¿Tienes comportamientos tóxicos? Cómo identificarlos y qué hacer para mejorar tus relaciones

Reconocer comportamientos tóxicos es el primer paso para desarrollar cambios. En este artículo te contamos cómo puedes hacerlo y cuáles son las estrategias más efectivas para tener relaciones saludables.
¿Tienes comportamientos tóxicos? Cómo identificarlos y qué hacer para mejorar tus relaciones
Isabel Ortega

Escrito y verificado por la psicóloga Isabel Ortega.

Última actualización: 13 septiembre, 2023

Existen varias características comunes que pueden indicar que eres una persona tóxica. Estos signos se manifiestan en diferentes áreas de tu vida, como en las relaciones personales, las amistades, el entorno familiar o el laboral.

Ahora bien, en vez de utilizar la etiqueta «personas tóxicas», vamos a remplazarla por «comportamientos tóxicos», ya que nadie es perfecto y todos podemos tener actitudes negativas en algún momento de nuestra vida.

En este sentido, exploraremos qué significa tener estos comportamientos y te enseñaremos a identificarlos. Ademas, te ofreceremos una serie de recomendaciones para que puedas mejorar tus relaciones. ¡Toma nota!

¿Cómo saber si tengo comportamientos tóxicos?

De acuerdo con el portal Voices of Youth, las personas con comportamientos tóxicos suelen ser difíciles de tratar y perjudiciales para quienes les rodean. Sus actitudes afectan la energía y la motivación, lo que repercute de manera negativa en su entorno.

Identificar estas conductas requiere de un proceso de autoevaluación honesta y de reflexión. ¿Cuáles podrían ser algunos ejemplos de comportamientos tóxicos?: la manipulación, la agresión verbal o física, la crítica constante, la falta de empatía, el egoísmo extremo y la falta de respeto hacia los demás. En ese sentido, hay que estar atento a las siguientes señales:

  1. Control excesivo: cohíbes la libertad de las personas que te rodean e impones tus decisiones. Esto incluye también acciones como la coerción, la intimidación o la amenaza.
  2. Crítica constante: con frecuencia criticas y juzgas a los demás, en lugar de brindar apoyo o aliento. Esto puede minar la autoestima de la otra persona y deteriorar tu vida social.
  3. Negatividad persistente: tiendes a enfocarte en lo negativo y a difundir un ambiente pesimista a tu alrededor. La negatividad puede afectar la calidad de tus relaciones y la dinámica de los grupos en los que participes.
  4. Falta de empatía: no te preocupas por los sentimientos o las necesidades de los demás y te centras solo en ti mismo. La empatía es fundamental para construir vínculos saludables y comprender las perspectivas de los demás.
  5. Comportamiento manipulador: utilizas tácticas manipuladoras para obtener lo que quieres, como la culpa, el chantaje emocional o la victimización. Todas estas acciones erosionan la confianza y pueden dañar las relaciones a largo plazo.
  6. Falta de responsabilidad: evitas asumir la responsabilidad de tus acciones y culpas a los otros por tus problemas. Asumir la responsabilidad es fundamental para el crecimiento personal y la construcción de relaciones saludables.

Si identificas algunos de estos comportamientos en ti mismo, trabaja en ellos a través de la autorreflexión, el desarrollo personal y, de ser necesario, busca la ayuda de un profesional.



¿Cómo puedo detectar estos comportamientos tóxicos?

Estos actos pueden generar un ambiente negativo y perjudicar la calidad de vida de las personas afectadas. A continuación, te ofrecemos algunos pasos que puedes seguir para determinar si presentas dichos comportamientos y algunas claves para lidiar con ellos.

