Síndrome de Einstein: ¿en qué consiste?
El síndrome de Einstein define a esos niños que desarrollan sus competencias de habla y lenguaje más tarde que el resto. Son muchos los padres que se sienten preocupados cuando sus hijos cumplen los dos años y apenas expresan con claridad unas pocas palabras. Sin embargo, es interesante saber que “los habladores tardíos” constituyen casi un 15 % de la población.
Es más, una de esas personas que formaron parte de esta categoría fue el mismísimo padre de la teoría de la relatividad. Así es, Albert Einstein fue un niño que no pronunció oraciones concretas y con sentido hasta que cumplió los 5 años. Su familia también se sintió alarmada y durante un buen tiempo asumió que tal vez el pequeño Albert evidenciaba cierto retraso intelectual.
Sin embargo, el mundo de la ciencia no sería lo mismo sin ese hombre que tardó bastante en poder comunicarse de manera efectiva con su entorno. Y no es el único. Son muchas las personas que durante los primeros años de su vida muestran un desarrollo lento en el proceso comunicativo.
Sin embargo, en ciertos casos esconden detrás altas competencias intelectuales. Lo analizamos.
¿Qué es el síndrome de Albert Einstein?
Pocas cosas obsesionan tanto a los padres como que sus hijos no se ajusten a todos los hitos del desarrollo previstos para su edad. Queremos que cumplan con esos percentiles y marcadores de crecimiento para saber que todo “va bien”. No obstante, esto no siempre ocurre, y que pase de este modo no significa ni mucho menos, que esté sucediendo algo malo.
Un ejemplo, trabajos de investigación como los realizados en el departamento de trastornos comunicativos de la Universidad de Wisconsin-Madison nos dicen algo interesante. La mayoría de los niños que empiezan a hablar de manera tardía asumen unas habilidades lingüísticas apropiadas a su edad. Ese retraso termina ajustándose.
No obstante, es importante que ante todo retraso en el desarrollo de una competencia se consulte a un especialista. Una atención temprana es clave en muchos casos para reducir el impacto de algún problema, en caso de que este aparezca. De este modo, es interesante saber que el conocido como “desarrollo lento o tardío” es especialmente común en los procesos de habla y lenguaje.
De ahí que se acuñará el síndrome de Albert Einstein.
Niños brillantes que hablan tarde
El síndrome de Einstein no aparece en ningún manual diagnóstico. Es solo una etiqueta para describir un fenómeno que aparece con frecuencia. Son muchos los niños que tardan bastante en hablar, pero que con el tiempo evidencian altas competencias intelectuales.
Este término fue acuñado por el economista estadounidense Evan Thomas Sowell. Lo popularizó a raíz de su libro Niños que hablan tarde en 1997. Más tarde, publicó otro trabajo junto al doctor Stephen Camarata titulado El síndrome de Einstein: niños brillantes que hablan tarde.
El doctor Camarata, profesor de ciencias de la audición y el habla en la Universidad de Vanderbilt, destacó algo importante en este trabajo. Son muchos los niños que reciben de manera errónea el diagnóstico de trastorno de espectro autista (TEA) por tardar más de dos años en hablar.
Es necesario realizar una atención más ajustada y personalizada de cada pequeño. Es más, en ocasiones pueden existir otros trastornos del lenguaje latentes que es necesario identificar cuanto antes. Otras veces, se debe solo a un desarrollo más tardío.
Asimismo, hay otro factor destacable: hay niños con un elevado cociente intelectual (CI) que desarrollan más tarde esa competencia comunicativa.
Una parte de los niños diagnosticados como “hablantes tardíos” superarán ese retraso demostrando poco a poco competencias brillantes debido a un elevado CI.
¿Cómo son los niños con síndrome de Einstein?
En el libro El síndrome de Einstein: niños brillantes que hablan tarde encontramos esas características que definen a estos pequeños. Sin embargo, en caso de que alguno de nuestros hijos evidencie ese retraso en el habla, es recomendable consultarlo con el pediatra. No caigamos en los autodiagnósticos.
Veamos esas características que Evan Thomas Sowell y el doctor Stephen Camarata definieron en el 2002:
- Incapacidad de los niños para expresar una frase correcta aún habiendo cumplido los dos años. Tienen un vocabulario muy reducido y pronuncian de manera incorrecta la mayoría de esas palabras.
- Evidencian grandes intereses y competencias musicales.
- Tienen buenas competencias motoras, incluida la motricidad fina.
- Tienen una gran memoria.
- Son resolutivos.
- Tienen unos intereses muy concretos y profundizan en ellos, ansían ampliar conocimientos.
- A menudo tardan en ser autónomos para ir al baño.
- Cuando están haciendo algo, se concentran y focalizan durante mucho tiempo la atención.
Para concluir, es importante señalar que no disponemos de una amplia documentación sobre el síndrome de Einstein más allá de este libro y artículos de opinión. Es una realidad que necesita todavía de más estudios y análisis por parte de los expertos. De momento, solo cabe recordar algo muy básico.
Cada niño evidencia su propio ritmo de crecimiento y maduración. Respetar este proceso y entender las necesidades particulares y únicas todo pequeño, es algo esencial. Antes de presionar, de juzgar o etiquetar, procuremos comprender.
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