8 autocuidados para el psicólogo

Para poder ayudar a los demás, necesitamos estar bien. Frente a este imperativo, existe un peligro implícito a nuestra práctica profesional: el desgaste que puede suponer tratar de manera frecuente con los problemas de los demás. Esto es lo que puedes hacer para cuidarte.
8 autocuidados para el psicólogo
María Alejandra Castro Arbeláez

Escrito y verificado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Última actualización: 22 julio, 2020

Los psicólogos también somos seres humanos y no abandonamos esta condición, por suerte o desgracia, en nuestra práctica profesional. En este sentido, cuidar de nuestra salud suma a nuestra calidad como profesionales, especialmente si entendemos el riesgo que entraña, en lo que a desgaste se refiere, el ejercicio de nuestra profesión. Ahora bien, ¿cómo cuidarnos? De todas las situaciones a las que nos enfrentamos, ¿cuáles son especialmente peligrosas? Enumerando y describiendo los autocuidados para el psicólogo, trataremos de dar respuesta a estas cuestiones.

Los psicólogos ejercemos en diferentes contextos. En todos, la interacción con las personas es fundamental, en unas áreas nos dedicamos más al cuidado, en otras al liderazgo, la educación, etc. Con independencia de la especialidad, lo importante es que recordemos que, sin estar bien, no podremos ayudar a otros a que lo estén.

“Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma, sea apenas otra alma humana”.

-Carl Jung-

Psicólogo

El cuidado según la Real Academia de la Lengua española (RAE) es la ‘solicitud o atención para hacer bien algo’. El prefijo auto, quiere decir según esta, ‘propio o por uno mismo’. Entonces, el autocuidado sería aquella atención que nos otorgamos para que estemos bien. 

Si lo centramos en el psicólogo, el autocuidado tendría que ver con proporcionarnos bienestar a través de determinadas prácticas. Se trata de atender nuestra salud de manera integral. Hay varios caminos. Veamos:

El autoconocimiento es una actividad que todos practicamos en diferente medida. Deriva tanto de la experiencia como de la metaexperiencia. En los psicólogos se trata de una actividad con una importancia especial: es muy positivo para nuestra profesión no despistarnos, evitar caer en la tentación de proyectar una parte de eso que conocemos de nosotros sobre el otro.

Por otro lado, el autoconocimiento a nivel profesional también nos dirá a qué clientes vamos a poder ayudar y cuál será mejor que derivemos. Hablamos de una habilidad especialmente valiosa en la práctica clínica.

2. Autocontrol

Otro de los autocuidados para el psicólogo es el autocontrol. Según la RAE tiene que ver con ‘nuestra capacidad de dominio sobre nosotros’ y con ‘la evaluación o valoración de nuestros conocimientos y aptitudes’.

Potencia nuestro bienestar porque nos ayuda a trazar y a respetar límites establecidos en un estado de reflexión, donde prima el análisis y no determinados impulsos alimentados por unas circunstancias eventuales. Además, al gestionarnos de una forma asertiva, será más fácil conectar con el otro, a nivel personal y familiar.

La resiliencia es la capacidad con la que contamos de sobreponernos a los problemas. Para tender la mano a otros resulta útil, porque podemos compartir nuestra experiencia y el camino que nos resultó útil para lograrlo.

Por otro lado, al ser resilientes, podremos ser capaces de asumir con fortaleza asuntos de otros que puedan evocar experiencias propias, y ante los cuales solemos mostrar resistencia a través de nuestros mecanismos de defensa.

A los psicólogos clínicos nos sucede con frecuencia que un asunto de un paciente nos toca el alma; no se trata de algo de lo que nos debamos avergonzar, pero si hemos sabido sobrepasar nuestras adversidades, el toque será positivo, inclusive podría venir cargado de una esencia transformadora.

4. Asistir a psicoterapia

Esta es una buena práctica tanto para psicólogos clínicos como para aquellos que trabajan en otros ámbitos. Recordemos que a través de la psicoterapia podemos autoconocernos, solucionar problemas y sumar valor a nuestro trabajo. Una inversión que, realizada en los tiempos adecuados, puede ser muy rentable.

