5 frases de Eduardo Galeano que nos harán pensar
Nacido en Montevideo en 1940, Eduardo Galeano nos ha dejado un legado de valor incalculable, tanto como periodista como escritor. Su verdadero nombre era Eduardo Germán María Hughes Galeano, pero adoptó el apellido de su madre para rubricar su obra literaria. Las reflexiones y frases de Eduardo Galeano penetran el alma de quien las lee.
Galeano se hizo famoso primero por sus agudas investigaciones históricas sobre América Latina. Como periodista se mostró siempre crítico e insobornable. Luego llevó su obra al plano literario y entonces se convirtió en un autor maravilloso, con una poética muy propia que conquistó miles de corazones.
“El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso”.
-Eduardo Galeano-
Eduardo Galeano dejó una profusa obra compuesta por ensayos, crónicas, artículos, cuentos, novelas y poemas. Recibió seis doctorados “Honoris causa” en varias universidades y también el premio el premio Stig Dagerman, uno de los más prestigiosos de Suecia.
Nos dejó como legado unas sentencias llenas de ingenio y profundidad. Su lenguaje “sentipensante” ha inspirado a generaciones enteras. Hoy, más que nunca, vive a través de su obra. Hemos recopilado algunas de las maravillosas frases de Eduardo Galeano para deleite de nuestros lectores.
Las mejores frases de Eduardo Galeano
1. Cada quien es único, dice Galeano
“Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores”. Esta es una de las frases de Eduardo Galeano que nos lleva a reflexionar sobre la diferencia entre las personas y el valor que estas diferencias marcan.
La variedad es belleza. Por eso los colores son distintos y juntos conforman el espectáculo de lo múltiple. Pretender uniformar los pensamientos, las formas de ser y de sentir es privar a la realidad de uno de sus mejores regalos: su heterogeneidad.
2. La cultura del envase
“Estamos en plena cultura del envase . El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios”. Aquí Galeano plantea que en el mundo actual es más importante la apariencia que la esencia.
Actualmente se le da excesiva importancia a la forma externa. Para muchos es más importante parecer que ser. La trivialidad se ha apoderado de nuestra forma de vivir en el mundo. Por eso importa más el envase que su contenido.
3. La realidad virtual
Dice Galeano: “La cibercomunidad naciente encuentra refugio en la realidad virtual, mientras las ciudades tienden a convertirse en inmensos desiertos llenos de gente, donde cada cual vela por su santo y está cada cual metido en su propia burbuja”.
Aquí se refiere a la gran paradoja de un mundo sobrepoblado, en el que cada vez hay más soledad. La realidad virtual nos ha comunicado más fácilmente, pero también ha fortalecido el individualismo. El concepto de comunidad real parece estar desvaneciéndose.
4. El miedo
“El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza. Si usted ama, tendrá sida. Si fuma, tendrá cáncer. Si respira, tendrá contaminación . Si bebe, tendrá accidentes. Si come, tendrá colesterol. Si habla, tendrá desempleo. Si camina, tendrá violencia. Si piensa, tendrá angustia. Si duda, tendrá locura. Si siente, tendrá soledad”.
Esta es una de las mejores frases de Eduardo Galeano sobre cómo el miedo ha ido penetrando todos los espacios humanos. Pareciera que siempre hay una amenaza latente en todo lo que hacemos. Ya no necesitan de coacciones directas para moldear nuestra voluntad, sino que basta con difundir esos temores y así logran que vivamos aterrados y, por lo mismo, dóciles.
5. La materia de la que estamos hechos
“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias”. Otra de las frases de Eduardo Galeano para oponer los datos objetivos de la ciencia a la construcción subjetiva de la cultura, expresada a través de un hermoso juego de palabras.
El ser humano es simbólico por excelencia. Está atravesado por el lenguaje desde que nace y su vida es, fundamentalmente, una historia que se narra día a día. Cada persona es fruto de las historias con las que se tejieron sus primeros días, sus relaciones familiares, su lugar en la sociedad. Lo de menos son los átomos que nos constituyen.
Eduardo Galeano tuvo la suficiente lucidez como para ver el mundo desde el corazón. Sus escritos construyen una postura ética y política, alejada de la ideología y centrada en la esencia de lo humano. Su maravilloso legado brilla con luz propia, como una llama que hace arder muchos espíritus. Es uno de esos pensadores que hizo de la palabra un hogar y de la metáfora un lugar a donde ir.