La teoría del conocimiento de Aristóteles

Para Aristóteles el conocimiento solo es posible si proviene de los sentidos. No obstante, para acceder a la verdad, es necesario que el entendimiento sintetice la información sensorial.
La teoría del conocimiento de Aristóteles
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Support MContigo

Última actualización: 06 julio, 2022

La teoría del conocimiento de Aristóteles plantea que, para acceder a la verdad, es necesario que el entendimiento sintetice los estímulos sensoriales.

Este filósofo es considerado uno de los más excelsos . Nació en 384 a. C. y murió en 322 a. C. Sus obras dieron forma a muchas teorías filosóficas posteriores. Incluso, hoy en día continúan estudiándose sus escritos con gran interés; estos abarcan una amplia gama de disciplinas, entre las que destacan la lógica, la metafísica, la filosofía de la mente, la ética, la teoría política, la estética y la teoría del conocimiento.

A continuación, expondremos en qué consiste su teoría del conocimiento.

Aristóteles y su teoría del conocimiento

Al igual que ocurre con Platón, en los estudios de Aristóteles encontramos una teoría del conocimiento no muy elaborada. Sin embargo, sí se identifican pasajes explícitos que analizan el conocimiento desde diferentes aspectos.

A partir de estos, podemos deducir de la epistemología aristotélica algunas características básicas, resumidas a continuación.

Mente con pájaros azules
Aristóteles diviede el conocimiento en tres áreas: el conocimiento teórico, el conocimiento práctico y el conocimiento productivo.

Niveles en la teoría del conocimiento

En las obras de Aristóteles encontramos niveles o grados de conocimiento. El nivel más básico es el sensible, que se deriva directamente de los sentidos (percepción). Consiste en un conocimiento inmediato y fugaz. Este desaparece con la sensación que lo ha generado y es propio de los animales inferiores.

En los animales superiores, incluido el ser humano, interviene la memoria sensitiva y la imaginación , que producen un tipo de conocimiento más persistente. Este proceso es lo que genera la experiencia.

El nivel más elevado de conocimiento es aquel que está representado por la actividad del entendimiento, el cual nos permite conocer el porqué de las cosas, así como las causas de los objetos. Este conocimiento surge necesariamente de la experiencia y solo será verdadero si esta es capaz de explicar la causa de lo que existe.

Tres tipos de saberes

En la teoría del conocimiento de Aristóteles existe una categorización jerárquica de saberes, dado que el conocimiento se puede dar en distintos niveles. Estos son los siguientes:

  • El saber productivo: es el más básico. Se trata de un conocimiento técnico, cuyo objetivo es la fabricación de objetos útiles. Por ejemplo, este tipo de saber es el propio de la carpintería.
  • Saber práctico: es superior al anterior y remite a la capacidad de ordenar racionalmente la conducta, tanto pública como privada. Este tipo de saber es de carácter ético político, ya que busca la virtud y la regla de la “buena acción”.
  • Saber contemplativo o teórico: no responde a ningún tipo de interés, productivo o práctico, y representa la forma de conocimiento más elevado que conduce a la sabiduría. Este saber se refiere al modo de ser de las cosas mismas.

Los sentidos como punto de partida

Hasta ahora, vemos que la teoría del conocimiento de Aristóteles sitúa a la sensación y a la experiencia como únicas fuentes del saber, porque nos ponen en contacto con la realidad de las sustancias concretas. Sin embargo, el verdadero conocimiento, concerniente a las causas y principios de las cosas en sí, se obtiene cuando obra el entendimiento sobre nuestras sensaciones y nuestra experiencia.

El mundo está conformado por sustancias, las cuales están compuestas por materia y forma (su esencia). Por ejemplo, en el caso de la sustancia “hombre”, la materia sería el cuerpo y la forma correspondería al alma.

Hombre meditando en las profundidades de su alma.
El verdadero conocimiento ocurre cuando obra el entendimiento sobre las sensaciones y la experiencia.

El verdadero conocimiento supone dar cuenta de la forma del objeto conocido. Pero, como ya vimos, la forma se encuentra en la sustancia. Así que, para captar la forma, es absolutamente necesario haber captado la sustancia, previamente, por medio de los sentidos. De este modo, el entendimiento no puede entrar en contacto directo con la forma.

Cuando el hombre nace, no dispone de ningún contenido mental, por ello, el entendimiento no tiene material para trabajar. En otras palabras, el entendimiento va adquiriendo sus objetos de conocimiento, a medida que el sujeto va captando las sustancias por medio de la experiencia.

Creación de conceptos

El conocimiento verdadero versa sobre la forma, según la teoría del conocimiento de Aristóteles. Esta es la esencia que define al objeto, es decir, es lo que permite que una cosa sea lo que es y no otra. Siguiendo con el ejemplo del “hombre”, el alma es lo que define al ser humano como tal.

Las formas son conceptos universales que engloban la totalidad de los individuos de un grupo determinado. Por ejemplo, la sustancia “perro” está compuesta por el cuerpo (que es individual y característico de cada ser) y su forma (lo cual hace que sea un perro y no otra cosa). En este caso, la esencia canina es lo que tienen en común todos los perros y es lo que permite la creación de un concepto universal para esa sustancia.

Los sentidos solo pueden captar lo individual: las formas sensibles de las sustancias concretas, mientras que el entendimiento se encarga de captar lo universal o su forma mediante la abstracción de los objetos. Así, Aristóteles plantea un proceso inductivo, pues se pasa de lo particular a lo universal.

El legado de Aristóteles

La teoría del conocimiento de Aristóteles es la base de una de las corrientes filosóficas más importantes: el empirismo. Incluso, se considera que él es el primer empirista de la historia.

La influencia de Aristóteles ha calado en muchas otras corrientes del pensamiento, aun del contemporáneo. Este gran pensador es reconocido como uno de los predecesores más importantes de su campo de estudio. Un ejemplo es el cristianismo de la Edad Media, cuya doctrina contiene muchas de sus ideas.


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