Asertividad: la importancia de saber decir que «no»
Decir que «no» de manera asertiva les permite a las personas defender sus deseos, necesidades y derechos sin menospreciar los ajenos. Además, es el medio a través del cual se establecen los límites saludables.
En un mundo donde las relaciones tienen una función central, comunicarse de manera asertiva es una herramienta indispensable para tener vínculos sanos y una buena convivencia. En este artículo profundizaremos en la asertividad y describiremos una serie de estrategias para decir que «no» de manera efectiva.
Qué es la asertividad
La asertividad es la capacidad del ser humano para relacionarse y comunicarse con otras personas, respetando los derechos de uno mismo y de los demás. Lo cual, entre otros aspectos, implica saber decir que «no».
En este sentido, cabe mencionar que es necesario aprender a establecer límites para tener el control de la propia vida. Esto ayuda también a no ceder ante manipulaciones y chantajes emocionales. Así, cuanta más asertividad se demuestre, mayor será la seguridad que uno mismo desarrolle.
Pero ¿cómo es una persona asertiva? Es alguien que sabe expresar sus deseos de una forma amable, directa, honesta y educada. Se trata de saber encontrar un equilibrio entre dos extremos igual de malos:
- la pasividad y la sumisión
- la agresividad y la imposición
Para lograr ser asertivos, se debe aprender a determinar en qué momentos hay que negarse y en qué situaciones hay que decir que sí y aceptar el requerimiento de otros. De modo que uno sepa defender los propios derechos, sin lastimar, ofender o perjudicar a nadie.
¿Cómo son las personas con poca asertividad?
Las personas que no son asertivas tienen una serie de rasgos en común que son identificables, entre los que se encuentran:
- Son susceptible de caer en manipulaciones.
- Se alejan de cualquier tipo de controversia.
- Desean agradar y llegan a sacrificar los propios deseos y necesidades.
- Creen que para ser aceptados no pueden negarse a nada.
- Se comportan motivados por el miedo al rechazo y la falta de afirmación en las propias ideas.
Ahora bien, por otro lado, encontramos que existe otro tipo de perfil en las personas con poca asertividad y lo podemos entender como lo opuesto a un carácter pasivo. Algunas de sus características son las siguientes:
- Pueden ser hostiles, agresivos.
- No tiene buena escucha.
- Pueden actuar a la defensiva ante una crítica constructiva o comentario.
- No son buenos negociadores.
- A veces pueden ser soberbios, groseros e insultantes.
Las personas con estos tipos de perfil necesitan cambiar su forma de pensar y de actuar, pues de lo contrario, experimentarán una gran insatisfacción personal, sacrificando el propio bienestar vital.
La importancia de decir que «no»
Una de las claves de la asertividad es saber decir que «no». Esto, al principio, puede resultar muy complicado. Puede que uno haya sido educado para complacer y agradar a los demás y que se sienta culpa al negarse a hacer algo en una situación determinada.
Para aprender a decir «no», es importante conocerse a uno mismo y tener claro cuál es la escala de valores que se tiene y cuáles son los fundamentos en los que uno se basa para seleccionar aquellas cosas que se quieren o no hacer.
«Es un gran mal no saber decir con resolución sí o no».
Esto es fundamental para tomar decisiones de una forma razonada y con base en las propias convicciones. De igual forma, es esencial para evitar los comportamientos precipitados e impulsivos de los que uno se puede arrepentir. Veamos otras razones sobre por qué es importante decir que «no»:
- Impide la manipulación: Al no saber decir que «no», las demás personas pueden aprovecharse para obtener ventajas y beneficios a costa de la falta de asertividad del otro.
- Mejora la autoestima: Decir que «no» incrementa la seguridad y la confianza en sí mismo.
- Evita el arrepentimiento: El «no» previene el arrepentimiento y la culpa de haber hecho algo que no se quería hacer.
- Favorece el uso de límites saludables: Negarse delimita un límite entre lo que se desea y está permitido hacer y lo que no. El «no» reafirma los valores de la persona que lo dice y enaltece su vida.
Si el «no» es tan importante, ¿por qué a algunos les cuesta decirlo? Entre las razones más destacadas encontramos:
- Presión social para ser complaciente.
- Miedo al rechazo o al juicio.
- Falta de autoestima o confianza.
- Deseo de evitar conflictos.
- Sentimiento de obligación o deber.
- Temor a perder oportunidades.
- Preocupación por dañar relaciones.
- Falta de asertividad.
- Inseguridad sobre las propias necesidades y deseos.
- Creencias culturales o familiares sobre la cortesía y el respeto.
