¿Realista o pesimista? Descubre qué tipo de persona eres

Del vaso medio vacío al vaso medio lleno y medio vacío: entendiendo las personalidades pesimista y realista. ¡Si quieres aprender sobre ellas, sigue leyendo!
¿Realista o pesimista? Descubre qué tipo de persona eres
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Última actualización: 04 agosto, 2023

¿Te han dicho alguna vez que eres realista o pesimista? Si la respuesta es que sí, pero no estás de acuerdo y quieres saber si los argumentos que manejan son válidos, este artículo es para ti. Muchas veces se confunde ser realista con ser pesimista, y son dos tipos de características de personalidad muy diferentes que dan lugar a malentendidos.

Antes que nada, es importante que sepas que la tendencia a ver la parte negativa de las situaciones es normal y tiene una razón evolutiva y adaptativa: protegernos de aquello que puede hacernos daño. Sin embargo, cuando una persona solo ve lo negativo, se convierte en pesimista y la función adaptativa de detectar lo «malo» se transforman en un problema.

Asimismo, hay que destacar que existe un punto medio entre ser pesimista y ser optimista, este punto medio es el realismo. Para ayudarte a entender las diferencias entre realismo y pesimismo, y descubrir qué tipo de persona eres, te explicaremos cada uno.

Características de una persona pesimista

El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.

~ William George Ward ~

El pesimismo es una anticipación negativa del futuro que hace que una persona espere las peores cosas y anticipe la maldad, el fracaso y la decepción. El pesimista posee un sesgo cognitivo-atencional que el psicólogo Aaron Beck llamó abstracción selectiva. Mediante él, solo se atiende y retiene información desfavorable o desagradable.

A continuación, expondremos y describiremos las características de una persona pesimista, de acuerdo con una investigación sobre las bases neuronales del pesimismo. Este análisis te permitirá saber cómo son este tipo de individuos.

  • Enfoque en lo negativo: ven la parte negativa de toda situación y exageran su relevancia. Su atención se enfoca de manera desproporcionada en las señales desfavorables, mientras dejan de lado los aspectos positivos. En palabras más coloquiales, se centran en el vaso medio vacío.
  • Locus de control externo: los pesimistas piensan que los acontecimientos de sus vidas están controlados por factores externos. Así pues, consideran que el éxito y logro que consiguen se debe a la suerte, el azar, las instituciones o a la relación que tienen con otra persona.
  • Inseguridad: tienden a sentirse inseguras debido a su tendencia a concentrarse en lo negativo y a anticipar lo peor. Según el estudio antes citado: «La mediación del hemisferio derecho de un modo vigilante e inhibidor teje una sensación de inseguridad que genera y sustenta patrones de pensamiento pesimistas».
  • Pasividad ante la adversidad: afrontan de manera pasiva los retos, problemas y adversidades que se les presentan. Este patrón conductual está vinculado a su visión fatalista del mundo, la cual sustenta la identidad que los define.
  • Inclinación a la depresión: como consecuencia de su manera de pensar, actuar y sentir, las personas pesimistas tienen tendencias depresivas. La preocupación constante por los peligros y la idea de que las cosas pueden salir mal aumentan su vulnerabilidad a la depresión. Asimismo, suelen generar comportamientos de evasión y pasividad, acompañados de un estado de ánimo bajo.
  • Estilo atribucional negativo: imputan sus fracasos a factores internos, estables y globales, mientras que sus éxitos los explican debido a causas externas. Esta manera de entender lo que les sucede los hace sentir desesperanzados y bloquea su capacidad de aprender de las experiencias y superar los obstáculos.

Ten presenta que las personas pesimistas, frente a una dificultad, anticipan el peor resultado, sin que sea el más probable. Es decir, depositan sus expectativas negativas «en lo que está por venir».

En este sentido, ser pesimista (en parte) se debe a tener un tipo de personalidad ansiosa. Hablamos de personas con un alto nivel de «ansiedad-rasgo» que ven la vida de manera negativa.

Cuando una persona es pesimista, tiende a ponerse límites, pensar lo peor y ser más sensible ante la incertidumbre, la cual resuelve mediante la premisa «esperar lo peor, para estar preparado»



Cómo dejar de ser pesimista

Como decíamos al principio del artículo, observar los aspectos negativos no es malo en sí mismo, de hecho, es adaptativo. Sin embargo, cuando el pesimismo se exacerba y se generaliza a todas las esferas de la vida, es necesario intervenirlo y progresar hacia una visión más optimista.

Hacer esta transición puede repercutir de manera favorable en la vida del pesimista. En un artículo sobre el impacto del optimismo en el bienestar se señala que esta manera de percibir la vida influye de manera positiva en el bienestar mental y físico.

Además, promueve un estilo de vida saludable y conductas adaptativas, como la flexibilidad, la resolución de problemas y el procesamiento eficiente de la información negativa.

