¿Por qué hay personas que odian el fin de semana?

¿No disfrutas del fin de semana? ¿Conoces a alguien que no lo hace? En este artículo hablaremos de por qué algunas personas sufren cuando pueden disfrutar de tiempo libre.
¿Por qué hay personas que odian el fin de semana?
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 08 mayo, 2022

Todo está diseñado para amar el fin de semana y disfrutar de la “parada en boxes”. La idea es que nos sirva para descansar y recargar energía de cara a una nueva semana. Sin embargo, excepto situaciones particulares -como trabajar en estos días-, hay personas que no se alegran de su llegada. Muy al contrario, se sienten raros, desubicados y sin saber muy bien qué hacer.

Algunas de ellas son las personas mayores, que encuentran en el bullicio de la calle y la programación de la televisión una distracción para su soledad extrema. Otras son las personas solteras de una determinada edad que cuentan con pocos planes al llegar estos días…

Parece que aunque estar solo y ser independiente es considerado un lujo, no lo es tanto cuando no se ha elegido.

Chico aburrido en el sofá
Algunas personas odian el fin de semana porque les cuesta hacer planes.

Razones por las que una persona puede odiar el fin de semana

Hay que esforzarse los días laborales para disfrutar de los días libres, ese es el mensaje estándar que envía la sociedad. Sin embargo, no todo el mundo ama los fines de semana.

Quienes se sienten solos y aislados suelen sentirse mal cuando tienen que gobernar su tiempo, también quienes están desempleados. De hecho, no solo encuentran los fines de semana más difíciles, sino que a veces agregan una dosis de culpa o autocrítica al pensar que todos esperan con ansias esos días, pero a ellos no les gustan o no saben cómo sacarles partido.

Por otro lado, no podemos olvidar que hay varias formas de ser y situaciones personales que condicionan que los fines de semana gusten más o menos.

Ahora bien, ¿qué ocurre si te gusta la soledad dentro del bullicio, pero cuando este se aleja demasiado te sientes aislado? No es lo mismo amar la soledad que sentirse emocionalmente aislado.

Algunas de las razones por las que puede aparecer el odio a los fines de semana son las siguientes:

  • El trabajo o las clases nos mantienen activos durante la semana, pero el fin de semana tiene demasiado tiempo para pensar y reflexionar sobre la vida o nosotros mismos. Y esto no es tan agradable a veces.
  • En la semana, después de trabajar o estudiar, muchos ven una película, leen o juegan. Sin embargo, cuando lo hacen en sus días libres, tienen la sensación de estar perdiendo el tiempo al hacer siempre lo mismo.
  • Hay quien necesita el contacto social continuo y no tiene problema en mantenerlo durante la semana, algo que no le suele ocurrir en los findes.
  • Otra situación es la de quienes ocupan las tardes de lunes a viernes con diferentes actividades y clases, pero experimentan un “parón” cuando llega el fin de semana.

Estar solteros, un obstáculo para disfrutar el fin de semana para algunos

Algunas personas solteras se definen a sí mismas como poco amigas de los fines de semana. Y es que durante la semana, pueden estar demasiado ocupadas para sentirse solas. Al fin y al cabo, las obligaciones del día a día hacen que su atención entre en una especie de túnel, con objetivos muy claros o una buena lista de demandas externas que les impide volver la mirada hacia sí mismas.

Así, el estado general de su vida, y cómo se sienten respecto a ella, pasa a un segundo plano frente al dinamismo del día a día. Sin embargo, el fin de semana lo viven como un vasto desierto emocional y social que deben atravesar antes de reanudar la jornada laboral.

Y esto es así porque normalmente nos les resulta demasiado fácil encontrar gente para salir o hacer planes. Algunos amigos están con sus parejas, otros trabajando o incluso también están aquellos que se han ido a otras ciudades por motivos de pareja o laborales… El resultado es un sábado y un domingo sin nada interesante o divertido que hacer.

El sentimiento de estar fuera de lugar

Para aquellos que experimentan soledad, los fines de semana pueden actuar como un recordatorio de estar fuera de lugar y un sentimiento de incomodidad al pensar que no se encaja con los demás. Una creencia que no tiene que ser verdad, pero que se mantiene por la comparación con los otros y los sentimientos que se experimentan al vivir la vida de una forma diferente.

Así surge una división interna personal. Si estás soltero y tienes un trabajo gratificante, puedes vivir dos vidas. En la semana, puedes ser una persona satisfecha y realizada, pero en los fines de semana, te puedes sentir como un marginado solitario.

Mujer triste y aburrida en la calle
Los fines de semana pueden ser un buen momento para reflexionar sobre uno mismo, algo que a veces no resulta sencillo ni agradable.

Cómo mejorar los fines de semana

A largo plazo, un buen objetivo a cubrir puede ser hacer amigos, aunque este no es un proyecto de una semana. Por ello, aquí hay algunas ideas que pueden ayudar a darles una vuelta a los fines de semana:

  • Hacer cosas divertidas, interesantes y nuevas, en lugar de matar el tiempo. No tener a nadie con quien hacer planes o compartir tiempo no implica que no se pueda hacer nada o que no se pueda encontrar compañía por el camino. Por ello, buscar actividades o planes interesantes y llevarlos a cabo siempre es una buena idea, tanto para divertirse como para conocer gente nueva.
  • Realizar voluntariados. Ayudar a los demás siempre es una opción para encontrar un sentido que en otros lugares no somos capaces de hallar.

Todas estas ideas son válidas para personas que no soportan el fin de semana por una razón u otra. La idea es poder disfrutar y sentirnos bien en nuestro tiempo de ocio.

Y a ti, ¿se te ocurran otras formas para aprovechar estos días?


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  • Cardona Jiménez, J. L., Villamil Gallego, M. M., Villa, E. H., & Echeverri, Á. Q. (2013). El sentimiento de soledad en adultos. Medicina upb32(1).
  • Montero, M., Lena, L., & Sánchez-Sosa, J. J. (2001). La soledad como fenómeno psicológico: un análisis conceptual. Salud mental24(1), 19-27.

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