Terapia de resolución acelerada para el sufrimiento emocional
Imágenes, recuerdos y sensaciones desagradables, de las que turban, de las que nos encierran en un pozo de malestar. ¿Quién no las ha tenido alguna vez? Basta con que suban los niveles de estrés, para que los pensamientos se vuelvan amenazantes. Un solo hecho doloroso en nuestra existencia tiene el poder de repetir ciertas escenas se en nuestra mente.
El cerebro es insistente y hasta obsesivo a la hora de producir ese tipo de pensamientos disfuncionales que asientan buena parte de los trastornos psicológicos. Lo sabe, por ejemplo, quien transita por un trastorno del estrés postraumático. Lo sufre quien está suspendido en la esfera cenicienta de la depresión y también los que padecen fobias o estén atravesando un duelo.
Nos encantaría disponer de un mecanismo que regulara la intensidad de esa negatividad interna para sustituirla por un enfoque más resiliente. Sin embargo, no todos tenemos esa agilidad de manejar el sufrimiento emocional. Afortunadamente disponemos, eso sí, de las herramientas que nos ofrece la terapia psicológica.
Entre las diferentes escuelas y enfoques, hay una muy reciente que nos puede ser muy útil para este fin. En ella ahondaremos.
Los enfoques terapéuticos que aplican una metodología breve y estratégica son los más demandados en los últimos tiempos.
Terapia de resolución acelerada: características y finalidad
La terapia de resolución acelerada es un tipo de psicoterapia breve que integra los modelos psicológicos con mayor evidencia y éxito en el tratamiento del dolor emocional. Fue desarrollada en el 2008 por la doctora Laney Rosenzweig, una terapeuta matrimonial y familiar. Cabe señalar que, en la actualidad, es uno de los recursos más interesantes.
Por su parte, trabajos de investigación como los realizados en el Hospital Fort Belvoir, en Virginia, destacan una serie de datos interesantes respecto a la misma. Estamos ante una técnica de elevado potencial que usa la reformulación de eventos y metáforas angustiosas como claves. Su evidencia, además, está avalada por la Asociación Americana de Psicología (APA).
La terapia de resolución acelerada ofrece una serie de recursos y herramientas que se aplican a lo largo de cinco sesiones con una duración de entre 60 o 70 minutos.
¿Qué modalidades terapéuticas integra?
En los últimos tiempos es cada vez más frecuente encontrar terapias que integran recursos de otras modalidades que son, de por sí, efectivas y reconocidas. El objetivo es disponer de un amplio abanico de recursos eficientes capaces de dar respuesta a las necesidades de cada paciente. En este caso, la terapia de resolución acelerada recoge técnicas de un gran espectro de terapias muy reconocidas:
- Terapia Gestalt.
- La terapia de exposición.
- Técnicas de imagen guiada.
- Terapia psicodinámica breve.
- Terapia cognitivo-conductual.
- El EMDR o desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares.
El principal objetivo de los profesionales en este enfoque es cambiar la forma en que el paciente procesa las imágenes estresantes y dolorosas almacenadas en el cerebro. Este viaje psicológico entre la persona y el especialista tiene una duración de unas cinco o seis sesiones, de poco más de una hora cada una.
¿Cuáles son los objetivos de la terapia de resolución acelerada?
Sus utilidades son amplias. Si bien suele asociarse al abordaje del trastorno del estrés postraumático, cada vez se está aplicando en más ámbitos como los siguientes:
- Tratar las fobias y los ataques de pánico.
- Guiar a la persona para que sepa manejar de manera más saludable los duelos.
- Reducir la intensidad de los pensamientos en el trastorno obsesivo-compulsivo.
- Abordar las conductas adictivas y liberar a la persona de esas conductas nocivas.
- Ofrecer estrategias para abordar el sufrimiento en las relaciones interpersonales.
- Reformular ideas distorsionadas e imágenes dolorosas vinculadas a los traumas, a la ansiedad, a la depresión.
La premisa de la terapia de resolución acelerada es conseguir que el paciente cambie el modo en que procesa las imágenes negativas alrededor de un hecho traumático, de su pasado o de algo complicado por lo que transita en la actualidad.
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¿A qué técnicas apela la terapia de resolución acelerada?
Laney Rosenzweig, la doctora que desarrolló esta terapia, descubrió la gran efectividad que de la técnica del EMDR o movimiento rápido de los ojos para el tratamiento de los traumas. Visto el potencial de esta herramienta, quiso modificarla e integrar otras técnicas para amplificar sus beneficios y dar respuesta a pacientes con más necesidades y características clínicas.
Con el tiempo, terminó asentando las bases de este modelo que ahora promueve también gracias a su último libro: Too Good to Be True? Accelerated Resolution Therapy (2022). Sin embargo, llegados a este punto, nos preguntaremos qué técnicas son las que se aplican para lograr ese éxito terapéutico. Ahora les detallaremos.
Un modelo directivo e interactivo
El terapeuta tiene un papel directivo y las sesiones están muy estructuradas para que el paciente colabore y cumpla con los objetivos.
- Se utilizan técnicas de la terapia cognitivo-conductual para exponer a la persona a esas situaciones estresantes o dolorosas.
- El terapeuta, entonces, reduce esa carga emocional dando instrucciones al paciente para procesar de otro modo esos hechos.
- Asimismo, se alienta a las personas a que piense en soluciones para abordar los problemas.
Reprocesar la memoria emocional
Una de las estrategias primordiales de este modelo es la técnica de la reescritura de imágenes. Consiste en que el paciente cambie el modo en que ve, entiende y siente aquello que le turba mediante la visualización guiada y la imaginación; la Revista Americana de Psicología ha publicado sobre ello. Se sugiere que esta técnica reduce la ansiedad, los miedos y da forma a un pensamiento más saludable y recuerdos menos dolorosos.
Alta estructuración basada en cuatro componentes
Es muy posible que al pensar en una terapia que dura 5 o 6 sesiones, dudemos un poco de su eficacia. No obstante, debemos tener en cuenta que estamos ante un modelo altamente estructurado de cara a las necesidades de cada paciente. Aquí la labor del especialista es clave para diseñar cada paso y cada herramienta. Por ello, es interesante conocer los componentes que definen ese conjunto de sesiones.
- La facilitación: hay que ofrecer al paciente herramientas y técnicas en cada sesión, para que esté activo en cada momento durante las mismas.
- El aprendizaje: el terapeuta debe asegurarse de que la persona asume una serie de conocimientos que aplicará en su vida cada vez que surjan los miedos, las ansiedades o los problemas.
- El cambio: sin este no hay avance; es algo que debe darse a lo largo de las sesiones.
- Cierre: la terapia concluye con un resumen de lo aprendido y con la asunción de un tratamiento con el cual, la persona debe sentirse empoderada.
Conclusión
Estamos ante un tipo de terapia relativamente nueva, prometedora y que ha despertado un gran interés. Su principal atractivo es que es un modelo breve que integra recursos muy concretos con eficacia. Sin embargo, debemos tener presente que para que dichas terapias sean de ayuda, los profesionales deben estar bien entrenados.
Estamos ante un enfoque terapéutico que promete cambios en pocas sesiones. Para que esto sea posible, el terapeuta debe diseñar de forma muy precisa y estratégica cada sesión, partiendo de una adecuada evaluación previa.
De momento, es muy útil en las experiencias traumáticas, pero ahora mismo ya se usa incluso para el tratamiento del insomnio. Estaremos pendientes de sus avances y estudios publicados al respecto.
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