La teoría de Carol Gilligan y el sentido del yo de la mujer

Según Kohlberg, el desarrollo moral de las mujeres era inferior al de los hombres. Pero Carol Gillian evidenció que, en realidad, el sentido de la justicia y la moral femenina es diferente y gira en torno a otra escala de prioridades.
La teoría de Carol Gilligan y el sentido del yo de la mujer
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 12 noviembre, 2021

La teoría de Carol Gilligan propone una perspectiva diferente a los estudios realizados por Lawrence Kohlberg sobre el desarrollo moral del ser humano. Para esta psicóloga, filósofa y feminista de la Universidad de Harvard, el problema de Kohlberg fue que marcó unas claras diferencias entre el desarrollo de los niños y las niñas en este ámbito.

Las mujeres, según el enfoque de Kohlberg evidenciarían cierta “flaqueza moral”. No solo eran más lentas a la hora de consolidar los diferentes niveles de competencia moral, sino que, además, no alcanzaban el estadio más elevado, el de la ética de la justicia.

Ahora bien, cabe señalar que Carol Gilligan conocía muy bien el trabajo de Kohlberg porque fue su asistente de investigación entre 1964 y 1967. De este modo, algo que afirmó a menudo en sus trabajos y publicaciones es que su mentor usaba dilemas morales hipotéticos que solían estar claramente sesgados hacia el sexo masculino.

Sin contar, además, que buena parte de la muestra en sus investigaciones eran niños. Esto hizo que, años después, Gilligan publicara su conocido trabajo In a Different Voice. 

Las mujeres, a diferencia de los hombres, no se focalizan solo en el respeto a los derechos morales o la ética de la justicia. Según Gilligan, ellas se moverían en lo contextual, en las relaciones y en una concepción global que trasciende lo normativo.

chica al amanecer pensando en la teoría de Carol Gilligan

Teoría de Carol Gilligan, una perspectiva feminista

Para comprender la trascendencia de la teoría de Carol Gilligan, debemos entender el contexto. Era la década de los 70-80 y los movimientos feministas buscaban hacerse un hueco en la sociedad y, sobre todo, reformular teorías que evidenciaban sesgos de género.

Asimismo, también debemos considerar que Lawrence Kohlberg presentó su tesis doctoral sobre el desarrollo moral en 1958, en un contexto sexista del que no pudo aislarse del todo. Su teoría constaba de tres niveles, el preconvencional, el convencional y postconvencional. En cada uno de ellos había, a su vez, dos etapas.

Algo que evidenció Kohlberg es que no todas las personas alcanzan los niveles más elevados de desarrollo moral. Además, puntualizó que las niñas puntuaban más alto en la búsqueda de aprobación de los demás. Mientras los niños, sí alcanzaban niveles más elevados de conciencia moral y se preocupaban más por las leyes de la sociedad.

Como contrapartida, saldría años después a la luz la teoría de Carol Gilligan, convirtiéndose al poco en un clásico dentro de la literatura feminista. La revista Time llegó a reconocerla como una de las 25 personas más influyentes, pero eso sí, su enfoque tampoco está exento de críticas. Lo analizamos.

En 1977, Carol Gilligan publicó un artículo en el que reformulaba la teoría del desarrollo moral de Kohlberg para añadir una perspectiva de género centrada en la figura de la mujer.

Las etapas del desarrollo moral, según Gilligan

La teoría de Carol Gilligan adquirió trascendencia tras la publicación de su célebre artículo In a Different Voice en 1977. En este trabajo de investigación, Kohlberg dejó las preocupaciones y experiencias de las mujeres a un lado.

Además, la muestra con la que hizo sus investigaciones estaba claramente sesgada: la mayoría eran niños o jóvenes blancos de clase media o alta. Gillian propuso un modelo alternativo con el que poner en evidencia el yo de la mujer en ese proceso de desarrollo moral. Lo analizamos.

Moralidad preconvencional

En este primer nivel no hay muchas diferencias de las que definió Kohlberg: el juicio moral de la niña se centraría por completo en sí misma y en la necesidad de sobrevivir. Siempre priorizará sus propias necesidades.

Ahora bien, más tarde llega otra etapa en este periodo, ahí donde la joven empieza a dar valor a sus vínculos con los demás. Entiende que centrarse en ella misma es un acto egoísta.

Moralidad convencional

Dentro de la teoría de Carol Gilligan, esta etapa es la más ilustrativa. Uno de los conceptos que mejor definen a esta psicóloga es su perspectiva sobre el aspecto del cuidado y la dimensión asociada de manera tradicional a la mujer.

Algo que define a las mujeres en una parte de sus vidas es la preocupación por los demás y esa prioridad les lleva a veces al autosacrificio y a la anulación de la atención a sí mismas. Es una moralidad centrada en el autosacrificio. Recordemos que esta teoría fue enunciada en los años 70-80. La educación recibida y los modelos de género mediaban en esta percepción y esto fue algo que Kohlberg no tuvo en cuenta.

Ahora bien, dentro de la etapa convencional hay un segundo nivel. Ese donde la mujer empieza a tomar conciencia de que debe lograr un mejor equilibrio entre sus necesidades y las de los demás.

La moralidad postconvencional y la teoría de Carol Gilligan

En esta etapa, Gilligan establece que la mujer alcanza un juicio moral dictado por el principio de no violencia (ni sobre ella misma ni sobre los demás). Las necesidades de uno mismo son tan importantes como las necesidades de los demás. La igualdad es clave.

En esta fase, el sentido del yo de la mujer alcanza su nivel más elevado al comprender que no debe dejarse explotar.

Esto implica tener que buscar su espacio en la sociedad y en sus relaciones. Ese donde pueda alcanzar un adecuado balance. Ese en el que poder desarrollarse y alcanzar todo su potencial, pero sin supeditarse en exclusiva a promover el bienestar ajeno.

Según Gilligan, el sentido de identidad de la mujer lucha siempre con dos tendencias: la necesidad de conexión y atención a los demás, con la de su propia independencia.

Chica sola pensando la teoría de Carol Gilligan

Críticas al modelo de Gilligan

Una de las críticas más comunes a la teoría de Carol Gilligan tiene mucho que ver con que se centra en la idea de que las mujeres necesitan atenciones y cuidados. En cierto modo, esta visión perpetúa una vez más el rol de cuidadoras asociado al género femenino. También se critica la idea de que los hombres no se preocupan tanto como las mujeres por la conexión y las relaciones.

Por otro lado, también hay otro aspecto que queda en evidencia y que la hace quizá caer en el mismo error que Kohlberg. Carol Gilligan, al igual que su mentor, dan por sentado que niños y niñas evidencian un desarrollo moral y ético diferente. Una vez más, se acaba perpetuando las diferencias asociadas al sexo.


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  • Gilligan C, Kohlberg L, Lerner J, Belenky M. Moral reasoning about sexual dilemmas: The development of an interviews and scoring system. Washington, DC: U.S. Commission on Obscenity and Pornography; 1971.
  • Gilligan C. In A Different Voice: Psychological Theory And Women's Development. Cambridge, MA.: Harvard University Press; 1982.
  • Gilligan C. In a Different Voice: Women's Conceptions of Self and of Morality. Harv Educ Rev. 1977;47(4):481-517. doi:10.17763/haer.47.4.g6167429416hg5l0
  • Wilkinson S. Feminist Psychology. In: Fox D, Prilleltensky I, ed. Critical Psychology: An Introduction. 1st ed. London: Sage Publications; 1997:247-264.

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