Además, va en sintonía con la resiliencia y la gestión emocional, esenciales para nuestra salud emocional. También, resulta beneficioso para nuestra salud física y social.

De la constante interacción con el otro, la fatiga tiende a acumularse. En este sentido, la psicoterapia es una buena herramienta para que este proceso se produzca de manera más lenta. Por otro lado, una supervisión psicoterapéutica bien realizada podría ayudarnos a limar esos pequeños vicios que todos adquirimos con el tiempo.

5. Atención a las redes de apoyo

La salud social es indispensable para nuestro bienestar. Por lo tanto, es una de las formas de autocuidados para el psicólogo en la que debemos hacer hincapié. Se trata de atender nuestra conexión con los demás, a nivel profesional, porque la empatía es una de nuestras habilidades básicas; y a nivel personal para contar con fuentes de apoyo.

Para potenciarlas, hace falta, cultivar las relaciones, sobre todo, cuando se trata de personas nutritivas. También, es importante poner límites, así los demás, no se pasarán con nosotros y estaremos mejor. Podemos hacerlo a nivel profesional, teniéndolo en cuenta como elemento terapéutico. Además, a nivel personal, para mostrarle a los demás, hasta dónde pueden llegar con nosotros.

De hecho, podríamos aplicarlo a la hora en la que personas cercanas nos digan “tú que eres psicólogo ayúdame a..”, diciéndoles que eso hace parte de nuestro trabajo y contándoles cómo funcionaría desde lo laboral.

6. Te cuido y me cuido

En línea con el punto anterior, el trabajo del psicólogo se asocia al cuidado del bienestar del otro. Un interés que a veces nos hace implicarnos más allá de lo que podemos asumir desde una forma de proceder responsable.

Además, en nuestra voluntad de ayuda, puede suceder que nos descuidemos por estar para el otro. Una entrega que a la larga va a terminar penalizando precisamente la calidad de la ayuda que podamos ofrecer.

7. Prácticas basadas en la consciencia

Sobre este aspecto, Nancy Morales nos ayuda a reflexionar con su tesis, recogiendo diferentes investigaciones que han evidenciado que los psicólogos llegan a desarrollar burnout si no realizan prácticas de autocuidado.

Ser conscientes de nuestras necesidades evitará que alcancemos ese momento en el que solo es necesaria una última gota para desbordar el vaso de nuestro autocontrol. Para potenciar la consciencia podemos realizar múltiples actividades; por ejemplo, la meditación, observar sin juzgar, desapegarnos de resultados, aceptar y dejar ir, escucharnos y conectarnos con el momento presente, entre otras.

Mujer meditando

8. Desconectar de nuestro trabajo

La desconexión implica darle a cada momento su espacio. Entender cuándo es mejor que nuestra atención quede liberada de nuestra voluntad consciente -por ejemplo, cuando queremos descansar- y cuándo es mejor que no -por ejemplo, cuando estamos en consulta con un paciente-.

También, es necesario que establezcamos una escala de prioridades en la que queden protegidos, al menos, los planos más importantes en los que se conjuga nuestro bienestar; es decir, el físico, el emocional, el social y el espiritual. Te mostramos algunas actividades que pueden ayudarte en este sentido:

  • Realizar ejercicio físico.
  • Reunirnos con nuestros seres queridos.
  • Compartir con nuestra pareja.
  • Comer de forma consciente.
  • Darnos espacio para estar solos.
  • Jugar.
  • Realizar arte.
  • Escuchar música.
  • Meditar.

En suma, los psicólogos podemos autocuidarnos de diferentes maneras. Lo importante es tenerlas presentes y acudir a ellas con frecuencia: serán una ayuda valiosa para enfrentarnos al desgaste derivado de la práctica profesional.


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  • Merlano, A. (2011). Prácticas para desarrollar la autoconsciencia. 
  • Revista científica de pensamiento y gestión, 17, 
  • 134-160. Morales Micula, N.G. (2017). Herramientas y estrategias utilizadas para psicólogos clínicos cuatemaltecos que trabajan como psicoterapeutas. Tesis de grado.
  • Universidad Rafael Landívar. 

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