Viajar sin la pareja: una experiencia cada vez más de moda
Viajar sin la pareja: ¿qué opinas de esta experiencia? ¿Alguna vez has viajado solo? ¿Cómo te has sentido? Lo cierto es que, aunque viajar en pareja o con amigos puede resultar enriquecedor y divertido, viajar solos también puede convertirse en una gran experiencia.
En este artículo comentamos 5 razones para viajar sin la pareja y cómo puede beneficiarnos esta decisión. ¡Toma nota!
Viajar sin la pareja: cada vez más de moda
Viajar sin la pareja es algo que cada vez está más de moda entre las parejas, estén casadas o no. Hablamos de un movimiento o fenómeno que gana fuerza según algunos portales de viajes, aunque siempre haya existido.
Y es que, ¡siempre ha habido viajeros que han viajado solos aún estando en pareja!
Un nuevo concepto: “solomooning”
A este fenómeno se le ha bautizado como solomooning, por la idea de “ir solo a la luna de miel”. Se trata de un movimiento con tinte reivindicativo, que destaca los beneficios de viajar solos aún estando en pareja.
El portal de viajes Kiwi, especializado en la búsqueda de vuelos y que detectó esta “nueva” tendencia, habla del solomoon o solomooning como ‘una tendencia de los recién casados que eligen pasar su luna de miel sin cónyuge‘.
Sin embargo, el concepto también alude a aquellas parejas que no están casadas, pero que deciden (cada uno de sus miembros) viajar cada uno por su cuenta.
5 razones para viajar sin la pareja
Tener pareja no está reñido con seguir realizando actividades de forma autónoma, es decir, solos. Por ello, si nos gusta viajar, viajar sin la pareja puede resultar beneficioso a nivel individual y también para la otra persona. ¿Por qué? Vamos a ver algunas de las razones o beneficios de viajar sin pareja.
1. Te ayuda a seguir conociéndote
Viajar sin la pareja permite seguir conociéndonos a nosotros mismos, y además, nos recuerda aquello que nos gustaba hacer antes de estar en pareja o de formar parte de un tándem.
Así, es una experiencia que fomenta el autoconocimiento. Todo somos diferentes en pareja que estando solos, y eso no es bueno ni malo, pero para descubrirlo, tendremos que seguir cultivando nuestros momentos a solas. ¿Una forma de hacerlo? Viajando, saliendo de la zona de confort.
“Si quieres conocer la verdad sobre quién eres, camina hasta que nadie sepa tu nombre. El viaje es el gran nivelador, el gran profesor, amargo como una medicina, más cruel que un espejo. Un buen tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silencio”.
-Patrick Rothfuss-
2. Enriquece la relación
¿Alguna vez has tenido la sensación de que ya no sabíais qué explicaros con vuestra pareja? ¿Qué compartís demasiado tiempo juntos?
Si decides viajar sin ella, esto no os ocurrirá. ¿Por qué? Porque tendrás mil experiencias que contarle cuando os volváis a ver, y además, podrás sacar ideas para un futuro viaje juntos.
3. Cultiva la autonomía
Otra de las razones o de los beneficios de viajar sin la pareja es que permite cultivar la autonomía personal. No olvidemos que, aunque seamos pareja de alguien, seguimos siendo nosotros, como personas individuales.
Es importante mantener la autonomía, aun estando en pareja. Esta es la que nos permite ser nosotros mismos, rebajando nuestro nivel de dependencia.
4. Echar de menos: ¿por qué tiene que ser malo?
Por otro lado, si decides viajar sin tu pareja, es probable que os echéis de menos. Pero a veces, ese “echar de menos” es necesario para seguir avivando la pasión en la relación.
Y, sobre todo, para valorar al otro, para cultivar las ganas de verle y de seguir haciendo cosas juntos, etc.
5. Te permite afrontar tus miedos
Cuando viajamos solos nos enfrentamos también a nuestros mayores miedos: perdernos, que nos ocurra algo malo… Esto es así porque implica salir de nuestra zona de confort y, además, estar lejos de casa (de la seguridad, lo que ya conocemos, la comodidad…).
Por ello, viajar solos puede convertirse en una fuente de aprendizajes a nivel personal. Al afrontar esos miedos, estamos también cultivando nuestra autonomía, como decíamos en un punto anterior.
A su vez, eso puede beneficiar nuestra relación de pareja (sobre todo si queremos disminuir la dependencia en la relación).
Viajar sin la pareja: ¿cómo sé si realmente me apetece?
Hay personas que disfrutan mucho viajando en pareja y que descartan la idea de viajar sin ella. Es también algo lícito, y no está ni bien ni mal.
Sin embargo, si sientes que quizás deseas viajar sin pareja, pero te da miedo, no lo tienes claro, tienes dudas… Te plantemos algunas preguntas que debes hacerte para salir de tus inseguridades y reflexionar:
- ¿Es algo que siempre he querido hacer?
- ¿Qué es lo que me da miedo realmente? ¿Ir solo? ¿Qué me pase algo malo o que mi pareja se enfade?
- ¿Qué hay tras ese deseo de viajar solo?
- ¿Mi deseo es más grande que mi miedo? ¿Y que mis dudas?
- ¿Qué me impide hacer ese viaje sin mi pareja?
Lo cierto es que, muchas veces, una conversación honesta con nosotros mismos puede ayudar a aclararnos. Si lo que te preocupa es lo que tu pareja opine, intenta hablar del tema abiertamente con ella, con naturalidad y confianza.
Y tú, ¿te has planteado alguna vez viajar sin la pareja? ¿Has vivido esta experiencia? ¿Qué tal fue? Deberíamos normalizar este tipo de situaciones, ya que, hacer cosas que nos gustan de manera individual no está reñido con disfrutar de una relación de pareja. Recuerda, la independencia es una de las claves de las relaciones felices.
“Creo que se viaja de forma más útil cuando se viaja solo, porque se reflexiona más”.
-Thomas Jefferson-
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- Araújo, G. y De Sevilha, M. (2017). Los viajeros y sus motivacionesun estudio exploratorio sobre quienes aman viajar. Estudios y perspectivas en turismo, ISSN 0327-5841, ISSN-e 1851-1732, 26(1): 62-85.
- Uysal, M. & Hagan, L. A. R. (1993). Motivations of pleasure travel and tourism. En: A VNR’S encyclopedia of hospitality and tourism. Van Nostrand Reinhold, New York: 798-810.