Serendipia y personalidad: personas que "atraen" hallazgos valiosos
Serendipia y personalidad comparten un vínculo. La magia de hallar algo inesperado y valioso de manera casi accidental responde, según los expertos, a otros factores que van más allá de lo causal. En realidad, seríamos nosotros mismos quienes con nuestro empeño, ingenio y determinación propiciaríamos esos hallazgos excepcionales.
Decía Louis Pasteur que “el azar favorece a la mente preparada” y tenía toda la razón. El mundo de la ciencia, por ejemplo, está lleno de descubrimientos sorprendentes. Alexander Fleming y la penicilina, Wilhelm Roentgen y los rayos X, Cyril Astley Clarke y su trabajo en la prevención de la enfermedad Rh del recién nacido… Podríamos dar cientos de ejemplos sobre cómo la serendipia vertebra los más relevantes hallazgos.
No obstante, siempre hay un elemento en común: la sagacidad, la perseverancia y esa mente capaz de ver en una mera casualidad, una gran posibilidad. No hay magia por tanto, lo que hay es el empeño deslumbrante de una mente despierta que sabe siempre ver más allá, que es receptiva a su entorno y que es capaz de ampliar perspectivas para permitir que entren nuevos enfoques.
“Las semillas de grandes descubrimientos flotan constantemente alrededor de nosotros, pero solo se arraigan a florecer en mentes bien preparadas para recibirlas”.
-Joseph Henry-
Serendipia y personalidad, ¿cómo se relacionan?
Podríamos decir sin equivocarnos que el área donde más serendipias suelen darse es en la industria farmacéutica. Uno de los casos más sonados de los últimos tiempos es sin duda el del Viagra, un fármaco creado originalmente para tratar la angina de pecho es ahora uno de los más vendidos para tratar la disfunción eréctil.
En el ámbito científico se sabe que la casualidad es un factor que siempre está presente, pero eso sí, se trata de un elemento que genera el propio investigador y que solo el más avezado sabrá aprovechar.
El propio William Shakespeare ya dijo en su obra Julio César que solo las personas capaces de adentrarse en las mareas logran fortuna, de ahí que la serendipia no sea para todos y que los hallazgos valiosos solo lo sean para quienes estén preparados para buscarlos.
Como dato curioso cabe decir que en la actualidad disponemos incluso de un organismo denominado “La sociedad de la serendipia” orientado a investigar estos fenómenos y a entender qué relación hay entre serendipia y personalidad. Se trata de una red de académicos de todo el mundo que desde el ámbito de la psicología, psiquiatría, la física o la medicina intentan desgranar estos eventos tan llamativos e inspiradores.
Estos son algunos de los datos que nos facilitan.
Personas que crean sus propias oportunidades
Serendipia y personalidad se relacionan a través del ingenio y de la capacidad para romper con lo establecido, lo esperable o lo normativo. Requiere innovación. Implica desafío. Se necesita amplitud de miras y tener también la curiosidad espontánea de un niño.
El propio Santiago Ramón y Cajal diría que un hallazgo favorable se da solo en un contexto de inspiración sumado a la oportunidad de estar en el momento correcto y el momento adecuado. Se combinan, por tanto, diversos factores donde es necesaria ante todo una clara predisposición y empeño en la tarea.
Estudios, como el llevado a cabo por el doctor David R. Colman, del Instituto de Neurología de Montreal, nos describen esto mismo y nos recuerdan a su vez que la serendipia aunque sea un fenómeno misterioso, está más presente en nuestro día a día de lo que podamos pensar.
Coincidencias felices en mentes dispuestas
El origen de la palabra serendipity, traducida como “serendipia” viene de un cuento persa llamado Los tres príncipes de Serendip (Serendip es el nombre persa de Sri-Lanka). Ahora bien, fue Horace Walpole quien usó este término en una carta dirigida al diplomático Horace Mann. Lo hizo relacionando este vocablo con la magia de la casualidad y esas coincidencias felices donde uno busca algo y halla otra cosa mucho mejor.
El cuento de los Tres príncipes de Serendip nos habla de cómo tres hermanos resolvían problemas y dificultades de manera extraordinaria. Horace Walpole atribuyó esas proezas a la casualidad, a ese azar que siempre parecía ser propicio a los hermanos. Sin embargo, si uno profundiza en este relato se da cuenta al instante de que no es así. Los tres príncipes eran sabios, hábiles y tremendamente ingeniosos.
Serendipia y personalidad comparten un vínculo en común y es la mente dispuesta. Es la misma que aplica Sherlock Holmes en sus casos. Cuando sucede algo inesperado, Holmes hace uso de ese método científico donde poder ir hacia atrás en su mente y reconstruir los posibles efectos que dan forma a esas causas. Hay ingenio, creatividad y no solo una apertura a la experiencia…
Las personas a quienes les suceden grandes serendipias las propician, generan movimiento y oportunidades, son activas y altamente ingeniosas. Así que tengámoslo en cuenta; para hallar esas coincidencias felices hay que saber escuchar, hay que ver el mundo de manera curiosa con la ilusión de un auténtico explorador, de alguien que no tiene miedo a adentrarse en nuevos caminos…
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- Colman, D. R. (2006). The three princes of Serendip Notes on a mysterious phenomenon. McGill Journal of Medicine.
- Copeland, S. (2018). “Fleming Leapt on the Unusual like a Weasel on a Vole”: Challenging the Paradigms of Discovery in Science. Perspectives on Science. 26(6)
- Ruy Pérez-Tamayo (1980) Serendipia: ensayos sobre ciencia, medicina y otros sueños. Iberlibro