuda a que la otra persona se sienta apreciada y tenida en cuenta y fomenta una respuesta igualmente positiva. De este modo, es una buena base para construir vínculos sanos.

3. Facilidad para alcanzar objetivos

Los buenos modales, el saber estar y la cortesía pueden abrirnos muchas puertas y allanarnos el camino hacia el éxito; y es que este suele depender en gran medida de otras personas. Así, la impresión que causemos en los otros puede facilitar o perjudicar el alcance de nuestras metas.

Si pedimos indicaciones a un desconocido en la calle, nuestra buena educación hará que esté mucho más dispuesto a ayudarnos. Pero, del mismo modo, una buena actitud en el puesto de trabajo puede ser clave para conseguir promocionar o avanzar en nuestra carrera.

Compañeros en el trabajo
La buena educación puede abrirnos muchas puertas.

4. Valores y bienestar personal

Finalmente, aunque solo nos fijemos en la parte visible, no podemos olvidar que la educación es un conjunto de valores que rigen nuestra percepción y nuestro comportamiento. Ser educado es, en realidad, valorar a quienes nos rodean, respetarnos a nosotros y a los demás, ser humildes y agradecidos. Y, en definitiva, este tipo de fortalezas contribuyen a experimentar estados de ánimo más positivos.

En conclusión, no caigamos en el error de pensar que la buena educación está pasada de moda. Un “lo siento”, un “gracias”, un “que tengas un buen día”, pueden marcar la diferencia tanto en nuestra vida como en la de quienes nos rodean. Recuperemos la cortesía y el saber estar.


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