¿Por qué la vulnerabilidad mejora las relaciones de pareja?

La vulnerabilidad no es debilidad. La apertura emocional es ese ejercicio cotidiano que edifica las relaciones de pareja más saludables y auténticas. Expresar lo que sentimos y necesitamos es una muestra de valentía.
¿Por qué la vulnerabilidad mejora las relaciones de pareja?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 07 abril, 2022

La vulnerabilidad mejora las relaciones de pareja porque nos permite crear un vínculo más profundo y auténtico. Sin embargo, no todo el mundo es capaz de alcanzar este punto máximo de intimidad con el otro, de apertura interna desde la que revelarse al ser amado tal y como es. Esa desnudez emocional es la que nos permite conocernos mejor para construir lazos felices y duraderos.

Ahora bien, lo cierto es que son muchas las personas que ven en la vulnerabilidad un tipo de amenaza que es mejor sortear y eludir. Porque se cree que el vulnerable lo que revela es una forma de debilidad y, por tanto, es falible. Aún más, otra inquietud asociada a esta competencia emocional es asumir que mostrar nuestras necesidades y realidades internas le da al otro una oportunidad para herirnos.

Es como quien abre su corazón y da pie a que el otro entre en ese espacio para desordenarlo y romperlo si así lo quiere. Ahora bien, es necesario clarificar este concepto. Porque ninguna relación es auténtica si no existe apertura emocional. En caso de que no nos permitamos ser vulnerables, siempre encontraremos muros, resistencias y frías distancias que hacen del amor un viaje tortuoso y falto de sinceridad.

“Serás amado el día en que puedas mostrar tu debilidad sin que el otro se sirva de esto para afirmar su fuerza”.

-Cesare Pavese-

Pareja acostada en un banco mirándose represeando que la vulnerabilidad mejora las relaciones de pareja

Razones de por qué la vulnerabilidad mejora las relaciones de pareja

Cuando se trata de abrirse emocionalmente a alguien, todos luchamos. Todos tenemos nuestros miedos y cuotas de decepciones pasadas. Recordamos cuando tal persona nos hizo daño, cuando aquella otra nos traicionó. No es fácil conectarnos a los demás de manera sincera si no nos exponemos, si no nos atrevemos a ser honestos en pensamiento, emociones, alma y corazón.

Lo cierto es que es muy común endurecernos y cubrir la vulnerabilidad de mil capas. Porque lo último que deseamos es ser lastimados. Y si hay una esfera en la que nos sentimos más expuestos al dolor es en el amor. Tememos expresar lo que sentimos por miedo a no ser entendidos o sancionados. Escondemos emociones porque nos han educado en la idea de que la contención es una muestra de fortaleza.

Nadie nos ha explicado que la vulnerabilidad es un ejercicio de bienestar emocional que implica confianza, honestidad y sensibilidad. En esta sociedad aún prevalece la bipolaridad del fuerte y el vulnerable, del invencible y el débil. Nos olvidamos que ambas dimensiones no son opuestas, sino complementarias: hay una gran fortaleza en la persona que se permite ser vulnerable.

La vulnerabilidad en realidad es…

La vulnerabilidad mejora nuestras relaciones de pareja porque gracias a ellas las personas nos arriesgamos a revelar al otro nuestras emociones y nuestras necesidades. En realidad, hay una gran valentía en quien ejerce esa apertura emocional.

Porque quien se atreve a mostrarse ante el ser amado con sus partes rotas, sus lados deshilachados, con todos sus vacíos, sus miedos y su amor infinito está haciendo un gran acto de fe.

Es mostrarse al otro tal y como uno es para decirle: “esto es lo que soy, aquí me tienes con todos mis matices, mis luces y mis sombras; esto es lo que siento y esto es lo que necesito”. Pocas cosas resultan tan aterradoras como mostrar esa forma de desnudez a alguien. Sin embargo, solo así se edifica el refugio donde habitan la confianza, la autenticidad, el sentido de pertenencia y la honestidad.

Si nos negamos a mostrarnos vulnerables es muy probable que jamás nos hieran. Sin embargo, también lograremos que nunca nos amen como queremos y merecemos.

Cuando el amor se alimenta de miedos

Sucede con frecuencia: las relaciones fallan por falta de intimidad y de conexión. Hay personas que son empalizadas andantes, nadie puede cruzar sus fronteras, nadie puede traspasar sus resistencias emocionales. Porque el ser humano además de carne, huesos y piel, está hecho de miedos.

Tememos no ser dignos de amor, nos da miedo expresar lo que necesitamos por miedo a no ser entendidos, a que el otro nos juzgue, se ría o invalide nuestros sentimientos. Es importante comprender que si la vulnerabilidad mejora nuestras relaciones de pareja es porque los miedos se apagan al dar paso a la sinceridad.

El afecto requiere coraje, y para construir una intimidad real es necesario abrirnos emocionalmente. Esto mismo es lo que nos explica un estudio de la Universidad de Maryland. El ejercicio de la vulnerabilidad fortalece la intimidad en la pareja y esto revierte incluso en la salud física y mental.

Las personas que se muestran más abiertas y vulnerables en sus relaciones de pareja experimentan menos miedos, vergüenzas y resistencias a la hora de comunicarse.

Pareja hablando sobre que la vulnerabilidad mejora las relaciones de pareja

La vulnerabilidad mejora nuestras relaciones de pareja

El amor debe darse sin filtros ni distorsiones. Por ello, las personas que mantienen una relación estable y feliz saben que el ejercicio de la vulnerabilidad es una necesidad. Sin ella nada tiene sentido ni trascendencia. Tanto es así que los beneficios que aportan al vínculo es como el cemento que edifica ese hogar emocional construido entre dos.

Estos serían algunos ejemplos de lo que nos aporta esta dimensión:

  • Nos permite sentirnos apoyados y comprendidos al expresar aquello que necesitamos.
  • Nos humaniza. Es decir, nos permite vernos el uno al otro tal y como somos, con defectos y virtudes, con miedos y necesidades.
  • Potencia la empatía en la relación.
  • Nos permite descubrir día a día que estamos con la persona que queremos de verdad.
  • Se fortalecen la confianza y la comunicación.
  • Nos permite manejar los malentendidos, las emociones de valencia negativa, los desafíos y los problemas.
  • Nos ayuda a fortalecer el amor propio. Sabemos que aquello que sentimos, pensamos y necesitamos es importante, tanto para nosotros mismos como para el otro.

Para concluir, es momento de dejar de asociar lo vulnerable con lo débil. Solo quien da al paso hacia la vulnerabilidad descubre sus fortalezas.


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