Vértigos psicógenos: qué son y cómo se manifiestan

A veces, al estar en espacios muy abiertos o con mucha gente, nos mareamos. El mundo nos da vueltas, perdemos el equilibrio e incluso experimentamos náuseas. Los vértigos psicógenos cursan con estados de ansiedad y estos son sus síntomas.
Vértigos psicógenos: qué son y cómo se manifiestan
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 07 noviembre, 2020

Los vértigos psicógenos son un desafío tanto para los médicos como para quien lo sufre. Los mareos pueden deberse a diversas causas, desde las cervicales, problemas de vista e incluso por trastornos auditivos. Sin embargo, esta condición también aparece en épocas de mayor ansiedad, ante estímulos fóbicos o en pacientes con trastornos de estrés postraumático.

Este tipo de mareos ocasionan numerosas bajas laborales. Lo más complejo, sin duda, es que podemos pasar bastante tiempo intentando dar con un diagnóstico o con un tratamiento que nos permita tener una mayor calidad de vida, sin lograrlo. Nos decimos a nosotros mismos que debe haber alguna causa orgánica detrás y el hecho de no saberlo incrementa aún más la preocupación.

No obstante, una vez se descartan orígenes médicos es cuando tomamos conciencia de que esos mareos se deben a los nervios, la ansiedad o una situación de estrés que nos está sobrepasando. Afortunadamente, conocemos cada más este tipo de realidades y podemos hacer uso de múltiples enfoques para solucionarlo.

Lo analizamos.

Hombre sentado en sofá que sufre vértigos psicógenos

Vértigos psicógenos: síntomas, causas y tratamiento

Casi el 50 % de las personas que acuden al médico por problemas de mareos padecen en realidad algún trastorno psicológico, como por ejemplo, ansiedad, fobias, depresión, etc. Dentro de la literatura científica se asume que es común confundir el vértigo crónico con los vértigos psicógenos (Staab y Ruckenstein, 2003).

Es decir, podemos tener pacientes que creen padecer mareos crónicos cuando, en realidad, lo que han sufrido es un mal diagnóstico. Hay que tener en cuenta que un análisis de sangre, una exploración física o incluso una resonancia magnética no evidenciarán un trastorno de ansiedad. De ahí, que los vértigos psicógenos sean una de las condiciones psicológicas más complicadas de identificar.

Veamos cuáles son sus características.

Síntomas asociados a los vértigos psicógenos

El mareo o los vértigos psicógenos se definen, básicamente, como una sensación de pérdida de la estabilidad como resultado de la ansiedad, depresión, estrés o trastorno de somatización. Los principales síntomas son los siguientes:

  • Los mareos pueden padecerse nada más levantarnos o surgir en situaciones concretas de manera repentina, como por ejemplo, en espacios abiertos o donde hay mucha gente.
  • El mundo nos da vueltas, como si estuviéramos en una noria.
  • Sensación de que nos vamos a desmayar.
  • Sudor frío, dolor de cabeza repentino.
  • Aturdimiento, sensación de niebla mental, cuesta pensar, reaccionar…

¿Cuáles son las causas?

Ya hemos señalado que este tipo de condiciones tienen un desencadenante psicológico. No obstante, es importante tener en cuenta un detalle.

Estudios como los realizados en la Departamento de Neurología de la Universidad Johannes Gutenberg nos indican que hay una relación significativa entre el vértigo psicogénico con personas que, además de sufrir ansiedad, padecen déficits vestibulares.

  • ¿Qué significa esto? Los problemas vestibulares se definen por pequeños problemas en el oído interno, el cual, controla el equilibrio.
  • Es decir, se estima que entre el 25 % y el 50 % de las personas que padecen este tipo de mareos, además de ansiedad, tendrían un pequeño problema auditivo. Aquí el buen diagnóstico de ambas afecciones es imprescindible.
  • Por otro lado, los vértigos psicógenos aparecen con elevada frecuencia cuando se experimenta un ataque de pánico o de ansiedad.
  • Los estímulos fóbicos también se correlacionan con este síntoma.
  • Las personas que padecen trastornos de estrés postraumático, suelen experimentar también vértigos psicógenos.

El origen de estos estados suele estar en hormonas, como la adrenalina y el cortisol. Los cambios metabólicos que orquestan en nuestro organismo son intensos y, por lo general, a los mareos se le añaden otras sintomatologías, como insomnio, alteraciones digestivas, taquicardias, etc.

Mujer con vértigos psicógenos

¿Cómo se tratan los vértigos psicógenos?

Los vértigos psicógenos pueden limitar por completo la calidad de vida. Uno puede salir de casa sintiéndose bien y llegar al metro o el autobús y empezar a sentir cómo el mundo le da vueltas, cómo surge el vacío en el estómago y la sensación de aturdimiento absoluta. ¿Qué debemos hacer en estos casos?

Veamos algunas claves.

La importancia de un buen diagnóstico

Los vértigos pueden tener desencadenantes psicológicos, pero también orgánicos. A veces, como ya hemos señalado, puede existir un problema vestibular. Esto hace que sea imprescindible recibir un diagnóstico ajustado que nos permita tratar, por un lado el aspecto mental, y por otro, el fisiológico.

Los mareos psicógenos no son peligrosos pero necesitamos terapia

Los vértigos psicógenos no son causa de una enfermedad grave. No obstante, eso sí, pueden limitar bastante nuestra calidad de vida si no los manejamos. En estos casos, es imprescindible recibir terapia psicológica para manejar con efectividad la causa que motiva esa sintomatología.

El tratamiento psicológico dependerá siempre de la necesidad particular de cada persona. No es lo mismo alguien que lleva años arrastrando un trastorno de estrés postraumático que una persona con una fobia específica. No obstante, en buena parte de los casos nos será de gran ayuda la terapia cognitiva conductual.

Técnica de relajación: el entrenamiento autógeno de Schultz

Una de las técnicas de relajación más efectivas es el entrenamiento autógeno de Schultz. Consiste en lograr un adecuado equilibrio y calma interna a partir de la autohipnosis.

Para ello, debemos llevar a cabo un entrenamiento que sigue un orden muy concreto orientado a producir cambios fisiológicos como la relajación muscular, la modificación del ritmo cardíaco y respiratorio, etc. Los pasos que deberíamos seguir serían los siguientes:

  • Ejercicio de pesadez.
  • Ejercicio de calor.
  • El ejercicio de pulsación.
  • Ejercicio respiratorio.
  • El ejercicio de la regulación abdominal.
  • Ejercicio de la cabeza.

Para concluir, bien es cierto que los mareos pueden deberse a múltiples causas. No obstante, no dejemos nunca de lado el aspecto psicológico, nuestras emociones, en forma de miedo o ansiedad, pueden estar detrás de estas realidades.


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