Un camino para conocernos mejor de la mano del humanismo y la astronomía

Un camino para conocernos mejor de la mano del humanismo y la astronomía
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 24 septiembre, 2016

Tal vez los seres humanos deberíamos leer más a nuestros sabios. El gran científico Albert Einstein dijo una vez que “existen dos formas de ver la vida: una es creyendo que no existen los milagros, la otra es creyendo que todo es un milagro”. Una frase muy acertada que puede servir como base para la astronomía humanista.

Tal vez te estés preguntando qué tiene que ver la astronomía con el humanismo. Por eso me gustaría que siguieras con nosotros en las próximas líneas. Vamos a descubrir que ambas ciencias tienen mucho más en común de lo que parece, pues las dos son excelentes para conocernos mejor.

Astronomía y humanismo

Parece lógico si deseamos entroncar la ciencia de la astronomía con la corriente filosófica del humanismo que realicemos una definición de ambos.

Así pues, la astronomía se considera como la ciencia que estudia los cuerpos celestes del universo. Esto incluye a las estrellas, los planetas, los satélites, la materia oscura, las galaxias, etc. Es decir, todo cuanto se relaciona con el medio interestelar que nos rodea.

Hombre señalando el cielo

Por su parte, el humanismo es una corriente filosófica que se centra en la ética y el valor de los seres humanos. Tanto a nivel colectivo como individual, establece pensamientos críticos a través del racionalismo o el empirismo. Es decir, busca pruebas y ofrece perspectivas intelectuales de los movimientos humanos.

Astronomía humanista

¿Se podría decir que la astronomía se basa en la curiosidad del hombre por saber y conocer más?, ¿puede ser esta una actitud humana que ha de ser estudiada por el humanismo?, ¿es innata en nosotros la búsqueda de la verdad y del sentido de la vida así como su origen?

Lo cierto es que mucha gente piensa en la astronomía como algo ajeno, lejano y que no le interesa, pues no le atañe. Sin embargo, esta ciencia se ha convertido en mucho más que eso. Entre sus muchas ramificaciones, los investigadores están buscando el origen mismo del ser humano y de la vida.

A través del conocimiento de las estrellas y los planetas, podemos saber cómo se formaron hace millones de años. Y no debemos olvidar nunca que el ser humano es un producto más de todo este entramado universal al que la astronomía trata de dar respuesta.

“Un ser humano es parte del todo que llamamos universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio”

-Albert Einstein-

¿No es lógico pensar que en el origen de los humanos como especie podemos encontrar y estudiar las respuestas de nuestra existencia y nuestra forma de actuar? Como dijo Einstein, “Lo importante es no dejar de hacerse preguntas”. Así pues, la astronomía no está en absoluto alejada del humanismo, y por tanto de las personas.

Astronomía humanista para “usuario de a pie”

Ahora, una vez hemos establecido las bases de la colaboración entre la astronomía y el humanismo, me gustaría realizar una pequeña reflexión. En este caso quisiera que sirva para que todos seamos un poco más humildes, pero tal vez esta premisa es en exceso ambiciosa:

  • Una vez que comienzas a estudiar astronomía, observas el minúsculo tamaño que tiene el ser humano con respecto a nuestro planeta, la Tierra.
  • Después te das cuenta de que la Tierra es extremadamente pequeña en comparación con nuestro Sol o con planetas gigantes del Sistema Solar como Júpiter o Saturno.
  • Si sigues investigando, descubres que somos ínfimos en el enorme entramado de un Sistema Solar lleno de planetas, asteroides y demás cuerpos celestes.
  • A continuación te das cuenta de que nuestro sol es uno más en medio de una inmensa galaxia, la Vía Láctea, compuesta por miles de millones de otros soles.
  • Pero según continuamos el estudio, se puede apreciar que la Vía Láctea es una simple galaxia en la mitad de un enorme universo con miles de millones de años de existencia.
  • En definitiva, surge una conclusión clara. Cada ser un humano es realmente pequeño y frágil en el enorme entramado universal en el que nos encontramos inmersos.

Si somos tan pequeños, ¿por qué nos maltratamos así?

Llegado a este punto de la reflexión, surgen nuevas y desasosegantes preguntas. Por ejemplo, nuestra tecnología. No conocemos un solo planeta en el que los humanos podamos vivir a no ser que sea la Tierra. Y de conocerlo, no podríamos alcanzarlo, porque no tenemos los medios.

Manos con una planta

Entonces, ¿por qué maltratamos nuestro mundo de esta forma?, ¿cómo es posible que estemos provocando un futura extinción masiva en los océanos por nuestra acción y omisión?, ¿por qué castigar nuestra corteza terrestre con bombas atómicas?, ¿de qué sirven constantes guerras, desertificación y destrucción de este mundo? Es el único que nos da cobijo, nosotros somos su milagro y fuera de él no hay hueco para nuestra fragilidad. ¿Así es como se lo pagamos?

“Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy realmente seguro de lo segundo”

-Albert Einstein-

De esta forma, unos hacen uso de las astronomía humanista para dar respuesta a las grandes preguntas que nos harían ser mejores. Mientras, otros se dedican a destruir nuestro único hábitat. Vivimos en un vergel, pero muchos lo tratan como si fuera un estercolero. ¿Te apuntas a cambiarlo?


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