Tu zona de confort es un hermoso lugar pero nada crece ahí

Tu zona de confort es un hermoso lugar pero nada crece ahí
Raquel Aldana

Escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana.

Última actualización: 21 julio, 2019

Dos caminos divergían en un bosque y yo tomé el menos transitado de los dos;

eso fue lo que cambió todo…

 Robert Frost

 

Solo puedes crecer si estás dispuesto a sentirte incómodo durante algún tiempo. Esto es así y punto. No te voy a decir que todo lo que quieres esté fuera de tus cuatro paredes emocionales pero sí que, desde luego, todo lo que deseas o anhelas lo está.

Las cosas buenas no suceden porque sí, suceden porque las atraemos y porque lo disponemos todo para crearlo. En definitiva, sucede porque vamos hacia la montaña y no esperamos que la montaña venga a nosotros.

En realidad la única forma de alcanzar nuestros sueños es poniéndoles fecha de caducidad. Por raro que parezca haciendo esto algo cambia en nosotros. Si estamos seguros de que las posibilidades que nos ofrece la vida van a vencer de un momento a otro cargaremos nuestras pilas para alcanzar nuestros objetivos.

También es posible que poniéndole fecha a nuestras aspiraciones nos demos cuenta de que no hemos perfilado de la forma adecuada lo que deseamos y tengamos que reinventar la definición de lo que anhelamos.

 

La zona de aprendizaje

 

Más allá de lo que ya conocemos se encuentra nuestra zona de aprendizaje. Este es el terreno al que salimos para ampliar nuestra visión del mundo y adquirir conocimientos. Estamos aquí cuando estudiamos, observamos, experimentamos, comparamos, viajamos y conocemos a nuevas personas.

Hay mucha gente a la que le gusta aprender y sale con frecuencia a disfrutar de la vista de nuevos horizontes. Pero también hay personas a las que les asusta y no pisan estos caminos salvo que sean obligadas a hacerlo.

Son estas personas las que consideran que salir de su zona de confort es un peligro, por lo que salen de trabajar y se van a casa a cenar con su pareja, ver la televisión y dormir, limitando su vida a las rutinas diarias.

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La zona de pánico

 

Mucho más alejada de la zona de confort está la zona de pánico. No obstante, esta zona solo existe para los que viven acomodados y no se atreven a cuestionar su vida. Es aquí donde la gente te dice: “no lo hagas”,  “vas a fracasar” , “el riesgo de estrellarte es enorme y pueden pasarte cosas horribles”.

Lo que estas personas se niegan a saber es que la única forma de que cultivar un jardín lleno de flores maravillosas es rompiendo con los convencionalismos que nos autoimponemos como personas y como sociedad.

 

La zona mágica

 

Esta es la zona en la que aparecen las cosas maravillosas, agrandamos nuestros sueños y conseguimos superarnos.

Cuando estés aquí es probable que tengas muchos miedos. Por ejemplo, seguramente te invada de repente un miedo inmenso por haber perdido tu zona de confort pero luego te darás cuenta de que no es así; tu zona de confort no ha sido eliminado del mapa sino que ha crecido.

Además, mientras que la tensión generada por tu comodidad emocional te invita a dar marcha atrás y no seguir adelante, tu tensión motivacional te empujará a que sigas, poniéndotelo más fácil.

Es normal que nos dé miedo hacer el ridículo, fallar, no tener tiempo para nuestra familia o para hacer otras actividades que nos gustan pero la única manera de liberarnos de ellos es hacerles frente tomando conciencia de lo que nos falta por aprender.

Ahora es el momento en el que te tienes que parar a pensar qué hay y qué no hay de tus sueños en tu vida. Es algo que nos pasa a todos, empezamos a sumar “días en los que no pasa nada” en nuestros agonizantes calendarios y vamos dejando vacías las estaciones del tren de nuestra vida.

Me aventuraría a decirte que si tienes miedo, miedo de verdad, y a la vez hay algo que te empuja a seguir es que lo estás haciendo muy bien. Recuerda que no podemos descubrir nuevos océanos a menos que no tengamos reparo en perder de vista la costa.

Imagen cortesía de natalia_maroz


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