Creer o no creer en la psicología

Desentrañamos las razones que pueden llevar a una persona a decir: "yo no creo en la psicología". Hablaremos de la falta de conocimiento del proceso psicológico, del intrusismo y del respaldo científico que hay detrás del hacer psicológico.
Creer o no creer en la psicología
Loreto Martín Moya

Escrito y verificado por la psicóloga Loreto Martín Moya.

Última actualización: 30 diciembre, 2019

Cualquier persona ha escuchado la siguiente frase lapidaria: yo no creo en la psicología. De la misma manera, no son pocos aquellos estudiantes que, tímidamente, han alzado la voz comunicando que ellos estudian psicología. Tampoco son pocos los que se han llevado la misma respuesta: “yo no creo en la psicología“. Así, hoy queremos plantearnos esa misma duda social, la de creer o no creer en la psicología.

La creencia de que se puede creer o dejar de creer en una ciencia parece haberse extendido, siendo la psicología una de esas ciencias optativas.

No obstante, detrás de esa frase se esconden otro tipo de fenómenos, siendo esta el síntoma de procesos mucho más elaborados. La psicología no puede creerse o no, al menos en el mismo sentido que la religión.

Mente de persona con piezas de tetris

La psicología no es lo que la gente cree

Muchas personas parecen no creer en la psicología porque no saben qué es la psicología. Pueden intentar convencernos diciendo que la psicología no es más que una persona hablándole a otra persona, aconsejándole y diciéndole: “tranquilo, todo irá bien“. Por ello, estos individuos no creen en dicha disciplina, porque para ir a pagar a alguien para hablar, prefieren hacerlo con un amigo.

Estas personas, en realidad, no parecen entender qué se hace en un trabajo terapéutico ni todos los fenómenos que pueden subyacer a una emoción, una conducta o un pensamiento. Por ello, cuando dicen que no creen en la psicología, tienen toda la razón, puesto que su concepción de psicología es totalmente errónea y está poblada de prejuicios y estereotipos.

La psicología es una ciencia que no solo abarca hablar. Desde luego que la palabra es una de sus herramientas más potentes y útiles. No obstante, nada de lo que se dice en terapia es casualidad, y aún en el diálogo se está trabajando ya terapéuticamente.

Usualmente, un sujeto que no cree en la psicología tampoco sabe lo que se hace en una consulta psicológica: reestructuración cognitiva, TRE, EPR, técnicas de relajación, activación conductual, trabajo en habilidades sociales, autoeficacia, cambios en los estilos atributivos, ventilación emocional, conocimiento emocional, desensibilizaciones sistemáticas…

Por ello, si no se cree en la psicología porque en terapia “solo se habla”, es preciso tratar de entender “qué” se habla en terapia. La palabra es el vehículo del psicólogo para trabajar con el cliente.

Otro prejuicio muy arraigado en la sociedad es que muchas personas piensan que ir al psicólogo equivale a ser débil. Todos hemos escuchado aquello de que, en vez de ir al psicólogo, lo que la persona necesita es espabilar.

Por ello, en tanto que se relaciona con la debilidad de la persona, muchas personas dicen no creer en la psicología por que ello les haría poder ser considerados débiles.

No obstante, y en sentido opuesto a este pensamiento, es necesaria fortaleza y valentía para acudir al psicólogo. Reconocer que necesitamos ayuda, pensar que la actuación de otros puede resolver nuestro problema y solicitarlo es, en muchas ocasiones, el camino más inteligente.

El intrusismo intrincado en la psicología

La cultura popular, con frases hechas y conocidas por todo el mundo (“llorar no sirve para nada“, “la depresión se cura de esta manera“, “esta persona es rara y no va a cambiar nunca [una persona con TOC]”, “es un psicópata de manual“) ha provocado que la psicología, aparentemente, sea una disciplina que puede ejercer todo el mundo.

De hecho, no es raro que muchas personas intenten o piensen que juegan este papel con los amigos. Así, la psicología parece, en vez de una disciplina científica, una disciplina popular.

Esto alberga grandes peligros, puesto que aquel psicólogo formado puede, aparentemente de nuevo, ofrecer lo mismo que aquella persona sin formación que “sabe escuchar” o “da buenos consejos”. Entonces, ¿por qué acudir a un psicólogo cuando tengo un amigo con el que ya tengo confianza y que encima no cobra.

Este fenómeno está muy unido a la confusión y los mitos alrededor del trabajo del psicólogo. También podemos observar el intrusismo en la psicología en otras disciplinas como el coaching.

Aunque utiliza un 90 % de técnicas psicológicas, su formación no está reglada y tampoco necesitan estar titulados en esta disciplina. La psicología, por tanto, es una ciencia que puede ser, y de hecho, es dominada por todo aquel que tiene “psicología”. Por ello, “creer” en el trabajo del psicólogo es a veces difícil.

Mujer en el psicólogo

¿Faltan datos que validen la psicología?

Como es usual, el mayor interés por los artículos científicos proviene de aquellos cuya profesión está relacionada con esa disciplina. Así, lo normal es que los médicos lean artículos acerca de los nuevos avances en medicina y que los psicólogos lean acerca de las novedosas técnicas terapéuticas utilizadas, por ejemplo, en las terapias de tercera generación.

Aunque todo el mundo tiene acceso a ese tipo de artículos, lo normal es que las personas que no pertenecen a la profesión no tengan acceso o no sepan entenderlos ni interpretarlos. Así, al permanecer de alguna manera en la sombra, parece que las técnicas psicológicas de uso común no tienen una base científica que las respalde.

Esto, por supuesto, no es así. A través de infinitud de investigaciones, de estudios longitudinales, con muestras más o menos pequeñas, se ha probado, empíricamente, la eficacia de las técnicas y los métodos que se utilizan, dependiendo de para qué trastorno o afección. El psicólogo no usa, o no debería usar, aproximaciones cuya eficacia no ha sido comprobada.

Por todo lo mencionado, la pregunta “¿Creer o no creer en la psicología?” carece de sentido. Por encima de la fe, es la investigación la que dicta la mejor manera de proceder en consulta. Por otro lado, no creer en las técnicas psicológicas validadas empíricamente se asemeja a decir que la Tierra es cuadrada: podemos creer que lo es, pero en pleno siglo XXI no tiene mucho sentido.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.