5 grandes lecciones de vida de Sócrates

Si uno quiere aprender, los clásicos nunca fallan. Aunque sus enseñanzas están ahí desde hace más de 2000 años, en muchos casos son de plena actualidad.
5 grandes lecciones de vida de Sócrates
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 22 abril, 2020

Sócrates, a quien se le considera el padre de la filosofía, nació en Atenas en el año 469 antes de nuestra era. Su padre, Sofonisvo, era un picapedrero y su madre, Panarota, era una partera. A pesar de su origen humilde, fue un filósofo muy importante. Son muchas las lecciones de vida de Sócrates que han llegado hasta nuestros días.

Este gran filósofo vivió en principio como cualquier otro ateniense. Siguió el oficio de su padre durante algún tiempo y sirvió como soldado. Era un hombre reconocido por ser un gran trabajador. Las primeras lecciones de vida de Sócrates se relacionan con su paciencia y su capacidad para sobrellevar las cargas de su condición.

Cuando comenzó a ganar fama como pensador y naturalista, crecieron en número sus enemigos. Esto se debía a que promovía una ética implacable, en la que no había lugar a la falta de honestidad, al deshonor o a la doble moral. Por eso fue perseguido y ridiculizado. También condenado a morir/suicidarse. Este último episodio se convirtió con el tiempo en una de las grandes lecciones de vida de Sócrates.

Las almas de todos los hombres son inmortales, pero las almas de los justos son inmortales y divinas”.

-Sócrates-

Lecciones de vida de Sócrates

A continuación te ofrecemos algunas de las enseñanzas más valiosas de este gran filósofo y pensador.

1. La humildad

Sócrates no era nada agraciado físicamente. Su estatura era demasiado baja y tenía un vientre bastante prominente. Sus facciones eran bruscas y entre ellas se destacaban sus grandes ojos saltones y su nariz extremadamente respingada. Su aspecto físico fue motivo de burlas  por parte de otros filósofos.

Sin embargo, nada de esto le afectaba. Por el contrario, prestaba poca o ninguna atención a esos comentarios. Antes bien, llevaba siempre la misma capa y era totalmente austero en su forma de vida. Apenas si comía o bebía lo indispensable. Anfitón dijo de él que ningún esclavo querría ser tratado como él se trataba a sí mismo. Platón, por su parte, le lavó los pies y le puso sandalias.

Sócrates con sus alumnos

2. El respeto por la individualidad de los demás

Uno de los aspectos más interesantes de la vida de este filósofo es que nunca escribió. Pese a que todos lo consideraban una mente muy superior y llena de sabiduría, todas las enseñanzas de Sócrates fueron orales. La razón por la que adoptó esa conducta es otra de las grandes lecciones de vida de Sócrates.

Siempre dijo que cada quien debía desarrollar sus propias ideas. Si escribía las suyas, condicionaría la construcción intelectual de los demás. Lo suyo era algo más genuino: conversar hasta el cansancio con la gente, poniendo en juego su ironía y su extraordinaria capacidad para ver las cosas desde un ángulo diferente.

personas hablando simbolizando las lecciones de vida de Sócrates

3. La escucha, otra de las grandes lecciones de vida de Sócrates

El método mediante el cual Sócrates impartía sus enseñanzas era de una sutileza y de una inteligencia tal que todavía se aplica en nuestros días (eso sí, menos de lo deseable). Grandes pedagogos, como Jean Piaget, se inspiraron en el método socrático, al que se le conoce como “Mayéutica”.

El filósofo iniciaba una conversación interrogando a su interlocutor. Le planteaba preguntas que apuntaban a que él mismo descubriera si lo que decía era consistente, o, en cambio, tenía poco sustento. De este modo, cada quien iba llegando a la verdad por sí solo. Sócrates escuchaba y solamente cuestionaba.

4. La apertura total a la verdad

Sócrates es el autor de la famosa frase “Solo sé que nada sé. En su caso no era un eslogan ni una forma de promocionarse. Realmente este filósofo tenía una apertura mental única. De ahí que considerara que su principal recurso para llegar a lo verdadero era reconocer que no sabía qué era lo verdadero, era plantear interrogantes antes de intentar encontrar respuestas, era ampliar la visión del mundo antes de acotarla.

También fue Sócrates el autor de la célebre afirmación “Conócete a ti mismo. Esta frase se inscribió en el frontón del Templo de Delfos. No buscó describir él a los seres humanos, sino que nos invitó a todos a explorar dentro de nosotros mismos. Un viaje, sin duda, apasionante.

5. El sentido del humor

El más famoso de los filósofos atenienses también tenía un gran sentido del humor. Buena parte del mismo se vio reflejado en sus anécdotas con Xantipa, su esposa. Ella era 30 años menor que él y famosa porque tenía un carácter endemoniado.

Por eso alguna vez le preguntaron a Sócrates por qué se había casado con ella y él indicó: “Lo que me gusta es aprender todos los días de una persona con un carácter tan malo (pronto muy fuerte, poco paciente). No hay escuela mejor que el trato con los demás”.

Sócrates y Xantipa

Pese a todo, cuando lo condenaron a muerte su esposa fue a visitarlo y estalló en llanto. Sócrates entonces le dijo: “No llores, todos estamos condenados a muerte por naturaleza”. Su mujer le respondió: “Pero a ti te han condenado injustamente”. Frente a esto, Sócrates contestó: “¿Es que te parecería menos lamentable si me hubiesen condenado justamente?

Estas son solo algunas de las grandes lecciones de vida de Sócrates, uno de los filósofos más importantes de la historia. Hasta aceptó su sentencia a muerte y la llevó a cabo con total serenidad. Su mayor mérito es que vivió tal y como predicó.


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  • Nietzsche, F. (2008). Sócrates y la tragedia. NoBooks Editorial.
  • Taylor, A. E., & Barroso, M. H. (1961). El pensamiento de Sócrates (No. 04; B316, T3.). Fondo de Cultura Económica.
  • Zubiri, X. (1940). Sócrates y la sabiduría griega (Vol. 2, pp. 187-226). Escorial.

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