9 situaciones que ameritan una terapia de pareja

¿Tu pareja no hace más que reprocharte las cosas? ¿Sientes que ya no hay complicidad en tu relación? Hay muchas razones por las que asistir a terapia. Te las explicamos.
9 situaciones que ameritan una terapia de pareja
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 noviembre, 2023

A la hora de acudir a una terapia de pareja, en la mayoría de los casos, hay ciertos miedos, dudas y reticencias. «¿De verdad alguien podrá ayudarme con lo que mi compañero/a y yo pasamos ahora?». «¿Cómo voy a abrirme a un desconocido y explicarle lo que nos sucede?». Lo más importante es dejar caer estas alambradas y escepticismos y confiar en los profesionales.

Una de las causas más comunes que motivan a solicitar este recurso es la mala comunicación. Sin embargo, también es frecuente ir por problemas sexuales, dificultades en la crianza de los hijos, adicciones a la pornografía o la pérdida de confianza en la otra persona. A continuación, te describimos en profundidad todas las razones por las que vale la pena dar el paso.

«La hostilidad puede aparecer de pronto hasta en relaciones de pareja felices y comprometidas. Surge cuando se desarrollan actitudes defensivas».

~ John M. Gottman, La ciencia de la confianza: sintonía emocional para parejas (2011) ~

Motivos para ir a una terapia de pareja

Las terapias de pareja tienen como objetivo aliviar el sufrimiento y ofrecer herramientas con el fin de mejorar la dinámica de la relación. La meta es siempre facilitar el acercamiento de las dos personas para que se avive de nuevo el afecto, florezca la confianza y se dé paso a una etapa más satisfactoria. En otros casos, el terapeuta es un guía que motiva, de forma inteligente y sana, el fin del vínculo.

Las razones por las que se solicita la ayuda de estos profesionales son muy amplias. Las causas no están solo en la conflictividad o los clásicos problemas de comunicación. Muchas veces, a nivel clínico, nos encontramos con personas que no superan sus traumas. Esto, a menudo, afecta la relación. Toma nota de más orígenes asociados.



1. Comunicación deficiente

Cuando la comunicación se vuelve ineficaz o agresiva, es posible que la terapia ayude a expresar mejor los pensamientos y las emociones. Ten en cuenta que la buena dinámica conversacional es el pilar de toda relación sexoafectiva. En ese sentido, metaanálisis como los divulgados en Journal of Consulting and Clinical Psychology avalan los beneficios de estos recursos.

Asimismo, es importante no dejar que esa interacción deficiente se extienda en el tiempo. En caso de hacerlo, las desavenencias se enquistan y el desafecto creará heridas profundas. Te describimos cuáles suelen ser, por término medio, los problemas de comunicación más recurrentes en una pareja:

  • Crítica constante
  • Falta de escucha activa
  • Comunicación pasivo-agresiva
  • Optar por el silencio ante un enfado
  • El diálogo es unidireccional (habla solo uno)
  • Negación y evitación a la hora de hablar de los problemas

2. Conflictos recurrentes

Esta es una realidad muy común en las consultas. A veces, te ves atrapado/a con tu compañero/a en un ciclo de conflictos constantes sin resolución. No sabes muy bien por qué, pero cualquier situación termina en reproches, discusiones y en una gran tensión emocional. En este escenario, un terapeuta es clave para identificar patrones y encontrar soluciones.

3. Falta de intimidad

En la terapia se pueden abordar los problemas relacionados con la intimidad sexual y la emocional. Gracias al paradigma terapéutico que aplique el psicólogo/a se resuelve un amplio espectro de situaciones como las siguientes:

Problemas emocionales

La intimidad emocional en la pareja se pierde cuando ya no se comparten pensamientos, emociones, sueños, miedos y preocupaciones de manera abierta y sincera. Si es tu caso, lo que experimentarás es una falta de conexión profunda con el ser amado. Un psicólogo facilita estrategias para crear acercamientos y reencontrarte con el ser amado de forma auténtica.

Intimidad sexual

Un estudio publicado en Indian Journal of Psychiatry informó que, en Estados Unidos, más del 30 % de los hombres y el 40 % de las mujeres, sufren algún problema de disfunción sexual. La terapia de pareja es el escenario idóneo para tratar este tipo de situaciones, entre las cuales, suelen estar las mencionadas enseguida:

  • Falta de deseo sexual
  • Problemas de rendimiento sexual
  • Falta de comunicación sobre el sexo
  • Problemas de confianza y/o autoestima
  • Diferencias en las preferencias o deseos sexuales
  • Aparición de la rutina en el ámbito erótico y sexual
  • Posibles historias clínicas de trauma o abuso sexual previo

4. Infidelidades

¿Perdonar o seguir adelante? Las traiciones e infidelidades conforman una las experiencias más dolorosas en una relación. Afrontarlas y saber qué hacer no es una tarea sencilla. En estos casos, un terapeuta orienta y apoya para reconstruir la confianza tras una traición.

