Ruido visual: cómo nos afecta y claves para evitarlo

La ausencia de ruido visual hace que sintamos nuestros hogares como más acogedores. Piensa que en un entorno limpio y ordenado es más fácil que nos relajemos.
Ruido visual: cómo nos afecta y claves para evitarlo
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 06 octubre, 2022

Imagina que caminas por un parque lleno de niños, que estás en un bar bullicioso o junto a una carretera transitada. En estos tres espacios hay un constante ruido de fondo que, si bien no resulta ensordecedor, termina generando estrés, distrayendo y agotando mentalmente. Pues bien, lo mismo sucede cuando nuestros espacios están desorganizados, abarrotados o mal aprovechados: ese ruido visual nos va perjudicando sutilmente en el día a día.

Seguramente alguna vez has entrado en un hogar pequeño y te ha parecido sumamente relajante y acogedor; y, en cambio, otro del mismo tamaño te ha generado sensación de agobio y claustrofobia. Y es que el ruido visual no depende de los metros disponibles, sino de la disposición de los objetos, la psicología del color y otros elementos que exploramos a continuación.

¿Qué es el ruido visual?

Definir este concepto es complicado, ya que su significado es diferente para cada persona. Sin embargo, podríamos considerar que es todo aquel elemento o componente estético de una estancia que nos desagrada y nos genera incomodidad.

En muchas ocasiones no somos conscientes de que esto nos perturba (pues, evidentemente, de ser así no lo habríamos escogido en primer lugar); sin embargo, podemos notarlo al echar un vistazo al espacio y observar cómo nos sentimos.

El ruido visual es un fenómeno al que no prestamos mucha atención. Además, es muy sencillo que se reproduzca porque:

  • Escogemos los muebles y elementos decorativos por simple gusto, sin tener en cuenta que guarden coherencia entre sí.
  • Tendemos a llenar los espacios (paredes, estantes, mesillas…) simplemente por llenarlos, pero no nos preocupamos de la armonía cuando lo hacemos.
  • Estamos muy centrados en la aparente “practicidad” y no cuidamos el impacto visual. Por ejemplo, al tener muchos electrodomésticos diferentes a la vista, al tener el baño repleto de botecitos o al dejar todos los cables y mandos de los aparatos electrónicos sueltos sin orden ni concierto.
  • Vamos adquiriendo y acumulando productos sin mucha conciencia de si son realmente necesarios, y sin deshacernos de nada para dejar lugar a las nuevas adquisiciones.
Salón recargado
El ruido visual puede generar desde incomodidad hasta desgaste y estrés.

¿Cómo nos afecta el ruido visual?

Quizás estemos muy felices con nuestros espacios. Nos gustan nuestros muebles, nos encanta el color de las paredes, cortinas y cojines e intentamos mantenerlo todo en orden. Aun así, y pese a que por separado todos los elementos parezcan correctos, lo cierto es que nuestro hogar no nos genera paz.

Lo más común es que nos sintamos inquietos, intranquilos e incómodos en estos espacios. Que nos sea complicado relajarnos y aquietarnos; es más probable que nos sintamos excitados, agobiados o claustrofóbicos.

Esto es muy evidente, por ejemplo, si tenemos niños y estos mantienen el suelo lleno de juegos, juguetes y prendas de ropa. También si hemos tenido que salir con prisa y al llegar todo está descolocado y fuera de su sitio. Sin embargo, no siempre es tan sencillo de detectar.

Por esto, hemos de fijarnos en cómo nos hace sentir nuestro hogar. Si tenemos ruido visual es probable que presentemos los siguientes síntomas:

  • Irritabilidad, mal humor y sensación de inquietud constante.
  • Dificultades para concentrarnos, rendir adecuadamente y ser productivo en cualquier tarea que se emprenda.
  • Menor creatividad.
  • Sensación de apatía y agotamiento. No tienes energía ni ganas de hacer nada.
  • Puedes sufrir insomnio y ansiedad.
  • Es posible que aparezcan síntomas somáticos como dolores de cabeza.