  1. Autoevaluación sincera: reflexiona sobre tu propio comportamiento y sé honesto contigo mismo. Examina cómo te relacionas con los demás, cómo respondes a sus emociones y necesidades, y cómo tus acciones pueden afectar a las personas que te rodean.
  2. Observa tu conducta: presta atención a los patrones de comportamiento que se repiten en tus relaciones. ¿Tienes tendencia a tener comportamientos críticos, manipuladores, negativos o controladores? ¿Ignoras o minimizas los sentimientos de los demás? Observa cómo reaccionas en diferentes situaciones y con diferentes personas.
  3. Escucha a los demás: a veces, las personas proporcionan retroalimentación valiosa sobre tus comportamientos. Pregúntale a alguien de confianza si ha notado algún comportamiento tóxico en ti. Escucha con atención sus comentarios y mantente abierto a recibir críticas constructivas.
  4. Lleva un diario: un cuaderno de notas puedes ayudarte a rastrear conductas tóxicas que te afligen. Al anotar lo que sientes, piensas y haces en tus relaciones cotidianas, puedes identificar esos patrones tóxicos de interacción.
  5. Asiste a terapia: otra manera de detectar estas disfuncionalidades es solicitar el acompañamiento y el análisis de un psicoterapeuta. Estos profesionales están capacitados para evaluar, identificar y tratar esta clase de comportamientos.

¿Qué hacer al detectar alguna señal?

Una vez hayas notado la presencia de alguna señal de conductas tóxicas, sigue los siguientes pasos:

  1. Acepta la responsabilidad: es importante asumir la responsabilidad de tus acciones. Reconoce que tienes áreas en las que puedes mejorar y que tus acciones afectan de manera negativa a los demás.
  2. Busca ayuda profesional si es necesario: si descubres que tienes dificultades para cambiar por tu cuenta, considera ir a terapia y buscar la ayuda de un terapeuta. Ellos pueden proporcionarte orientación y apoyo personalizados para trabajar en tus áreas problemáticas.
  3. Desarrolla la autoconciencia y la autorreflexión: dedica tiempo a conocerte a ti mismo y a reflexionar sobre tus pensamientos, emociones y acciones. Observa cómo te sientes en diferentes situaciones y cómo eso puede influir en tus respuestas y comportamientos.
  4. Aprende nuevas habilidades: busca recursos y herramientas para desarrollar habilidades de comunicación saludable, empatía, gestión emocional y resolución de conflictos. La educación y la práctica constante pueden ayudarte a mejorar tus habilidades relacionales.
  5. Practica la autorregulación: aprende a manejar tus emociones y a responder de manera más constructiva, en lugar de reaccionar de forma impulsiva. Tómate un tiempo para pensar antes de responder y busca soluciones en lugar de alimentar conflictos.
  6. Sé amable contigo mismo: implementar cambios lleva tiempo y esfuerzo. Trátate con amabilidad y paciencia a medida que trabajas en tu crecimiento personal. Reconoce tus logros y celebra tus avances, por pequeños que sean.

El cambio y la mejora son posibles, pero requieren compromiso y esfuerzo continuo. A medida que te esfuerzas por ser una persona más positiva y saludable en tus relaciones, recuerda también tener expectativas realistas y compasión hacia ti mismo durante el proceso.

¿Cómo no sentirme culpable por tener comportamientos tóxicos?

Para empezar, reconocer y aceptar que has tenido comportamientos tóxicos es un paso importante hacia el crecimiento personal y la mejora de tus relaciones. Podrías reconocer tus acciones y asumir la responsabilidad de ellas. También acepta que pudiste cometer errores y que tus comportamientos tuvieron un impacto negativo en los demás.

Luego, examina tus comportamientos tóxicos y reflexiona sobre las causas subyacentes. Intenta comprender por qué actuaste de esa manera y qué necesidades insatisfechas pueden haber contribuido a ello. Utiliza esta reflexión como una oportunidad para crecer y aprender.

Recuerda que eres humano y que cometes errores como todo el mundo. Por lo tanto, perdónate a ti mismo por tus acciones pasadas y reconoce que puedes aprender y cambiar. Si es apropiado y no perjudica a nadie, discúlpate con las personas que se vieron afectadas por tus comportamientos tóxicos. Expresa tu arrepentimiento sincero y muestra un compromiso genuino de mejorar.

En paralelo a todo ello, trabaja en desarrollar habilidades de comunicación, empatía, resolución de conflictos y gestión emocional. Cuida de ti mismo física, emocional y mentalmente.

¿Qué más se puede hacer para lograr este objetivo? Haz actividades que te hagan sentir bien y que fomenten tu bienestar. Esto te ayudará a fortalecerte y a estar en una mejor posición para construir relaciones saludables en el futuro.

