3 preguntas para sentirte mejor
Las pequeñas contrariedades, el cansancio o incluso una rutina plana sabotean la ilusión y, como consecuencia de esto, contribuyen a la siembra de una cadena de pensamientos negativos. En este contexto, una forma sencilla de recuperar el equilibrio es formulándote algunas preguntas clave.
La función que cumplen estas preguntas clave es la de reenfocar tu pensamiento. Te permiten adoptar una perspectiva más positiva y proactiva. De este modo, te sientes mejor sin necesidad de acudir a acciones más complejas.
Otro aspecto valioso de estas preguntas clave es que son, por así decirlo, atemporales. O sea, puedes planteártelas en diferentes momentos y siempre te devolverán a respuestas nuevas y alentadoras. ¿Cuáles son esos interrogantes a los que puedes acudir en esos momentos en los que sientes que te falta la energía?
«Tu capacidad para notar y etiquetar tus emociones de manera granular es una habilidad psicológica importante que promueve la resiliencia y mejorará los beneficios que obtienes de la observación astuta de ti mismo y del mundo que te rodea».
-Alice Boyes-
1. ¿Qué ha funcionado mejor de lo que esperaba?
Esta es una de las preguntas clave que vale la pena hacerte cuando te sientas bajo de ánimo. No se trata de que busques grandes logros o hitos extraordinarios; más bien se trata de encontrar alguno de esos pequeños milagros cotidianos que solemos pasar por alto.
Por ejemplo, puede que pensaras que un trámite te iba a llevar mucho tiempo, pero conseguiste que no fuera así; creíste que para alcanzar una meta ibas a tener que emplear muchos recursos, y después resulta que no fue así.
Basta con que encuentres un par de ejemplos de esas pequeñas acciones que superaron tus expectativas. Piensa que incluso a veces es un gran logro terminar un día difícil sin que las cosas hayan ido a peor. Piénsalo.
2. ¿Qué elemento de la naturaleza ha cautivado mi atención?
La segunda de nuestras preguntas clave nos invita a mirar a nuestro entorno. En particular, fijarte en los elementos naturales con los que probablemente te encuentras todos los días sin detenerte mucho en ellos. La naturaleza proporciona una satisfacción serena, generosa y universal. Por lo tanto, una pena desperdiciarla, ¿no?
Si comienzas a observar, lo más probable es que en poco tiempo identifiques una buena cantidad de elementos extraordinarios a tu alrededor. Un cielo inmenso, con la atmósfera que hace posible la vida; un árbol que es resultado de la complejidad y del tiempo; un animal que representa las diferentes formas en que se manifiesta el universo. Son muchas las evidencias de que la existencia misma es algo extraordinario.
Contemplar la naturaleza alimenta la sensación de paz interior. Es buena idea visitar un parque, un jardín o cualquier espacio lleno de elementos naturales, en aquellos momentos en los que sientes que tu ánimo baja o que pasas por uno de esos episodios de tristeza u ofuscamiento sordo.
3. ¿En quién podría pensar con cariño y que probablemente quiere saber de mí?
La tercera de las preguntas clave para sentirte mejor tiene que ver con la evocación de personas que han sido especiales en tu vida, pero que, por alguna razón, no las ves todos los días. Suelen ser amigos o parientes con los que mantuviste un vínculo muy cercano en el pasado. Personas que dejaron huellas gratas y con las que no mantienes una comunicación frecuente.
La sola evocación de esas personas significativas es un motivo para sentirte mejor. Ayuda a recordar que los lazos de afecto enriquecen la vida y trascienden al tiempo. Tienes la certeza de que si buscas a esos amigos o familiares, van a estar encantados de saber de ti. Es un excelente motivo para sentirte mejor.
Incluso, dentro de este grupo puede que haya personas a las que solo conoces de manera superficial, pero que te han dejado la sensación de querer saber más de ellas y volver a encontrarlas. También tienes la impresión de que esto ha sido mutuo y que podría ser buena idea buscar la manera de verlas o hablar con ellas.
Las preguntas clave para sentirte mejor son una alternativa sencilla a la que puedes acudir en cualquier momento. Verás que el solo hecho de hacer la autorreflexión que proponen es una vía para cambiar una perspectiva sombría por otra más alentadora.
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