El entorno está excesivamente saturado y el cerebro no es capaz de procesar toda esa estimulación visual. Como decimos, no siempre se debe al desorden o al exceso de objetos (que también), sino que puede ocurrir por una mala elección de colores, formas o disposición de los elementos.

¿Es posible evitarlo?

Realmente evitar el ruido visual está en nuestra mano y, para ello, solo es necesario realizar algunos pequeños ajustes en la estética de nuestros ambientes. Las siguientes son algunas recomendaciones útiles:

Sigue la regla del 60-30-10

Esta es una sencilla regla que puedes utilizar al escoger los colores para una estancia. En primer lugar, opta por uno que representará el 60 % o el tono mayoritario. A continuación, escoge un segundo color que representará el 30 % y un último tono para el 10 % restante. Esto evitará que te sobrecargues visualmente con un abanico cromático demasiado amplio.

Por lo general, es preferible optar por colores neutros como tono dominante, ya que generan mayor sensación de tranquilidad. Pero puedes aportar un toque de color y vida en cojines, cortinas y elementos decorativos.

Adecúate a los espacios

Antes de llenar un espacio es muy importante observarle y entender con qué contamos. Y es que, por mucho que nos gusten cierto tipo de muebles, si son muy voluminosos y contundentes y la estancia es pequeña, inevitablemente generarán sensación de agobio.

De preferencia, opta por muebles pequeños, ligeros y funcionales si no dispones de mucho espacio. Esto realmente marcará la diferencia.

Opta por el minimalismo

En una sociedad consumista como la nuestra, desprenderse de bienes personales o limitarse a la hora de comprar no resulta sencillo, pero el minimalismo favorece la paz mental. Así, procura no abarrotar tus espacios, paredes, estantes y armarios de objetos que realmente no necesites.

Esto no implica que debas ser austero, pero sí selectivo. Procura que cada elemento que entre en tu hogar tenga una función que cumplir (aunque sea decorativa); pero no compres y aceptes todo tipo de elementos solo porque sí. Acostúmbrate a dejar ciertos espacios vacíos y a hacer limpiezas periódicas para eliminar todo aquello que ya no te sirve.

Organiza por función y gama cromática

Con frecuencia colocamos los objetos en lugares sin saber muy bien por qué lo hacemos y esta es una de las principales causas del ruido visual. Para evitarlo, procura organizar y agrupar los objetos según su función. Por ejemplo, en lugar de tener la cafetera, la tostadora y el exprimidor repartidos por la encimera, agrúpalos y crea un pequeño rincón de desayuno.

También puedes optar por organizar en base a la gama cromática. Esto es especialmente útil en espacios como las librerías, los armarios y los estantes. Si ordenas los elementos según su color (en lugar de mezclarlos sin orden ni concierto), tendrás una sensación mayor de armonía.

Reduce la estimulación visual

Por último, una buena idea para reducir el ruido visual es procurar que no haya demasiados objetos a la vista. Los vestidores, por ejemplo, pueden aumentar el ruido visual, especialmente si no están bien organizados. También lo hacen esas mesillas llenas de pequeños objetos o esas baldas repletas de elementos varios.

Para evitar este efecto, es preferible optar por muebles con cajones o comprar cestos o soluciones de almacenaje que nos faciliten la organización. Esto aumenta la sensación de limpieza, haciendo que los espacios parezcan más amplios y despejados.

Mujer ordenando
Organizar y reducir el ruido visual favorece la calma y la tranquilidad.

Elimina el ruido visual para vivir en paz

Como ves, reducir el ruido visual no es complicado. El primer paso será ser conscientes de que existe. Priorizar la organización, el minimalismo y la estética puede ayudarnos a que las estancias en las que más horas pasamos contribuyan a generar estados de ánimo tranquilos y positivos. Entonces, ¿por qué no probarlo?


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  • Becker, J. (2018). The minimalist home: a room-by-room guide to a decluttered, refocused life. WaterBrook.
  • Lloyd, K., & Pennington, W. (2020). Towards a theory of minimalism and wellbeing. International Journal of Applied Positive Psychology, 1-16.

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