Zonas azules: lugares donde las personas viven más tiempo y son más felices

Hay ciertas rutinas y modos de vida que los habitantes de estos lugares comparten, a pesar de estar distanciados por miles de kilómetros entre ellos. Un dato que nos hace pensar que es su forma de vivir y estar en el mundo la que influye en la felicidad y salud de las personas y no la situación geográfica
Zonas azules: lugares donde las personas viven más tiempo y son más felices
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Sonia Budner

Última actualización: 04 enero, 2019

En los últimos años se han identificado cinco lugares en el mundo donde las personas viven más tiempo de la media y además parecen hacerlo de manera más feliz. Se han llamado zonas azules. El análisis hecho sobre los motivos por los que en estos lugares la longevidad es mayor arroja datos, que además de fascinantes, nos dan muchas claves para aplicar a la vida diaria y conseguir así una mejor calidad de vida.

Hay ciertas rutinas y modos de vida que los habitantes de estos lugares comparten a pesar de estar distanciados por miles de kilómetros. Un dato que nos hace pensar que es su forma de vivir y estar en el mundo la que influye en la felicidad y salud de las personas y no la situación geográfica. Vamos a ver cuáles son los factores que comparten estas comunidades.

Las zonas azules y Dan Buettner

El investigador estadounidense y miembro de National Geografic, Dan Buettner, realizó una exhaustiva investigación, en base a un estudio demográfico, que presentaba la región de Barbaglia, en la Cerdeña italiana, como el lugar con mayor longevidad de habitantes. Reunió un equipo de investigación que incluía médicos, nutricionistas, epidemiólogos, antropólogos y demógrafos. En su búsqueda, Buettner y su equipo encontraron cuatro lugares más con las mismas características y que, además, no coincidían solo en datos estadísticos, sino que lo hacían también en modos de vida.

De esta manera, el mapa de zonas azules se compone de Barbaglia, que posee la mayor concentración de personas centenarias del mundo. Le sigue la península de Nicoya, el segundo lugar con más centenarios a nivel mundial. En Japón, la isla de Okinawa concentra a la población más anciana de mujeres de nuestro planeta. Otra isla, Icaria, situada en el mar Egeo, tiene la población longeva con los niveles más bajos de demencia senil. Por último, encontraron Loma Linda, en la costa oeste de los Estados Unidos. Una comunidad cuya esperanza de vida supera en 10 años la media en ese país.

Isla Icaria
Isla Icaria

¿Qué tienen estas zonas en común?

A pesar de pertenecer a ubicaciones geográficas, climas y culturas completamente diferentes, los habitantes de las zonas azules comparten datos demográficos sorprendentes. Este dato descartaba que estas coincidencias fueran dadas por el clima o por un tipo de cultura determinada.

Parece que las claves encontradas en estas comunidades están basadas en, al menos, cinco factores que son los que parecen propiciar la espectacular longevidad y calidad de vida de sus habitantes. Estos factores están relacionados con la dieta, el ejercicio y el propósito en la vida. También con los recursos de afrontamiento del estrés y las relaciones sociales.

La dieta y el ejercicio

En estas zonas azules, sus habitantes consumen muchos más productos de origen vegetal y pescado que carnes rojas. En algunas de ellas se consume también, regularmente, aceite de oliva y vino tinto. Además, acostumbran a comer despacio y a no llenar el estómago por completo.

Esto, en Okinawa, se conoce como hara hachi bu, el secreto que alarga la vida: comer menos significa vivir más. Estudios realizados sobre esta práctica han demostrado que reduce las enfermedades coronarias y los diagnósticos de cáncer. El hara hachi bu, es una práctica con origen en el pensador Confucio que aconsejaba un régimen calórico autoimpuesto: comer hasta estar lleno solo al 80%.

Otro hábito que las personas que habitan las zonas azules tienen en común es que no conciben el sedentarismo. No se ejercitan en centros deportivos, pero sus rutinas incluyen largas caminatas y recorridos en bicicleta. También trabajan en el campo o en las huertas, introduciendo actividad de manera natural en sus vidas.

Península Nicoya
Península Nicoya

El propósito de vida

Uno de los factores fundamentales que parecen compartir estas personas es que tienen un motivo para levantarse cada mañana felices porque tienen algo que hacer. También en Okinawa tienen un nombre para esto: el Ikigai, o tener un propósito en la vida y no perderlo con la edad. Este concepto no está ligado en absoluto a propósitos laborales o económico, sino con las ganas de hacer algo que te haga realmente feliz.

Afrontamiento del estrés y relaciones sociales

Otro aspecto que parece realmente influyente en la calidad y duración de la vida es sentirse útil y desarrollar vínculos sociales que no se limiten exclusivamente a la familia. Estas personas cuidan de sus amigos y evitan mantener relaciones nocivas. Participan de forma activa en círculos sociales y por el bien de la comunidad. En definitiva, comparten tiempo de calidad con otras personas.

Se han realizado investigaciones centradas en las personas que viven en las zonas azules y sus recursos de afrontamiento del estrés. Prácticamente no lo padecen. Estas comunidades cuidan especialmente aspectos como el descanso y la calidad de sus horas de sueño. Muchos de ellos practican meditación o técnicas de relajación muy antiguas y tienen profundas creencias espirituales.


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