Por último, habla con amigos de confianza, seres queridos o un profesional de la salud mental sobre tus sentimientos de culpa. ¿Por qué debes hacerlo? Compartir tus pensamientos y emociones puede brindarte una perspectiva externa y apoyo durante tu proceso de crecimiento y cambio.

Aunque cambiar y mejorar lleve tiempo y esfuerzo, lo más importante es que seas consciente y te comprometas a hacerlo, tomando medidas concretas para desarrollar vínculos más saludables en el futuro.

¿Cómo mejorar las relaciones interpersonales y cultivar relaciones saludables?

Cultivar relaciones saludables y mejorar las relaciones interpersonales requiere tiempo, esfuerzo y compromiso. Veamos, a continuación, algunas estrategias y consejos que pueden ayudarte.

Comunicación efectiva

La comunicación abierta y honesta es fundamental para construir relaciones saludables. Escucha a los demás, muestra interés en lo que tienen que decir y expresa tus propias necesidades y sentimientos de manera clara y respetuosa.

Establecer límites saludables

Aprende a establecer y respetar límites personales. Comunícalos de manera clara y directa, y respeta los de los demás. Esto ayuda a mantener un equilibrio saludable en las relaciones y evita la sensación de invasión o agotamiento.

Practicar la empatía

Intenta comprender y conectar con los sentimientos y experiencias de los demás. Ponerte en su lugar y mostrar compasión y empatía fortalece la conexión y la intimidad en las relaciones.

Fomentar la comunicación abierta

Crea un ambiente seguro y de confianza en el que las personas se sientan cómodas compartiendo sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones. Evita juzgar o criticar, muestra apoyo y comprensión.

Construir confianza

La confianza es esencial en las relaciones saludables. Cumple tus promesas, sé honesto y confiable, y demuestra consistencia en tu comportamiento. Si has perdido la confianza de alguien, trabaja en reconstruirla siendo transparente y respetuoso.

Practicar el respeto mutuo

Reconoce y valora la individualidad y las diferencias de los demás. Respeta sus opiniones, decisiones y creencias, incluso si difieren de las tuyas. Evita los insultos, las críticas destructivas y el menosprecio.

Manejar los conflictos de manera saludable

Los conflictos son inevitables en las relaciones y es importante abordarlos de manera constructiva. Escucha todas las perspectivas, busca soluciones de compromiso y evita ataques personales. Aprende a manejar tus emociones y a comunicarte de manera asertiva durante los desacuerdos.

Practicar el apoyo mutuo

Estar presente y apoyar a las personas en su vida es crucial para construir relaciones funcionales. Ofrece tu apoyo emocional, celebra los éxitos de los demás y brinda ayuda cuando sea necesario.

Desarrollar habilidades de resolución de problemas

Aprende a identificar y abordar los problemas de manera constructiva. Busca soluciones en conjunto y trabaja en equipo para resolver los desafíos que surjan.

Cultivar la amabilidad y el afecto

Pequeños gestos de amabilidad y afecto pueden fortalecer las relaciones. Expresa tu aprecio y gratitud, muestra actos de bondad y crea momentos positivos juntos.

Recuerda que no todas las relaciones pueden convertirse en saludables, y eso está bien. Lo más importante es que te comprometas a hacerlo y tomes medidas concretas para relacionarte mejor.



El cambio depende de ti

No olvides que reconocer comportamientos tóxicos es el primer paso para realizar cambios positivos. Así, podrás adoptar comportamientos más saludables y constructivos, con el fin de fomentar una mejor comunicación, fortalecer las relaciones y promover un entorno más positivo y armonioso.

El cambio de comportamiento puede ser un proceso desafiante y requiere tiempo, esfuerzo y autorreflexión. Sin embargo, es posible lograrlo a través de la toma de consciencia, la autodisciplina y el apoyo de profesionales, amigos o familiares. Es importante tener presente que todos somos responsables de nuestras acciones y que podemos elegir cómo nos comportamos.


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  • Valverde, Ledesma, J. (2017). Antídoto para personas tóxicas. Ediciones Internacionales Universitarias.

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