7 señales de que un niño no es feliz
No siempre es fácil caer en la cuenta de que un niño no es feliz. Es posible que no ocurra un cambio muy marcado en su comportamiento o en su manera de expresarse; por otro lado, también podemos observar cambios susceptibles de ser interpretados de manera errónea en este sentido. Otras veces es el mejor de su clase, pero lleva dentro de sí una gran infelicidad.
El lenguaje de los pequeños es diferente al de los adultos. Para darse cuenta de que un niño no es feliz hay que observar bien y comprender muy bien sus código de expresión -muchos niños, por ejemplo, expresan la tristeza con señales que podríamos considerar de cansancio o enfado-.
Las señales de que un niño no es feliz deben buscarse en sus actitudes frecuentes y en la perspectiva que adopta frente a acciones sencillas, como comer o dormir. Durante la infancia es mucho más fácil tomar cartas en el asunto y resolver cualquier problema. Si se le deja prosperar, todo puede complejizarse. Los siguientes son aspectos reveladores de infelicidad en un pequeño.
“En cada niño se debería poner un cartel que dijera: ‘Tratar con cuidado, contiene sueños”.
-Mirko Badiale-
1. Cambios de humor repentinos
Los cambios de humor súbitos dan a entender que dentro del niño hay muchas emociones exacerbadas. La clave está en la palabra “súbitos”. Es perfectamente normal que haya cambios de humor, pero si estos se presentan de forma repentina nos hablan de inestabilidad.
Estos cambios son todavía más reveladores cuando las emociones implicadas son muy intensas o muy contradictorias entre sí. Por ejemplo, pasar de la euforia a una introspección extrema o de la tranquilidad a una explosión de ira.
2. Poco interés en el juego o juegos violentos
El juego es el principal medio de expresión de los niños. Es su mundo y el entorno en el cual se expresan con mayor autenticidad. Por eso siempre es importante estar atentos a la forma como juegan, al tipo de juegos que les llaman la atención y a los roles que asumen en estos.
Si hay una señal inequívoca de que un niño no es feliz es el desinterés en el juego. Lo normal y saludable es que adore jugar. Otra señal preocupante sobreviene cuando adopta una actitud violenta en los juegos, o se muestra muy agresivo con quienes juegan con él.
3. Se enferma con frecuencia
Los niños infelices suelen enfermarse más que los demás. Lo usual es que por su estado de ánimo tengan afecciones asociadas con el sistema inmunológico, como infecciones frecuentes o alergias. Que un niño se enferme mucho debe ser motivo de atención.
Muchos padres tienden a darle importancia solamente a la afección física, lo cual es correcto en principio. Sin embargo, también es necesario que evalúen cuál es el estado anímico de sus hijos, ya que esto puede estar en la base de sus afecciones.
4. Tiene poco apetito, señal de que un niño no es feliz
La falta de apetito por sí sola ni puede considerarse una señal de que un niño no es feliz. Hay que analizar primero la causa por la que esto ocurre. A veces se le deja picotear todo el día y ya no tiene hambre a la hora de comer.
También puede suceder que la madre esté muy ansiosa con respecto a la alimentación y el niño reaccione rechazando la comida. A veces es una señal de una mala relación con la madre o una muestra de tristeza y desinterés. Hay que evaluar con cuidado.
5. Tiene pesadillas y miedos nocturnos con frecuencia
Las pesadillas y miedos nocturnos son muy frecuentes en los niños. Se podría decir que todos los han experimentado alguna vez y, en la mayoría de los casos, no requieren sino de la comprensión y el apoyo de los adultos para que no vuelvan a presentarse.
Si esto ocurre con frecuencia podría ser una señal de que un niño no es feliz. Implica que el niño se siente estresado por alguna razón, o tiene un conflicto latente que se expresa de este modo. A veces también tiene lugar porque el pequeño experimenta una suerte de abandono, bien sea real o ficticio.
6. Se hace pipí en la cama
La enuresis, o hacer pipí en la cama cuando ya se ha pasado por la fase de control de esfínteres, es una señal muy diciente. Constituye un síntoma de problemas cuando sigue ocurriendo, de forma relativamente frecuente, después de los 6 años.
En los niños más pequeños puede obedecer a un sueño demasiado profundo. En los más mayores, es un síntoma de ansiedad. Siempre que un pequeño presente enuresis después de que hayan pasado 6 meses en ausencia de ella, se debe consultar a un profesional.
7. Evitar los lugares de contacto social, como la escuela
Si bien la escuela puede no ser el lugar donde los niños quieren pasar su tiempo, tampoco debería costarles demasiado asistir a clase. Manifestaciones grandes de ansiedad ante un hecho tan cotidiano siempre es una señal a tener en cuenta.
Por otro lado, las razones de esta ansiedad pueden ser varias. Es posible que en la escuela haya algo o alguien que le genera temor o aprehensión al niño. También puede ver a la escuela como un lugar muy frustrante, en el que solo recibe estímulos aversivos. En cualquier caso, para realizar una intervención, es necesario conocer la causa y, en muchas ocasiones también, contar con la colaboración del centro escolar.
Cuando un niño no es feliz tendrá dificultades para vivir su infancia a plenitud. Esto, a la vez, provocará dificultades en la adolescencia y la vida adulta. Por eso, es fundamental no pasar por alto las señales y resolver ciertos problemas a tiempo.
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- Cyrulnik, B. (2014). Cuando un niño se da muerte (Vol. 100617). Editorial Gedisa.