Aprende 10 estrategias para ser una persona más generosa

La generosidad implica ser bondadoso, empático y agradecido con los demás. ¿Quieres saber algunas formas de ser más generoso en tu vida diaria? Descúbrelas aquí.
Aprende 10 estrategias para ser una persona más generosa
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Última actualización: 23 septiembre, 2023

La generosidad aparece de muchas maneras, aunque siempre involucra ser amable y comprensivo con otros. Quizá no lo sepas, pero es una cualidad que no solo alegra a quien la recibe, sino que también puede ser beneficiosa para ti. Por eso, en este artículo te enseñaremos algunas formas para ser una persona más generosa.

Y es que los actos de generosidad no siempre implican que debas gastar dinero para hacer caridad. En efecto, puedes cultivar esta cualidad de muchas otras maneras, ya sea escuchando, practicando la empatía o brindando tu tiempo. ¡Conoce más, a continuación!

¿Cómo ser una persona más generosa?

Quizás has escuchado que «la generosidad es una virtud». De hecho, esta forma de proceder está relacionada con actos de bondad y rectitud. Lo que tal vez no sepas es que resulta buena para tu salud. Ser generoso puede incrementar tu felicidad, como señala un estudio del Journal of Experimental Psychology: General.

Además, si tienes actitudes bondadosas con los demás, también logras un efecto contagioso. Si ayudas a alguien, es probable que esa persona ayude a otros y que, a su vez, ellos ayuden a más.

A pesar de todos estos beneficios de practicar la generosidad, llevarla a cabo a lo mejor resultar difícil en tu vida diaria. Muchas veces, no sabes cómo empezar. Por todas estas razones, te daremos algunos consejos para ser una persona más generosa y favorecer tu bienestar y el de los demás.



1. Realiza actos amables todos los días

El comportamiento prosocial implica ayudar o beneficiar a otros, pero también motiva la cooperación, reduce los conflictos y brinda bienestar psicológico, como indica una revisión del Journal of Experimental Child Psychology. Involucra muchos aspectos, por lo que es posible adaptarlo según tu disponibilidad.

En cualquier caso, busca que sean actitudes altruistas de las que no esperas nada a cambio. Da porque así lo prefieres, por el mero placer de hacer el bien y no porque esperas conseguir una recompensa. Aquí te indicamos algunos ejemplos.

Donar

Donar es una de las principales actividades vinculadas con la generosidad, aunque no la única. Si posees dinero suficiente, puedes donar a organizaciones benéficas. Otra buena opción es prestar dinero a quien lo necesite, ya sea un amigo, familiar o desconocido; o dejar una gran propina, si un servicio te pareció bueno.

De igual modo, compartir alimentos con los más necesitados u obsequiar tu ropa; sirve aquella que ya no utilices y esté en buen estado. ¿Por qué no donar sangre u órganos? Es posible que salves vidas gracias a este tipo de gestos.

Pequeñas grandes acciones

Ser una persona más generosa no siempre supone gastos. Si no dispones de dinero para esos fines, existen muchas otras acciones. Dejar buenas reseñas de productos, comercios o restaurantes que te gustaron, por ejemplo.

Otras grandes acciones son ayudar a alguien a cruzar la calle, ceder tu asiento en el transporte público u ofrecerte como voluntario en algún centro. De no encontrar la ocasión para ellas, sé más generoso/a al cuidar de un familiar o una mascota que lo necesite. Decir «por favor» y «gracias» son actos amables en sí mismos.

2. Regala tus objetos

Lo que es relevante para ti lo será de igual manera para la persona a quien se lo des, ya sean cosas materiales o inmateriales, como tu tiempo. Brinda aquello que te gustaría recibir o que sabes que otro lo necesita más. Un caso es la comida, la ropa o, por qué no, un rico chocolate.

3. Presta atención en las conversaciones

La escucha consciente es por excelencia un acto de generosidad. Cuando otra persona te habla, espera que tú le prestes atención. Puede ocurrir que no lo creas relevante o que para ti sea una tontería, pero siempre recuerda que para otro quizás es significativo.

Para ser una persona más generosa, debes atender a aquello que te cuentan, sobre todo si resulta importante para el emisor. Por eso, no lo interrumpas ni comiences a relatar tus propias experiencias. Intenta ser honesto/a, pero sin juzgar. De ese modo, mejorarás la comunicación y sentirás que puede apoyarse en ti ante una dificultad.

