7 tipos de creencias familiares que te limitan y vetan tu felicidad
Puede que no seas consciente de ello, pero hay creencias familiares que pueden estar limitándote. Son como un saco invisible que llevas a cuestas, un cargamento de mandatos silenciosos, de mensajes instaurados en tu mente desde niño que quizá estén impidiendo crecer. Desactivarlas no es tarea fácil, porque están enraizadas en lo más profundo de tu arquitectura psicológica.
Albert Ellis, el conocido psicoterapeuta y fundador de la terapia racional emotiva (TRE), basó su enfoque en ese mismo propósito. Buena parte de nuestro bienestar psicológico parte precisamente de la necesidad de restar valor a todos esos pensamientos irracionales y limitantes. Nuestra forma de interpretar la realidad se nutre con frecuencia de esas frases que otros han inoculado en nosotros durante bastante tiempo.
Siempre es buen momento para hacer un cambio. Las personas nos convertimos en aquello que creemos que somos. Y esas creencias están influenciadas a su vez por voces del ayer que siguen teniendo un exceso de poder en nosotros. Es hora de difuminar esos nocivos ecos del pasado. Por salud y bienestar.
Tú eres la única persona que piensa en tu mente. Eres el poder y autoridad en tu mundo
-Louise Hay-
Creencias familiares que te limitan
Buena parte de lo que dices, decides, haces (y no haces) es el resultado de aquello que piensas. Podríamos decir que a la hora de tomar decisiones y procesar lo que nos rodea lo hacemos de manera espontánea y libre. Es nuestro “YO” quien todo lo gobierna y orquesta —nos decimos de manera inocente—. Sin embargo, la realidad no es esta. Mucho de lo que piensas parte de creencias que no has pasado por un filtro crítico.
No solo hay creencias familiares que te limitan. También la sociedad, las amistades y nuestros contextos modelan tus opiniones, perspectivas y percepciones. Así, que ocurra esto es algo normal. Lo importante es que seas capaz de detectar esos pensamientos (creencias) más funcionales.
Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de Pamukkale (Turquía) sobre las creencias poco lógicas o irracionales, señalan algo en lo que debemos pensar. Hay ideas que asumimos y damos por ciertas sin pensar ni reflexionar en ellas. Es más, nos sirven como protectoras para evitar las disonancias cognitivas y ni siquiera admitimos que las contradigan.
Para ello, a continuación señalamos una serie de creencias familiares que te limitan.
1. Tal cosa no se te da bien, es cosa de familia. Mejor ni lo intentes
Si nuestra mente fuera una parcela de tierra cultivable, determinadas creencias familiares serían como la mala hierba que hay que retirar. Es muy común que padres, madres, abuelos, tíos, etc. tiendan de etiquetar de manera temprana a los niños. “Pedro es igual de torpe en matemáticas que su padre”. “Marta es como su hermana mayor, una patosa para los deportes”.
Comparar e invalidar a los niños porque en un momento puntual no parecen ser competentes en algo, es un error recurrente. Tal vez, en la edad adulta continuemos dando por sentado que es mejor no intentar ciertas cosas porque alguien nos dijo una vez que no valíamos…
2. No te fíes… (de las mujeres, de los hombres, de tus amigos, etc.)
La desconfianza es una dimensión que suele transmitirse muchas veces de padres a hijos. Los miedos y los prejuicios son como el moho que pasa de una generación a otra. Así, entre las creencias familiares más comunes que solemos heredar están esas reticencias a depositar la confianza en las personas porque —según nuestros padres— en algún momento, nos traicionarán.
3. La familia siempre es lo primero
La familia es un pilar importante en la vida de toda persona, es cierto. Sin embargo, no podemos convertir esta idea en un axioma absoluto. Hay circunstancias particulares que pueden justificar, por ejemplo, tener que dejar la familia de origen a un lado por salud mental.
Por tanto, en ocasiones nuestras creencias hacen que asumamos que, aunque determinadas figuras familiares nos traten mal, es nuestra obligación aguantarlo.
4. Nadie te va a querer
«Con ese carácter que tienes nadie te va a querer», «mírate, si no cuidas más tu aspecto físico no vas a gustar a nadie»… Son muchas las personas que arrastran tras de sí esa losa, la de la autoimagen distorsionada a causa de todos los mensajes recibidos en la infancia y adolescencia.
En ocasiones, la forma en que nos percibimos a nosotros mismos, viene mediada por esas creencias familiares. Es momento de desactivarlas.
Cuidado, si no revisas las creencias familiares que te acompañan serás cautivo de por vida de ellas.
5. Creencias familiares que te inculcaron: ¡La vida es muy difícil, confórmate con lo mínimo!
En efecto, la vida no es un paseo ni un juego de parchís. La vida es un viaje lleno de imprevistos, pero no por ello vamos a rendirnos sin salir siquiera de puerto para navegar. Asumir que hay cosas que es mejor no intentar o que lo más adecuado es conformarnos con lo que vamos encontrándonos, no es un buen enfoque para nuestro desarrollo humano.
Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de California al respecto de las creencias poco lógicas o irracionales, nos señalaron algo en lo que vale la pena pensar. Hay ideas que asumimos y damos por ciertas sin pensar ni reflexionar en ellas. Es más, para evitar las disonancias cognitivas ni siquiera admitimos que nos contradigan.
Así, esto explica por qué muchas veces las creencias familiares nos abocan a permanecer en la zona de confort. Desafiar lo que nos han dicho implica valentía e incluso confrontar muchos de nuestros esquemas mentales. No obstante, hacerlo es prioritario.
6. No tienes talento, así que no sueñes con cosas imposibles
No sueñes, no elucubres, no hagas castillos en el aire y pon los pies en el sueño. Tú no tienes talento, así déjate de tonterías porque lo que debes hacer es buscarte la vida en cosas prácticas.
Son muchos los adultos a los que cortaron sus alas ya desde bien temprano con la clásica idea de que eso que soñaban, no servía de nada. Pocas cosas hay más nocivas que hacer pedazos los ideales de un niño, sus sueños y castillos en el aire. Creer que lo que soñamos y deseamos son meras entelequias nos aboca a una vida demasiado gris y ordinaria.
7. Creencias familiares que damos por ciertas: no te quejes, en esta vida hay que ser fuertes
“No llores, no protestes, no te quejes, esconde esa mala cara… ¡La vida es dura y hay que aguantarse!”. Este tipo de creencias familiares que nos inocularon durante nuestros primeros años, suelen tener serias consecuencia.
La obligación de ser siempre fuertes y de poder con todo es la base de nuestro sufrimiento psicológico. Tenemos derecho a ser vulnerables, a protestar, a llorar y a lamentar lo que duele. Desactivemos este tipo de ideas de nuestra mente y ganaremos en felicidad…
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- Amo, Victoria & Lieder, Falk. (2020). A gamified app that helps people overcome self-limiting beliefs by promoting metacognition.
- Balkıs, M., Duru, E. The Protective Role of Rational Beliefs on the Relationship Between Irrational Beliefs, Emotional States of Stress, Depression and Anxiety. J Rat-Emo Cognitive-Behav Ther 37, 96–112 (2019). https://doi.org/10.1007/s10942-018-0305-7
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