¿Por qué suspiramos?

A menudo, se dice que los suspiros sirven para renovar nuestros recuerdos más profundos. Sin embargo, ¿qué función fisiológica tienen?
¿Por qué suspiramos?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 26 septiembre, 2022

¿Por qué suspiramos? Este acto tiene a veces algo de romántico, como si en esa exhalación dejáramos ir nuestras tristezas, el pesar de la añoranza o el anhelo del enamoramiento. Suspirar es para muchos un lenguaje más del amor e incluso se define a menudo de manera poética como la queja del alma. Sin embargo, ¿hay algo de realidad en todo esto?

La verdad es que bien poco. A pesar de ello, hay un aspecto que debemos tener muy claro: suspirar es un proceso fisiológico decisivo. Hacerlo es determinante para la salud pulmonar, y también, para el aspecto emocional. Es más, el cerebro lo necesita hasta el punto de que muchos neurólogos definen este mecanismo como el botón de «reseteo mental».

“Es cosa tan pequeña nuestro llanto; son tan pequeña cosa los suspiros… Sin embargo, por cosas tan pequeñas vosotros y nosotras nos morimos”.

-Emily Dickinson-

Chica con los ojos cerrados ante el sol preguntándose ¿Por qué suspiramos?

¿Qué es suspirar?

Aunque parezca obvio e instintivo, nunca está de más darle una definición a aquello de lo que estamos hablando. Por tanto, definiremos ‘suspirar’ como “una aspiración fuerte y prolongada a la que sigue una espiración, a veces acompañada por una vocalización como un gemido”.

De media, suspiramos unas 12 veces por hora, aunque no nos demos cuenta.

Párate un momento en responder estas preguntas: ¿cuántas veces al día suspiras? ¿Eres de los que suspira cada dos por tres? Más allá de parecernos las clásicas preguntas que haría todo niño, cabe señalar que algo tan cotidiano como suspirar es clave para la salud integral de muchos seres vivos.

Porque no solo las personas lo hacemos, si nos fijamos bien en nuestras mascotas, veremos cómo nuestros perros o gatos también lo hacen. Aún más, si los animales no lleváramos a cabo estas inhalaciones periódicas a lo largo del día, moriríamos.

Los suspiros, un reflejo vital

Suspirar para vivir. Parece una frase sacada de una cuña publicitaria, pero no lo es. Ahora entendemos mucho más este mecanismo, hasta el punto de que en un trabajo publicado en la revista Nature lo define como un reflejo vital. Se ha descubierto que disponemos de dos pequeños grupos de células nerviosas en el tallo cerebral que orquestan en este proceso.

Este conjunto de células tiene como principal tarea encargarse de manera automática de la respiración, el sueño y la frecuencia cardíaca. Ahora sabemos que también activa el mecanismo del suspiro. ¿Y para qué fin? Si nos preguntamos por qué suspiramos la respuesta es sencilla: para evitar que los alvéolos se colapsen.

Hay veces en las que estos pequeños sacos que forman los pulmones y que controlan el intercambio entre oxígeno y dióxido de carbono quedan atascados. El suspiro lo que hace es inflar los alvéolos colapsados ​​con más aire de lo normal para que se reactiven su funcionamiento. En caso de que no lo hiciéramos, empezaríamos a sufrir insuficiencia pulmonar.



El autor de esta investigación, el doctor Jack Feldman, profesor de neurobiología en la Escuela de Medicina de la Universidad de los Ángeles, nos indica algo igual de interesante. El cerebro activa diferentes tipos de respiraciones gracias a los neuropéptidos, quienes median en las respiraciones normales, en los bostezos, la tos, la risa o el llanto.

Los suspiros están regulados, además, por poco más 200 neuronas. Un grupo muy pequeño de células nerviosas capaces de cumplir una misión vital para nuestra supervivencia.

Chico en el campo pensando en por qué suspiramos

Cuando estás estresado suspiras más

Los suspiros nos parecían, hasta no hace mucho, simples respiraciones largas y profundas asociadas a la tristeza, al malestar emocional. Bien, ahora ya sabemos que su papel es llenar de aire los alvéolos. No obstante, ¿es esa su única función? La verdad es que cumplen más tareas para nosotros:

  • Los suspiros aumentan su frecuencia cuando padecemos estrés y hasta ciertas condiciones psiquiátricas: trastorno bipolar, esquizofrenia, psicosis… Cualquier estado en el que nuestro estado emocional sea de gran intensidad, aparecerán los suspiros. Lo hacen para liberar tensión, para dejar ir la ansiedad a la que está sometida la mente y el cuerpo.
  • Por otro lado, estudios como los llevados a cabo en la Universidad de Lovaina, en Bélgica, nos señalan algo más. A la pregunta de por qué suspiramos debemos añadirle otra respuesta: para restablecer el equilibrio en el cerebro. Es como resetear la mente, como llevar oxígeno al interior para escampar la negatividad.

Esto explica por qué no podemos evitar lanzar largos suspiros cuando nos vemos atenazados por la frustración, la decepción, la tristeza, la nostalgia e incluso el aburrimiento. Un suspiro no solo estira los alvéolos pulmonares llenándolos de aire; al hacerlo, se genera también una sensación de alivio mental, nos oxigenamos, obtenemos calma y todo nuestro organismo recupera la preciada homeostasis.

En ratones se ha descubierto un neuropéptido encargado de mandar la señal neuronal que activa los suspiros: cuando se inhibía su producción, cesaba este reflejo.

Estamos, por tanto, ante un mecanismo que el cerebro activa de manera automática sin que nos demos cuenta. Sin embargo, también nosotros tenemos la capacidad de ejecutarlos, de beneficiarnos de ese aporte de aire extra que nos renueva y reactiva por dentro. De hecho, algo tan simple como practicar la respiración profunda combinada con largas exhalaciones genera el mismo efecto calmante y relajante. Recordemos: hay que suspirar más para vivir mejor.


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  • Li, P., Janczewski, W., Yackle, K. et al. The peptidergic control circuit for sighing. Nature 530, 293–297 (2016). https://doi.org/10.1038/nature16964
  • Vlemincx E, Van Diest I, Lehrer PM, Aubert AE, & Van den Bergh O (2010). Respiratory variability preceding and following sighs: a resetter hypothesis. Biological psychology, 84 (1), 82-7 PMID: 19744538
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