4. Dedica parte de tu tiempo

Es cierto que el tiempo es un bien preciado, en especial cuando trabajas o tienes niños a tu cargo. Sin embargo, siempre puedes encontrar el modo de dedicar, al menos unos minutos, a las personas que lo necesitan.

Si conoces a alguien que quiere pasar tiempo contigo, que lo escuches o acompañes, lo mejor que puedes brindarle es tu tiempo. Cuando es imposible encontrarse en persona, al menos envíales un mensaje o realiza una llamada. Te lo agradecerán y esto te convertirá en un alguien más generoso/a.

5. Intenta ser más empático/a

Puede que tu situación económica, personal o afectiva sea plena. No obstante, la mayoría de las personas afrontan dificultades en su vida diaria. Si buscas ser generoso/a, intenta ponerte en el lugar de los demás y compartir sus sentimientos. Enseguida, te brindamos algunos modos de practicar la empatía:

  • Escucha sus problemas o comentarios y practica compasión. No seas tan estricto/a con tus respuestas.
  • Analiza los gestos de las personas para reconocer sus emociones, en especial, la tristeza o la angustia.
  • Piensa cómo te sentías ante un momento de necesidad o tristeza y qué te hubiese gustado recibir de otros. Actúa en consecuencia.

6. Incluye a los demás

Ya sea que compartan tus mismos ideales, religión y valores o que no lo hagan, para ser generoso/a es necesario olvidar las diferencias e incluir a otros. Muchas veces, los prejuicios llevan a que desestimes la compañía de ciertas personas. Así haces a un lado a quienes pueden resultar una gran compañía.

Por eso, proponemos incorporarlos en tus actividades cuando tengas la ocasión. Por ejemplo, en los grupos de amistades, de estudio, en los deportes, en los equipos de trabajo, entre otros.

7. Perdona y agradece

La gratitud es una excelente manera de manifestar la generosidad. Es importante que aprendas a dar las gracias a los demás y a perdonar. Ya sea que te hagan un favor, por más pequeño que parezca, o que siempre te apoyen, reconócelo.

Da las gracias a tus familiares, a tus amistades, a tus maestros, a tus compañeros de trabajo. Deja un mensaje amable en alguna red social, para amplificar la gratitud y sus beneficios. Ser una persona más generosa implica perdonar aquellos males que te causaron y reemplazarlos por agradecimiento.

8. Felicita

Reconoce el esfuerzo de otras personas y felicítalos si tienen una buena noticia para darte. Halaga a los demás, ya sean adultos o niños, cuando obtengan un ascenso, aprendan algo nuevo, consigan pareja, viajen, cambien su peinado o su ropa. La envidia por sus logros no conduce a nada más que a generar pesar.

9. Ayuda a quien lo necesite

Todos tenemos cualidades o atributos que prevalecen por sobre otros. Puedes ser un gran maestro, un buen dibujante o comediante, saber sobre carpintería, deportes, música, diseño, cocina o infinidad de actividades. Encuentra en qué te destacas y úsalo a tu favor.

Ayuda a otros con algún conocimiento que poseas y ellos no. Incluso, regálales algún objeto hecho con tus manos o enséñales determinada tarea sobre la que tú tienes experiencia. Como dijimos, utiliza tus cualidades para brindar un poco de ellas a los demás.

10. Sonríe

Sonreír es beneficioso para uno y puede cambiar el humor o el día a quien lo necesita. Como indica un estudio de Frontiers in Psychology, los propios sentimientos están afectados por cómo se sienten los demás. Cuando estás feliz y sonriente, es probable que contagies esa emoción hacia otras personas.

A la vez, si estás enojado/a o triste, transmitirás ese sentimiento al resto. Como recomendación, no solo debes intentar estar sonriente y feliz para ser una persona más generosa, sino que también intenta lograrlo para mejorar tu bienestar.



La generosidad es una cualidad primordial

¿Qué haríamos si no existieran la generosidad? Es posible asumir que el mundo sería mucho más triste. Ahora que ya sabes cómo ser una persona más generosa, solo resta que practiques algunas de las estrategias compartidas. Eso sí, es importante que no te olvides de ti por querer dar a los demás.

Puedes comenzar con pequeños gestos, como escuchar al otro o enviarles un mensaje de agradecimiento. Como mencionamos, verás que practicar la generosidad es contagioso y, además, una actitud recíproca.


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