Formas de decir que «no»
Negarse a hacer un favor o a cumplir con una petición no es nada sencillo para algunas personas. No obstante, esto se puede facilitar si se dice que «no» de un modo que le resulte más cómodo y que se ajuste a su personalidad. Para ello, existen varias formas de responder con una negación.
1. El «no» directo
Este «no» también es conocido como elemental porque es el modo más básico de negarse a hacer algo. Consiste en decir simplemente «no», sin dar rodeos ni disculparse. En ocasiones puede parecer un poco agresivo, pero todo depende del modo en que se diga.
Ejemplo
―¿Acompáñame a la fiesta de Juan hoy en la noche?
― No tengo ganas de salir.
2. El «no» empático
La asertividad empática de esta clase de «no» se utiliza cuando no se desea hacer sentir mal a la otra persona, pero no se quiere tampoco dejar de lado el deseo propio. Para ello, se reconoce la solicitud de otro y se validan sus emociones y argumentos.
Ejemplo
―Estoy muy atrasado con la entrega final del proyecto. ¿Podrías ayudarme a terminarlo?
―Noto que estás muy mal de tiempo y que estás agobiado por eso, pero no puedo ayudarte porque tengo mucho trabajo acumulado.
Para aplicar este «no» se puede usar también la técnica del Sándwich, que consiste en poner el «no» entre dos comentarios positivos. Por ejemplo:
―Juan, Andrés y yo saldremos a bailar por la noche. Ven con nosotros.
―Siempre me divierto mucho con ustedes. Pero esta noche quiero descansar. Estoy seguro de que se divertirán sin mí; ustedes saben cómo pasarla bien.
3. El «no» razonado
En este modo de responder, se ofrece una breve explicación sobre por qué se está diciendo «no». La finalidad es obtener un poco de comprensión por parte de la otra persona.
Ejemplo
―Vamos a un bar y nos divertimos un poco.
―No puedo porque tengo terminar un informe que tengo que entregar mañana.
4. El «no» con opción a futuro
A veces, las personas tienen que decir «no» cuando en realidad quieren decir sí, pero por motivos externos no pueden hacerlo. En estos casos, lo recomendable es negarse y dejar abierta la posibilidad.
Ejemplo
―¿Quieres ir a cenar con mi familia mañana?
―¡Me encantaría!, pero mañana no puedo porque ya tengo otro compromiso. ¿Podemos agendar la cena para pasado mañana o para otro día?
5. El «no» indagatorio
Este «no» es parcial, no es una negación total. Se usa cuando no se puede cumplir con toda la solicitud o petición, pero sí con una parte más asequible de ella. La persona debe preguntar si es posible ayudar de otra forma.
Ejemplos
―Ayúdame a asear toda la casa, por favor.
―No tengo tiempo para ayudarte a asear toda la casa, pero ¿puedo colaborarte a organizar el desorden de la cocina?
Otro ejemplo:
―Ayúdame a construir el marco teórico de mi tesis.
―Entiendo la importancia del marco teórico en tu tesis y me halaga que consideres que puedo contribuir. Sin embargo, no tengo tiempo para asumir la tarea completa. ¿Hay algún aspecto más específico o menos exigente en el que podría ofrecerte mi ayuda?
6. El «no» aplazado
Consiste en no dar una respuesta inmediata. Es una reacción muy útil cuando la situación sobrepasa los recursos de afrontamiento, cuando la persona tiene muchas dudas o cuando la solicitud ha sido sorpresiva y, además de eso, es muy demandante.
Ejemplo
―Mañana no puedo venir a trabajar por razones familiares. ¿Podrías cubrir mi turno, por favor?
―No puedo darte una respuesta ahora mismo. Déjame que revise si tengo otros compromisos y te informo en unas horas.
Técnicas asertivas para decir «no» ante las insistencias
Hay quienes no se dan por vencido cuando escuchan un «no», e insisten hasta el cansancio. ¿Qué se puede hacer en estos casos? Hay varias técnicas asertivas que se pueden emplear. Veamos algunas de ellas.
1. Técnica del disco rayado
Esta técnica para decir que «no» consiste en repetir la negación y mantenerse firme en la posición asumida a pesar de la insistencia de la otra persona. Debe aplicarse con calma y mucho respeto.
Ejemplo
Veamos el siguiente diálogo que Olga Castanyer presenta en su libro Asertividad en el Trabajo :
—Deberías hablar primero con Luis para que te diga exactamente cómo tienes que enfocar este documento.
—Prefiero empezar a hacerlo por mi cuenta. [Disco rayado].
—Pero es que él te puede dar mucha información.
—Tengo suficiente información, voy a empezar a hacerlo solo. [Disco rayado].