Por otro lado, si a lo largo del proceso terapéutico se decide que lo mejor es poner fin a ese vínculo, el profesional también brinda estrategias para hacerlo del modo más adecuado. Si ahora mismo transitas por una vivencia de este tipo, habla con tu pareja. Hay abordajes basados en la evidencia que permiten afrontar estas realidades de forma óptima.

5. Problemas de confianza

La confianza en una relación es el hilo que todo lo cose y el motor que todo lo mueve. Pero, en ocasiones, puede romperse o desgastarse por las más diversas razones. Ten cuenta que esta área es como el oxígeno que mantiene vivo un vínculo sexoafectivo. En la terapia de pareja se abordarán siempre las siguientes áreas:

  • Comprender las causas subyacentes de la desconfianza.
  • Favorecer una comunicación abierta, empática y honesta.
  • Asumir la responsabilidad en la reconstrucción de esta dimensión.
  • Facilitar la toma de conciencia de los errores y guiar para saber pedir perdón.

6. Problemas de salud mental

La revista Family Process señala que la terapia de pareja es un método válido y aceptado para reducir la angustia en la relación y mejorar la calidad de vida de los miembros de la misma. Te interesará saber que, entre esas finalidades, está tratar posibles problemas psicológicos que interfieren en toda la dinámica afectiva. Toma nota de algunos ejemplos:

  • Adicciones a sustancias y comportamentales: la adicción al alcohol, las drogas, el juego o, incluso, a la pornografía, afectan a la relación de maneras muy complejas y dolorosas. La terapia es un espacio útil y necesario para abordar estas dificultades con mayor información y nuevas herramientas.
  • TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad): tener una pareja con TDAH perjudica muchas dinámicas de la relación, entre ellas, la comunicación. Si tu pareja tiene este diagnóstico o lo tienes tú, la guía de un profesional especializado aporta valiosas estrategias para que el día a día sea más fácil.
  • Trastornos psicológicos: muchas parejas hacen frente al hecho de que, alguno de los dos, padezca de diversas afectaciones, desde una depresión, trastorno bipolar, hasta un trastorno límite de la personalidad. En estos casos, el profesional ofrece herramientas para convivir y afrontar los desafíos de esas realidades clínicas.
  • Traumas psicológicos: abusos de infancia, maltratos, relaciones abusivas anteriores, etc. En un artículo compartido en Journal of Couple & Relationship Therapy se analizan cómo estas vivencias impiden, a menudo, mantener vínculos sexoafectivos saludables con la pareja y la familia. Este tipo de abordaje resulta siempre muy eficaz.

7. Dificultades familiares

La crianza de los niños, el trabajo, las aspiraciones personales y las de tu compañero/a y hasta los problemas con tus padres o suegros. Ser pareja implica, con frecuencia, lidiar con todo un entramado de dinámicas sociofamiliares. A veces, todas estas responsabilidades generan estrés y cuesta bastante cuidar de la relación y, a la vez, cumplir con todas las obligaciones.

El asesoramiento en terapia de pareja te ofrecerá poderosas habilidades para encontrar la armonía en cada una de estas esferas. Poder atender desde las propias necesidades, sin descuidar las del ser amado o las de los hijos es un pilar nuclear. Y, en efecto, hay recursos terapéuticos muy útiles en ese sentido que te ayudarán a afrontar con éxito estos problemas.

8. Afrontar cambios

Una pareja navega a lo largo de su vida por diferentes desafíos y cambios. Ejemplo de ello puede ser la vivencia de un aborto. También la pérdida de empleo, las dificultades financieras, afrontar alguna enfermedad, etc. Acudir a un entorno terapéutico actúa como refugio para compartir miedos, necesidades y hallar recursos de afrontamiento saludables.

9. Prevención de problemas futuros

Puede que este dato te llame la atención, pero es una realidad común. Algunas parejas optan por la terapia para prevenir problemas antes de que estos se conviertan en crisis. Es una estrategia muy enriquecedora, debido a que con ella logran empoderar su relación y fortalecerla para hacer frente a cualquier problema futuro.



Terapia para las parejas: un refugio seguro para crecer

En terapia, los corazones de las parejas se abren y las palabras se vuelven puentes hacia la comprensión mutua. En ese espacio seguro y guiado por un terapeuta, se sanan heridas relacionales, se desvelan las vulnerabilidades y se entrenan nuevas fortalezas. Si lidias con alguna de las situaciones aquí descritas, acude sin temor a un profesional con tu compañero/a.

Es una oportunidad para tratar un futuro más resiliente juntos. Es en estas terapias donde las personas se habilitan en valiosas herramientas de comunicación y compromiso mutuo. Vale la pena dar el paso, porque no solo se repara el propio vínculo relacional, a nivel personal también resulta muy enriquecedor.


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