Tiempo con valor, tiempo para lo extraordinario

Tiempo con valor, tiempo para lo extraordinario
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 06 agosto, 2023

No todos nos sentimos cómodos dentro de una vida perfectamente estructurada, en la que queda poco margen para la improvisación. Puede que te preguntes, ¿Qué hago entonces?, ¿Soy ordenado o no? ¿Dejo de lado la agenda que me indica qué hacer o me atengo a los compromisos y obligaciones marcados? Bueno, como siempre, es una cuestión de equilibrar la balanza.

La disciplina no es lo opuesto a la creatividad, sino que ambas se ayudan y potencian. Estar concentrado es lo que necesitas para realizar cualquier tipo de trabajo, sobre todo, el creativo. Cuando estás diseñando una nueva estrategia, estás delineando un proyecto o estás llevando a cabo un presupuesto, necesitas abstraerte de lo que ocurre a tu alrededor. Eso no quiere decir que te olvides de todo lo demás, sino que prestes atención para conseguir un resultado brillante.

Ese instante vital en que la concentración te ayuda a seguir con tus tareas es el que, tal vez, deberías aprender a cultivar. La atención debe estar en esa tarea, y en nada más. Al menos, durante la puesta a punto. Existe una zona, según indica el psicólogo Mihaily Csikszentmihalyi, donde las ideas surgen de manera automática, no requieren de esfuerzo adicional para salir a la luz, como si fueran una vertiente en una montaña. Él ha denominado a esto, la “zona de flujo” (flow zone en inglés).

¿Cómo puedes aprovechar al máximo ese estado de creatividad absoluta? Tienes que entregarte al 100% a la tarea que estás haciendo. Quizás no te guste demasiado, pero recuerda que siempre hay algo bueno en cada cosa que emprendes. Y en los pequeños detalles es donde está la magia, donde te sorprenderás de aquello que has conseguido o descubierto. Imagina por un instante que estás en la oficina, tu jefe te ha pedido que redactes un informe para una reunión. Seguro que piensas “¿Puede acaso haber algo más aburrido?”. Pues, si quitas de en medio lo monótono o rutinario de esa actividad, podrás empezar a verla con otros ojos.

Para comenzar, una buena idea es que te focalices y te concentres sólo en ella. Así, te trasladarás a un estado superior, de “flujo” y podrás alcanzar el máximo de tu desempeño creativo. Pondrás en ese informe todo tu potencial, ofrecerás todo lo que se halla escondido en tu interior y que hasta el momento, no te habías dado cuenta que existía.

Las interrupciones que te llegan de todas las direcciones, como un llamado por teléfono, las redes sociales, una charla entre dos colegas al lado de tu escritorio, te pueden desenfocar. Trata de seguir mirando hacia adelante, al menos hasta terminar con tu trabajo. Es muy frecuente en los adultos actualmente atender varios asuntos al mismo tiempo, porque de lo contrario, creen que están perdiendo el tiempo. Pero eso no es así, en lo absoluto.

¿Te has puesto a pensar cómo podrías ser más eficaz en lo que haces? ¿De qué manera consideras que estás intentando bajo cualquier medio “aprovechar” todos los minutos disponibles de tu vida? ¿Quién nos ha echo creer que no podemos estar desocupados un rato al día? Al parecer, no es admisible que nos tomemos quince minutos para almorzar, por ejemplo. ¿O acaso puedes dejar de lado el móvil cuando estás comiendo, por ejemplo, o no pensar en nada más que en lo delicioso que está aquello que está en tu plato?

Si tienes la sensación de que nunca tienes tiempo para nada, que las horas pasan muy de prisa, pero la lista de tareas pendientes no desciende; si crees que no te quedan minutos libres para hacer lo que más te gusta, entonces, tal vez deberías empezar a pensar en qué ocupas tus días. Si eres demasiado estructurado y apenas te levantas de la cama por la mañana, en lugar de cerebro parece que tienes un ordenador porque estás calculando el tiempo para cada cosa, no estás viviendo realmente.

Es momento de empezar a reconocer los eventos extraordinarios, eso que no planeas y sucede, aquello que te inspira a seguir, lo que te permite salir de la zona de confort o lo que, simplemente, te saca de la rutina. Desde mirar las estrellas a una flor mientras caminas por la calle, a saber en qué circunstancia vale la pena poner todo el esfuerzo mental para después liberarte de la presión y disfrutar de cierta “libertad”.

Si últimamente tu motivación parece estar dormida, pregúntate ¿cuándo ha sido la última vez que hice algo extraordinario, fuera de la agenda, y me ha encantado?


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.