Tripofobia: síntomas, causas y tratamiento
La tripofobia es un miedo extremo o repulsión por cualquier patrón de figuras geométricas muy juntas entre sí. Estas figuras pueden ser hoyos y rectángulos pequeños o círculos convexos. De hecho, la palabra tripofobia significa literalmente ‘miedo a los agujeros’.
Este miedo irracional es bastante común en humanos, aunque no se conoce mucho acerca del mismo en la actualidad. Y es que millones de personas han afirmado que sienten repulsión y síntomas de ansiedad cuando observan patrones de pequeños agujeros aglomerados.
¿Qué es una fobia?
Las fobias se definen como un temor intenso e irracional hacia una persona, objeto o situación que entraña poco o ningún peligro. La palabra viene del término griego fobos que significa ‘pánico’.
En la mitología griega, Fobos era también el hijo de Ares, dios de la guerra y Afrodita, diosa del amor. Personificaba al miedo. Alejandro Magno le rezaba a Fobos antes de cada batalla para alejar el temor.
Cuando hablamos de tripofobia, nos estamos refiriendo a una fobia específica que se caracteriza por miedo o ansiedad a objetos o situaciones claramente delimitados, que pueden denominarse estímulos fóbicos. En este caso serían todas aquellas formas geométricas muy juntas.
De acuerdo al DSM-V (Manual Diagnóstico y los Estadístico de Trastornos Mentales), las fobias específicas, como la tripofobia, cumplen las siguientes características:
- Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica (p. ej., volar, alturas, animales, administración de una inyección, ver sangre…)
- El objeto o situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad inmediata.
- La situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o ansiedad intensa.
- El miedo o la ansiedad es desproporcionado si analizamos el peligro real que plantea el objeto o situación específica y el contexto sociocultural.
- El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
- La ansiedad, el miedo o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en la dimensión social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Es común que las personas tengan múltiples fobias específicas. Aproximadamente el 75% de las personas con fobia específica temen a más de una situación u objeto.
La tripofobia no se considera una enfermedad, pero podría llegar a serlo
Las personas con tripofobia suelen presentar síntomas de ansiedad cuando observan corales, paneles de abeja, burbujas de jabón, trajes de lunares, chocolate aireado o un puñado de troncos apilados.
Sentir repulsión hacia estas figuras geométricas u hoyos no es una enfermedad. Se ha constatado que supone un miedo normal y frecuente en el ser humano, ya que previene de ciertos peligros como contraer enfermedades o provocarnos daños.
Sin embargo, si este miedo irracional llegase a interferir en nuestra vida diaria o bienestar, impidiéndonos llevar una vida normal, entonces estaríamos hablando de un trastorno sobre el que es necesario intervenir.
¿Cuáles son las causas de la tripofobia?
La causas de la tripofobia han sido recientemente estudiadas por la Universidad de Essex (2013) y pubicadas en la revista Psychological Science. Los patrones visuales que desencadenan los síntomas de ansiedad en las personas con tripofobia son parecidos a los que aparecen en diversos animales venenosos.
Así, la tripofobia podría tener una explicación evolutiva. Quienes sienten repulsión al observar estos patrones geométricos se alejan de los animales peligrosos. Esto les ayudaría a sobrevivir ya que no serían “envenenados o atacados” por este tipo de animales.
Otra explicación que ofrece Arnold J. Wilkins (profesor de la Universidad de Essex) y su equipo, se basa en la configuración de los hoyos. Al parecer, “la configuración le daba a la imagen propiedades matemáticas similares a las de la mayoría de las imágenes que causan incomodidad visual, cansancio en los ojos o dolor de cabeza. El cerebro no puede procesar eficientemente imágenes con esas propiedades matemáticas por lo que requiere más oxigenación”.
Estas explicaciones difieren de las causas de otras fobias, ya que la mayoría de nuestros miedos irracionales son aprendidos. Aprendemos a sentir miedo ante determinados estímulos a partir de experiencias personales o ajenas, observadas o que nos han contado. De esta manera, la tripofobia no tiene su origen en un trauma. Tampoco tiene un origen cultural, como es el caso del miedo al número 13 o triscaidecafobia.
La aversión, miedo o repulsión hacia los agujeros existentes en material orgánico puede explicarse fácilmente. Esto es así ya que se trata de imágenes asociadas frecuentemente con enfermedades.
Síntomas de la tripofobia
Los síntomas de la tripofobia son los mismos que los de cualquier otra fobia específica. De esta manera, los síntomas serían los siguientes:
- Temor excesivo e irracional, además de persistente, desencadenado por la presencia o anticipación del estímulo ansiógeno. En este caso el estímulo ansiógeno sería la observación de un patrón geométrico concreto.
- Respuesta de ansiedad debida a la exposición o anticipación al estímulo ansiógeno. En los casos más extremos podrían darse crisis de asiedad o ataques de pánico.
- Evitación de dichos estímulos o situaciones en las que puedan aparecer.
- Interferencia en la vida cotidiana. Estos comportamientos de evitación y los síntomas de ansiedad asociados interfieren seriamente en distintas áreas de la vida de la persona.
Si te sientes identificado con los síntomas descritos, puede que hayas desarrollado tripofobia. Sin embargo, debemos recordar que el diagnóstico solo lo puede realizar un especialista. Si este fuera el caso, lo mejor es que busques la ayuda de un psicólogo.
Tratamiento de la tripofobia
El tratamiento de elección para la tripofobia es la exposición en vivo al estímulo temido, en este caso a determinadas figuras o imágenes geométricas. En algunos casos también resulta útil completar la exposición en vivo con técnicas de relajación.
La relajación puede ser utilizada como complemento de la exposición debido a que la relajación por sí misma apenas tiene efectos terapéuticos en los trastornos fóbicos. Exponerse en vivo a estas figuras geométricas o grupos de agujeros significa estar presente en la situación que tememos, por ejemplo ante una determinada planta o panel de abejas.
Uno de los problemas habituales en el tratamiento de las fobias tiene que ver con la aparición de ataques de pánico. En este sentido, parece que practicar la exposición habitualmente resulta incompatible con la ocurrencia de los mismos. Sin embargo, su probabilidad de ocurrencia se incrementa si el paciente hace interpretaciones catastróficas de la situación. En estos casos hay que intentar contrarrestar este tipo de pensamientos mediante el entrenamiento en el uso de pensamientos adecuados.
Si aparece el ataque de pánico hay que procurar permanecer en la situación hasta que disminuya. Hay que alejarse lo menos posible de la situación y volver a la misma lo antes que se pueda.
Como vemos, la tripofobia es un miedo irracional a diferentes figuras geométricas o grupos de agujeros u hoyos. Como cualquier otra fobia, es un trastorno que tiene solución, siempre y cuando sea tratado por un especialista en salud mental.
Te podría interesar...