¿Cómo ha influido la tecnología en la sexualidad?

La introducción de la tecnología en nuestra sociedad ha hecho que nuestra sexualidad cambie de forma radical.
¿Cómo ha influido la tecnología en la sexualidad?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 01 febrero, 2022

La tecnología y las nuevas formas de comunicación son una de las variables que más han condicionado la composición de la sociedad actual. Han ido cobrando protagonismo de manera gradual y sin descanso. Además, prácticamente no hay ámbitos o campos que hayan evolucionado indiferentes a su presencia. De esta forma se han convertido en protagonistas en el terreno del descanso, la alimentación y, por supuesto, la sexualidad.

Son muchas las tecnologías, pero quizás la más omnipresente y perturbadora son los teléfonos móviles. En el campo de la sexualidad, ahora no es necesario tener un encuentro personal. Ni siquiera estar físicamente con otra persona para mantener una relación sexual.

¿Cómo ha influido la tecnología en la sexualidad?

En primer lugar, la tecnología ha puesto a nuestro alcance una cantidad inmensa de contenidos relacionados con la sexualidad. Información, pero también espacios de debate virtuales. Películas, más o menos explícitas, con una enorme carga sexual y sin ningún tipo de censura. Contenido que podemos consumir cuando y como queramos.

La ausencia de censura ha contribuido a terminar con muchos tabús, pero ha generado otros muchos. Sin ir más lejos, los análisis que se han hecho sobre cine de contenido adulto revelan que las escenas que se ruedan poco o nada tiene que ver con la realidad. Por otro lado, en otras muchas la mujer es tratada como un objeto o se refuerza la idea de que su negativa a mantener relaciones sexuales es fingida.

teclas x representando la tecnología en la sexualidad

El hecho de que Internet ponga a nuestra disposición este tipo de información no es negativo. Sin embargo, debemos ser conscientes de que no solo los adultos pueden tener acceso a ella. Lo ideal no es reforzar nuestras ideas y creencias sobre los encuentros sexuales, sino que sepamos diferenciar lo que vemos en Internet o en cualquier película de la realidad.

Sexting

Otra de las formas en las que ha influido la tecnología en la sexualidad es en la manera de relacionarnos con los demás. Ya sean estas personas conocidas o no. El envío de fotos o vídeos son contenido sexual más o menos explícito ha constituido una auténtica revolución.

El sexting, en muchas ocasiones, es esa chispa que necesitan muchas parejas para impulsar su deseo sexual. Por lo tanto, puede ser una herramienta bastante valiosa. Sin embargo, debemos ser conscientes de que el contenido enviado puede ser enseñado o compartido con otras personas.

Aplicaciones para ligar

También nos encontramos con las aplicaciones para ligar. Estas aplicaciones han disminuido mucho el coste de empezar una relación al tiempo que habrían un mundo de posibilidades. Gracias a estas aplicaciones o páginas podemos conocer el gusto de un buen grupo de personas y decidir si lo que nos presentan encaja con lo que buscamos. Es como si el bar en el que ligamos se hubiera convertido en todo el país, sabiendo además que todas las personas que están en ese lugar buscan una relación.

Gracias a este tipo de tecnologías es mucho más fácil que encontremos a una persona afín a nosotros. Hay más dónde elegir y por lo tanto podemos ser más selectivos. Además, todo esto se produce muy rápido, respondiendo a la necesidad de muchas personas que se desesperan porque no tienen tiempo para responder a las obligaciones que les han impuesto o elegido y además buscar pareja.

La parte mala es que no siempre en los perfiles de estas aplicaciones la persona cuenta la verdad. También ocurre que, ante una oferta tan amplia, las relaciones tienden a romperse con más facilidad, sin llegar realmente a conocer al otro. Así, muchas personas pasan igual que muchos días, sin que nos demos cuenta.

La vinculación afectiva ha cambiado

La vinculación afectiva ha cambiado. Nos encontramos con aplicaciones en las que hay muchas personas. Personas con las cuales decidimos interactuar si nos gusta su foto. A través del chat de la propia aplicación nos comunicamos con ellas e iniciamos un cortejo.

Muchas personas consideran que esto es un ventaja, ya que al ser tímidas se encuentran en su propia personalidad o en sus propios miedos un obstáculo muy serio para conocer al otro. Sin embargo, el precio de salvar este obstáculo utilizando la tecnología es que es mucho más complicado conocer al otro. Además, evitar situaciones en las que tenemos que poner en práctica nuestras habilidades sociales evita que las desarrollemos.

“… el caso de Tinder y otras aplicaciones o plataformas parecidas buscan llenar el vacío que produce la soledad de una sociedad conectada en redes digitales. Pero no en redes humanas, en una sociedad que ha desgastado la colectividad y sobrepone la individualidad y el alejamiento de las y los otros”.

Chico mirando el móvil por la noche representando la tecnología en la sexualidad

Hoy existe más desconfianza entre las parejas

Una consecuencia de la forma en la que vivimos nuestra sexualidad es que hoy existe más desconfianza entre las parejas. Incluso por cuestiones tan absurdas como incluir entre los amigos de una red social a una nueva persona que la pareja no conozca. Como podemos darnos cuenta, la tecnología en la sexualidad ha tenido un claro impacto. Sin embargo, Espinoza Rojas señala lo siguiente:

“La sexualidad que vivimos en la actualidad es diferente y cambiará a medida que vayamos nosotros, como sociedad, cambiando. No obstante, siendo conscientes de cómo influye la tecnología en la sexualidad. También, en la manera en la que nos vinculamos con los demás, sería conveniente reflexionar sobre esto: tal vez creamos que estemos más cerca cuando, en realidad, nos alejamos más los unos de los otros”.


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  • Sánchez Zaldívar, S., & Iruarrizaga Díez, I. (2009). Nuevas dimensiones, nuevas adicciones: la adicción al sexo en internet. Psychosocial Intervention18(3), 255-268.

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