Veamos de manera breve algunas claves que te permitirán superar el pesimismo:

  • Aceptarel primer paso es reconocer el pesimismo y los efectos que tiene sobre tu conducta, pensamientos y emociones. Aceptar que tienes una dificultad es imprescindible para trabajar en el cambio.
  • Reestructurar el pensamiento: cambia tus pensamientos fatalistas por otros más optimistas. Ante las fantasías de fracasos, ensaya la siguiente manera alternativa de pensar: en lugar de enfocarte en lo malo, piensa en las cosas buenas que pueden suceder.
  • Practicar la gratitud: el acto de agradecer requiere de identificar las cosas positivas que generan gratitud. Por eso, dar las gracias es una forma de afrontar el pesimismo, porque te invita a reflexionar sobre los sucesos buenos que te han ocurrido.
  • Trazar metas realistas: para superar este modo de ver la vida y el mundo, también es útil establecer objetivos realistas que puedas lograr y celebrar. De esta forma, estimulas, poco a poco, una visión más positiva.
  • Hacer ejercicio de forma regular: conseguirás liberar endorfinas junto a diferentes sustancias químicas encargadas del equilibrio emocional.
  • Practicar la meditación y la relajación: mediante ambas prácticas, te ubicarás en el ahora, ofertando menos espacio a vaticinios derrotistas o anticipaciones sesgadas.
  • Buscar apoyo: conversar con otra persona puede hacerte contemplar tu situación de otra forma. Buscar apoyo en familiares, amigos o profesionales de la salud mental es una buena opción para lidiar con la anticipación de eventos negativos.

El pesimismo puede ser un obstáculo para la salud, el bienestar y la felicidad cuando se convierte en un patrón desadaptativo. Por ello, es fundamental trabajar sobre él y desarrollar una visión más positiva de los acontecimientos.

Características de una persona realista

El verdadero realismo consiste en revelar las cosas sorprendentes que el hábito mantiene cubiertas y nos impide ver.

~ Jean Cocteau ~

Son individuos que perciben el mundo tal como es y no como sus expectativas se lo sugieren. Están inclinados a centrarse solo en los hechos y en la situación, en lugar de dejarse arrastrar por las fantasías y las suposiciones sobre el futuro.

Con frecuencia, toman sus decisiones basándose en la lógica, en lugar de en las emociones. Otras características destacadas son las siguientes:

  • Esperan que los hechos sucedan: no suelen anticiparse con juicios de valor. Es decir, esperan a ver cómo se desarrollan los hechos para decir qué les parece. Una vez que tienen datos reales sobre la situación, emiten un juicio (por ejemplo: «es genial» o «esto es malísimo»).
  • Mantienen una posición neutral: en los momentos previos al desenlace de los acontecimientos, conservan la calma y son capaces de mantener sus expectativas ajustadas a lo que se podría esperar en la realidad que viven.
  • Disfrutan de las cosas buenas: no solo se preparan para aquello que podría salir mal, sino que también se alistan para disfrutar de lo que puede salir bien. Es decir, son capaces de afrontar casi cualquier tipo de resultado. Además, saben disfrutar de sus logros y están listas para sus fracasos. Esto último no les impide luchar por sus metas ni les hacen distraerse de su camino.
  • Apelan a la objetividad: tienen la capacidad de ver las situaciones de una manera imparcial y objetiva. Esto les ayuda a entender lo que sucede y a tomar decisiones equilibradas y bien informadas.
  • Son pragmáticas: los realistas se centran más en solucionar los problemas y enfrentar los desafíos. A diferencia de los pesimistas, tienen una actitud más activa y no se dejan doblegar tanto por la adversidad.
  • Orientación al logro: valoran la eficacia y la productividad. Se enfocan en sus acciones y en los resultados que obtienen. Sus metas están basadas en logros tangibles y medibles y no en fantasías e intenciones idealistas.

Las personas realistas se caracterizan por no ser catastróficas y por valorar los aspectos positivos y negativos de las situaciones y los problemas. Esta capacidad de valorar las situaciones desde ambas polaridades es una de las características más distintivas de ellas.

En el contexto laboral, este tipo de personas posee varias cualidades que hacen que destaquen entre otras. Según los tipos de personalidad ocupacional de Holland, suelen ser activas y estables, y disfrutan de actividades prácticas.

Son individuos que les gusta trabajar más con cosas que con ideas y realizar actividades físicas. Por lo general, prefieren aprender haciendo y se caracterizan por comunicarse de manera franca y directa.



Cómo ser más realista

A continuación, revisaremos algunas claves para que puedas aumentar este rasgo de la personalidad.

  • Practicar la objetividad: intenta ver lo que te sucede tal como está aconteciendo, procurando que las emociones, la ansiedad y los deseos no tomen todo el control de la situación.
  • Identificar y verificar: antes de consolidar una opinión o tomar una decisión, asegúrate de tener toda la información disponible. Por ende, es necesario que investigues, analices y estudies los hechos, sin dejarte llevar por las especulaciones.
  • Orientar la meta hacia soluciones: no te quedes en el problema y en el reto, más bien, procura formular soluciones prácticas y realistas que se ajusten a las demandas actuales. Esto te puede ayudar a evitar la frustración, disminuir el estrés y asumir una actitud positiva.
  • Reconocer que no todo es perfecto: aceptar que el mundo es imperfecto y que las cosas no siempre suceden como se espera, te ayudará mucho a ser más realista y a evitar la decepción.
  • Mantener expectativas realistas: define metas y expectativas que sean alcanzables y que estén basadas en tus propias habilidades y recursos. No te pongas metas irreales, irracionales e inalcanzables.

¿Es mejor ser realista o pesimista? Es necesario resaltar que cuando el pesimismo y el realismo se exacerban, se convierten en rasgos negativos. En términos moderados y adaptativos, ambos son muy útiles para el desarrollo personal. La clave está en el equilibrio.

Conclusión

Las personas pesimistas y realistas reflejan dos formas diferentes de ver la vida y entender los problemas. Mientras que las primeras se concentran en lo negativo y esperan lo peor, las otras mantienen la calma y se enfocan en la situación.

Aunque ambas tienen sus ventajas y desventajas, son importantes para el crecimiento personal. Una comprensión clara de sus diferencias puede ayudar a las personas a entenderse mejor y a potenciar las virtudes que cada una tiene.


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