¿Qué es la postpsiquiatría?

La postpsiquiatría es una apuesta interesante en tiempos en los que la psiquiatría pasa por una crisis de vieja data. El enfoque exclusivamente farmacológico para tratar los problemas mentales y emocionales ha probado ser muy limitado en sus alcances y logros.
¿Qué es la postpsiquiatría?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 24 octubre, 2024

La postpsiquiatría es una corriente que se está abriendo paso en el campo de la psiquiatría y que pretende abordar la salud mental de una manera diferente a como lo han hecho los psiquiatras tradicionales; tiene en cuenta el hecho de que la sociedad y los individuos postmodernos tienen otras necesidades y perspectivas.

Los pioneros en el enfoque de la postpsiquiatría fueron Patrick Bracken y Philip Thomas, quienes propusieron el término en un artículo titulado Postpsychiatry: a new direction for mental health(Postpsiquiatría: un nuevo enfoque de salud mental), que fue publicado en el British Medical Journal, en 2001.

En este nuevo enfoque se trata de construir una relación menos vertical entre los psiquiatras y sus pacientes, ya que tradicionalmente este vínculo se ha basado casi exclusivamente en la autoridad. Así mismo, se busca dar una dimensión más social a la práctica, teniendo en cuenta el contexto en el que está una persona y no solo lo que experimenta de manera individual.

El analista no hace sino devolverle al analizante (paciente) su mensaje invertido, como si se tratara de un espejo (en el cual el analizante se puede reconocer)”.

-Jacques Lacan-

La psiquiatría biologicista

Desde la invención de los psicofármacos, la psiquiatría biologicista fue ganando terreno hasta convertirse prácticamente en el único paradigma psiquiátrico de Occidente, pese a que dentro de la propia rama hay enfoques diferentes. Con el tiempo, la disciplina, enfocada de esa manera, básicamente quedó reducida a una práctica de diagnóstico y medicación.

Ambos aspectos, el diagnóstico y la medicación, han sido muy cuestionados a lo largo de su historia. Así mismo, los hospitales mentales en muchas partes se convirtieron en sinónimo de abuso y violación de los derechos humanos para gran cantidad de pacientes.

La psiquiatría es quizás la única disciplina científica que ha dado origen a todo un movimiento en su contra: la antipsiquiatría. Dentro de ese movimiento hay académicos de máximo nivel e incluso una gran cantidad de psiquiatras. Para completar el panorama, los psiquiatras muestran resultados muy limitados con sus prácticas. Si bien logran inhibir algunos síntomas en sus pacientes, con bastante menos frecuencia de la deseada producen una mejora significativa en ellos.

El enfoque tradicional de “la locura”

La postpsiquiatría centra varios de sus interrogaciones en el concepto de “locura” que ha esgrimido la psiquiatría tradicional. Critica el hecho de que la mente  sea concebida como un fenómeno exclusivamente individual, como si no tuviera ninguna relación con el medio que la rodea.

Esta idea lleva a que los pacientes sean vistos como “gente defectuosa” y que, por sus manifestaciones, básicamente se piense que la mejor salida es medicarlos y aislarlos. Implícitamente se parte de la idea de que la mayoría de las personas actuamos dentro de unos márgenes, considerados como de normalidad, y que solo algunos individuos “están mal” y, por lo mismo, deben ser apartados de los que “funcionan bien”.

Por otro lado, los impulsores de la postpsiquiatría cuestionan lo que ellos llaman “una explicación técnica de la locura”. La psiquiatría ha tomado prestados de la neurología algunos conceptos y los ha abordado de forma sesgada. Terminaron por explicar cualquier fenómeno mental como fruto de la acción de algún neurotransmisor y reduciendo así las diferentes dimensiones del ser humano a un campo puramente biológico. Un camino peligroso, en especial porque todavía nos queda mucho por conocer de nuestro funcionamiento biológico.

Cerebro y aprendizaje

Los nuevos retos de la psiquiatría

Los representantes de la postpsiquiatría piensan que es posible abordar la salud mental de una manera diferente. Creen que la relación que se establece con el paciente no debe ser exclusivamente de “diagnóstico-tratamiento farmacológico”, como ocurre hoy en día. Piensan que es posible introducir nuevas maneras de abordar ese vínculo, como lo ha hecho la red mundial “Oyendo voces”.

Así mismo, la postpsiquiatría no está de acuerdo con todos los mecanismos coercitivos de la psiquiatría tradicional. A la persona que busca ayuda no se le debe obligar a nada y mucho menos a permanecer aislada de la sociedad para que consiga mejorar. Tal y como ocurre con las cárceles, que rara vez rehabilitan a un infractor, los hospitales mentales rara vez le hacen un aporte significativo a quienes sufren.

Este nuevo enfoque también quiere trascender la perspectiva de la simple psicopatología. Más allá de ponerle una etiqueta a la persona, de lo que se trata es de interpretar y comprender el sufrimiento de cada uno, buscando los caminos para que esa persona resignifique su malestar, de modo que este no lo desestabilice.

Lo que se busca también es superar la dualidad “psiquiatría-antipsiquiatría”, generando un enfoque integrador que aborde de manera crítica las prácticas psiquiátricas, pero también aproveche los avances y los aciertos en ese campo. El objetivo último es democratizar y hacer más humano el tema de la salud mental.


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  • Carmona Osorio, M. (2017). Paradigmas en estallido: epistemologías para una ¿post? psiquiatría. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 37(132), 509-528.

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