—Pero ¿qué trabajo te cuesta? Sabes que Luis no tiene ningún problema en hablar
contigo.
—Lo sé, pero voy a hacerlo sin su ayuda. [Disco rayado].
—Tú verás, pero puedes meter la pata.
—Puede, pero prefiero equivocarme yo solo. [Disco rayado].
2. Técnica para procesar el cambio
Esta estrategia se basa en el desplazamiento de la atención hacia la situación. La finalidad es mostrarle al otro la conversación y su insistencia a pesar de que ya se le ha dicho que «no» varias veces.
Ejemplo
—Anímate, no seas tan aburrido, vamos a la fiesta.
—Llevas un rato insistiendo. Ya te dije que no quiero ir, y no cambiaré de opinión.
3. Técnica del banco de niebla
Esta técnica es conocida también como «técnica de la claudicación simulada». Se utiliza para manejar situaciones o críticas sin entrar en discusiones. Se trata de darle la razón de manera parcial a la otra persona, pero negándose a la vez a acceder a lo que pide.
Ejemplo
Veamos otro diálogo ilustrativo tomado de Asertividad en el Trabajo:
—Utilizas demasiados adjetivos en este artículo, deberías suprimir alguno porque queda muy denso.
—Sí, quizá tengas razón.
—Esta frase, por ejemplo, yo la redactaría de otra forma.
—Sí, claro, se puede redactar de muchas maneras.
—Quedaría más clara.
—Puede, pero a mí me gusta así.
—Léetelo otra vez y lo verás.
—Creo que lo voy a dejar así.
4. Técnica de ignorar
Como su nombre lo indica, se trata de ignorar a la otra persona cuando se ha vuelto muy insistente. Como en todas las técnicas, se aconseja usar un tono de voz amable y tranquilo para evitar hacer sentir mal a la otra persona.
—Ayúdame a escribir ese informe, por favor.
—Como ya te he dicho, no puedo ayudarte con el informe. Parece que este tema está causando tensión, así que tal vez sea mejor no volver a hablar sobre él.
Para aplicarla también se puede manifestar de forma explícita la intención de ignorar la conversación, por ejemplo: «A partir de ahora, si sigues insistiendo en lo mismo, no te responderé. Ya conoces mi respuesta, así que no es necesario que vuelva a repetirla una y otra vez».
Es recomendable no recurrir a esta técnica como primera opción, dado que podría percibirse como descortés o grosera. Su uso más efectivo se da cuando otras estrategias, como la técnica del disco rayado, han sido ineficaces y la persona continúa insistiendo de manera incesante.
El derecho de decir que «no»
Mucha gente piensa que cuando le piden algo se convierte en una especie de obligación decir que sí. Así, cuando no pueden hacer la tarea o el favor que se les pide, comienzan a pensar en diversas excusas para justificarse.
Sin embargo, todas las personas tienen el derecho a ser asertivas, lo cual implica:
- Decir que «no» sin dar explicaciones: Con un «lo siento, no puedo», sería suficiente. Pero también se puede, como hemos visto, realizar una respuesta más elaborada y empática, diciendo un «lo siento mucho, me encantaría ayudarte, pero me viene fatal».
- No tener que responsabilizarse de los demás: Esto no significa que se les desatienda. Una cosa es ayudar y servir a quien lo necesite, y otra es que se aprovechen de la buena voluntad que uno tiene. Para no caer en este error, es conveniente evaluar la situación, analizando si realmente esa persona necesita ser ayudada, es decir, observando si la tarea que a uno le piden la podría realizar la otra persona sin problema.
En definitiva, es importante saber e interiorizar que nadie está obligado a nada, que decir «no» es un derecho personal que hay que poner en práctica con asertividad. Su uso impactará de manera positiva la vida de quien lo utilice de manera adecuada y respetuosa.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Castanyer, O. (2011). La asertividad: expresión de una sana autoestima. Desclée De Brouwer.
- Castanyer, O., & Ortega, E., (2013). Asertividad en el Trabajo. Conecta. https://www.academia.edu/44414841/Asertividad_en_el_trabajo_LIBRO
- Graziano, P. (s.f.). Aprender a decir que No. Cómo poner límites. Psicología Estratégica. Consultado el 21 de septiembre de 2023. https://psicologia-estrategica.com/aprender-decir-no-poner-limites/
- Center for Clinical Interventions. (s.f.). How to say “no” assertively. WA Health. https://www.cci.health.wa.gov.au/-/media/CCI/Consumer-Modules/Assert-Yourself/Assert-Yourself---06---How-to-Say-No-Assertively.pdf