El síndrome de retraso de fase en los adolescentes

Los hábitos de sueño varían en la adolescencia, pero en algunos casos esos cambios se relacionan con un tipo de alteración en su ciclo circadiano. Uno de ellos es el síndrome de retraso de fase, el cual te exponemos a continuación.
El síndrome de retraso de fase en los adolescentes
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 29 marzo, 2023

La adolescencia es la etapa de transición entre la niñez y la adultez que se caracteriza por sus grandes cambios, tanto en el cuerpo como en la forma en que un joven se relaciona con el mundo. Todos los cambios ya sean físicos, sexuales, cognitivos, sociales o emocionales pueden causar expectativas y ansiedad a los chicos y a sus familias.

Todos pasamos por la adolescencia, así que es normal que nos importe alguien que está en la mal nombrada «edad del pavo». Durante esta etapa surgen muchas preguntas acerca de lo que es normal o si se está presentando un problema diferente: «¿estará bien?», «¿come bien?», «¿duerme bien?». Siendo la última pregunta la que angustia a muchos padres, cuidadores, profesores o hasta expertos en la psicología del desarrollo.

Es habitual que los ciclos de sueño cambien en la adolescencia, ya que hay una liberación de la melatonina. Pero, ¿hasta qué punto es eso y no una alteración del sueño? Dentro de las alteraciones o trastornos del sueño durante la adolescencia, se encuentra el síndrome de retraso de fase y es lo que aquí abordaremos.

¿Qué es el síndrome de retraso de fase (SRF) en los adolescentes?

Este síndrome consiste en una condición del sueño que suele afectar entre el 7 % y el 16 % de los adolescentes, producto de la alteración del ritmo circadiano; es decir, del patrón de vigilia-sueño, la temperatura, el rendimiento cognitivo y la mayoría de otros ritmos biológico. Suele manifestarse entre los 11 y 18 años.

El SRF tiene como característica principal un retraso estable, por lo general, de más de dos horas del inicio y del final del sueño, respecto a los horarios convencionales, señala un artículo de la revista Pediatría Atención Primaria. Quiere decir que, clínicamente, los pacientes presentan insomnio a la hora de acostarse, con gran dificultad para levantarse por la mañana a la hora requerida.

Adolescente se desvela revisando el teléfono móvil
Disminuir el uso de pantallas en horas nocturnas contribuye con la higiene del sueño.

¿Cuáles son los síntomas del SRF?

El inicio y la finalización del sueño están retrasados en comparación a los horarios usuales. Por ejemplo, si el joven debe acostarse a las 9:00 de la noche para levantarse a las 5:00 de la mañana y así dormir sus ocho horas, lo más probable es que se duerma a la medianoche, trayendo como consecuencia que le cueste despertarse.

Otro síntoma importante, es que se muestre somnoliento durante el día, además de fatigado, manifestando bajo rendimiento escolar, disminución de la atención y, en algunos casos, estado de ánimo decaído, irritabilidad y tristeza.

¿Qué causa el síndrome de retraso de fase en los adolescentes?

Generalmente, su causa es desconocida debido a las variables que acompañan esta etapa del desarrollo, pero en muchos casos el origen pudiera ser genético: antecedentes familiares de insomnio, depresión, ansiedad o trastornos del sueño, siendo este periodo más propenso debido a las transformaciones cerebrales propias de la adolescencia.

La alteración del ritmo circadiano (ciclo vigilia/sueño) es otro motivo. Quiere decir que son más dinámicos al final del día; cabe aclarar, que no ocurre por preferencias sociales o sobrecarga de actividades escolares.

¿Cómo se diagnóstica y cuál es el tratamiento del SRF en adolescentes?

Es importante consultar con un médico del sueño o pediatra acerca de las inquietudes frente a este síndrome. Los especialistas indagan acerca de los antecedentes familiares, historias clínicas y realizan una agenda del sueño, buscando identificar patrones en los que se evidencie el comportamiento del menor frente a sus hábitos de descanso.

Por su parte, el tratamiento tiene base en un ajuste paulatino de los horarios de sueño, también conocido como higiene del sueño; otra recomendación es la exposición a luz solar al despertar y terapia cognitivo-conductual. Además, evitar al final del día una excesiva exposición a la luminosidad de la televisión, el ordenador u otros dispositivos electrónicos.

Alumna dormida en clases por síndrome de retraso de fase en adolescentes
Una de las secuelas del SRF es el bajo rendimiento escolar, producto de la alteración de las funciones cognitivas.

¿Cuáles son las consecuencias del síndrome de retraso de fase en los adolescentes?

Con frecuencia, este diagnóstico afecta su rendimiento escolar, pues al no poder dormir ocho horas sus funciones cognitivas como la atención, la percepción y la planeación se ven seriamente alteradas. Con relación al estado de ánimo, hay una probabilidad grande de que comiencen a desarrollar síntomas depresivos, como la irritabilidad, el llanto y la desregulación emocional.

Dicho lo anterior, resulta relevante evaluar el proceso de sueño de los adolescentes que nos importan o con quienes convivimos, dado que en muchos casos esos «desordenes» corresponden a una dificultad biológica que necesita del acompañamiento de un experto.


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