Según un estudio, el 68% de las parejas empezaron siendo amigos

El amor surge a veces cuando menos te lo esperas en la persona que tienes más cerca: en ese amigo o amiga que ves a diario... ¿Te ha pasado?
Según un estudio, el 68% de las parejas empezaron siendo amigos
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 07 abril, 2022

El amor nos encuentra de muchas maneras. A veces, de forma instantánea, a primera vista, a primera conversación y en ese flirteo en el que la fascinación mutua y la pasión nos une en una relación desde el minuto uno. Esto, como bien sabemos, sucede. Sin embargo, según un estudio buena parte de las parejas empezaron siendo amigos.

Es decir, lo más común es que ese amor surja a fuego lento y en ese día a día en el que las complicidades, el apoyo, las risas y la buena sintonía desembocan, tarde o temprano, en un vínculo afectivo. Mucha gente se sentirá identificada. De hecho, hay algo que señala la investigación publicada en el Social Psychological and Personality Science, de la que ahora hablaremos. Por lo general, esa persona que al final se convierte en nuestra pareja no nos atraía en un inicio.

Al conocer a ese compañero de clase, de trabajo o a esa persona que es amiga de otra amistad es habitual no sentir una especial atracción por él o ella. Sin embargo, al cabo del tiempo, nadie nos resulta más perfecto y encantador. Casi, sin saber cómo, esa figura se convierte en alguien imprescindible en nuestra vida y ya no podemos estar sin ella.

El amor que aparece entre las relaciones de amistad se hace patente al cabo de un año o dos, según un estudio reciente.

escena para representar que las parejas empezaron siendo amigos

Así surge el amor: el 68% de las parejas empezaron siendo amigos

El autor principal de este trabajo de investigación es Danu Anthony Stinson de la Universidad de Victoria en Canadá. Bien es cierto que, de algún modo, muchos intuíamos este dato. De este modo, y pesar de que estamos en la era de Tinder y de todas esas aplicaciones que nos permiten encontrar pareja —o una relación para una noche—, las personas siguen enamorándose a paso lento y en el día a día.

Ahora bien, esto no significa ni mucho menos que las relaciones originadas a partir de una amistad sean mejores que las surgidas de una atracción casi instantánea. Sin embargo, su modo de construirse las hace quizá mucho más interesantes. Iniciar una relación después de una buena amistad nos permite adentrarnos en ese vínculo con  mayor seguridad, conocimiento y complicidades.

Por otro lado, algo que destaca la investigación es que desde el momento en que nos conocemos y se inicia la amistad hasta que aparece el amor pasan de media 22 meses. Casi dos años en los que se erige poco a poco la magia de la confianza, la química de la atracción, la alianza de la intimidad, la admiración y ese deseo disimulado que emerge de manera lenta, pero evidente.

De la amistad, pasando al amor platónico a la consolidación de una pareja

El cine y la televisión nos suele mostrar a menudo fabulosas historias que parten del amor a primera vista. Hay un flechazo y, a partir de ahí, surgen diversas peripecias que terminan en esa unión idílica. Sin embargo, si partieran de lo que les sucede a dos tercios de las personas en materia relacional, esa producción sería excesivamente larga.

Buena parte de las parejas que empezaron siendo amigos pasaron por diversas etapas. Cabe señalar además que esta experiencia sucede tanto en personas heterosexuales como en la comunidad LGBTQ +. Por lo general, se inicia la amistad y al cabo de los meses aparece el amor platónico. Uno empieza a fantasear con ese compañero de trabajo o de clase, con ese amigo con el que nos llevamos tan bien y que es nuestro soporte cotidiano.

Cabe matizar, eso sí, que en el amor platónico no siempre existe de manera abierta el deseo sexual. Lo que hay es atracción emocional e intelectual, sumada a una idealización. La atracción física y el deseo surgen en una última instancia, en esa fase que, por término medio, precede a la consolidación o no de la pareja.

A menudo, la amistad genuina y enriquecedora se acompaña de una atracción intelectual similar a la sapiosexualidad. Son personas que sintonizan en infinidad de detalles y aspectos que, poco a poco, desembocan en una relación.

escena para simbolizar a las parejas que empezaron siendo amigos

Parejas que empezaron siendo amigos, la opción favorita

El autor de este trabajo, Danu Anthony Stinson, también nos indica algo interesante. Buena parte de las personas encuestadas en esta investigación indicaron que prefieren iniciar una relación partiendo de una amistad. De algún modo, damos casi por sentado que nada es tan decisivo en un vínculo afectivo como esa complicidad de quien antes de ser amante, sabe ser compañero de vida.

Quienes empezaron siendo amigos cuentan con esa ventaja, saben que van a tener consigo a alguien en quien apoyarse, a una figura con quien, previamente, ya se han compartido muchas cosas. No obstante, insistimos, esto no significa que este tipo de vínculos sean más ricos y felices que aquellos que se inician con una atracción mutua y una consolidación rápida de la relación.

Cada cual encuentra el amor a su manera y no hay mejores ni peores caminos. Porque lo más decisivo es lo que sucede después, justo cuando se inicia ese lazo afectivo y esa convivencia. Esa etapa siempre es nueva para todos y demanda de nosotros múltiples esfuerzos y delicadas artesanías psicoemocionales.

No obstante, jamás podremos quitar de esa ecuación que es el amor, la variable de la amistad. Sin ella, solo queda la pasión y el deseo, dimensiones fugaces que, si bien son intensas, no siempre perduran ni alimentan el compromiso.


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  • Stinson DA, Cameron JJ, Hoplock LB. The Friends-to-Lovers Pathway to Romance: Prevalent, Preferred, and Overlooked by Science. Social Psychological and Personality Science. July 2021. doi:10.1177/19485506211026992

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