¿Cuántos tipos de amor existen?

¿Cuántos tipos de amor existen?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Sonia Budner

Última actualización: 06 octubre, 2022

Para responder, vamos a tomar como referencia la teoría que hace algo más de dos décadas desarrolló la antropóloga Hellen Fisher, cuyo estudio continúa y no deja de sorprendernos. En este marco, serían tres los sistemas cerebrales que darían lugar a tres tipos de amor diferentes. Hablamos del impulso sexual, el amor romántico y el apego profundo.

En contra del ideal romántico, parece que podemos sentir interés y atracción por más de una persona al mismo al tiempo. Esto es debido a la neurobiología del amor. Así, es importante conocer como nos afecta este cóctel hormonal para entender un poco mejor nuestras “oscilaciones emocionales”.

Nos da muchas pistas para entender el origen de esa lucha que a veces libramos entre lo que deseamos y lo que sabemos que es más conveniente para nosotros. Esta teoría de los diferentes tipos de amor nos ayuda a trasformar algunas culpas que nos persiguen como sombras y a comprender a quién amamos, cómo amamos y por qué amamos.

El impulso sexual

Se produce tanto en hombres como en mujeres. Se buscan gratificaciones sexuales sin más pretensiones de futuro. Cuando alguien nos atrae sexualmente se desencadena todo un proceso físico y psicológico. Se produce un aumento de la presión arterial sistólica, se liberan azúcares y grasas y aumenta la producción de glóbulos rojos. Además, se producen alteraciones importantes a nivel neuronal y hormonal.

Este impulso es una necesidad tan básica como el hambre o la sed. Surge en el hipotálamo, órgano que controla las conductas básicas. El cerebro en estos estados produce básicamente dopamina, endorfinas, adrenalina y noradrenalina. Esta última es la que nos hace fijar nuestra atención en determinadas personas. Nos nubla el juicio y aumenta nuestra tolerancia al riesgo con tal de satisfacer nuestros deseos.

Mujer sintiendo atracción sexual por su novio

El amor romántico

Hoy sabemos que el amor romántico no es una emoción. Es un drive, un impulso. De hecho, uno de los impulsos más poderosos que posee el ser humano y que nos hace querer ver y estar con una determinada persona y solo con ella. Tiene el mismo efecto en el cerebro que sustancias como la cocaína y produce actividad en la zona tegmental ventral del cerebro y en el núcleo caudado.

Ambas zonas están vinculadas al sistema básico de recompensa y motivación. Hablamos del cerebro reptil. Se produce la misma combinación química que se da en los adictos, especialmente en los niveles de dopamina. También hay un área del cerebro que se desactiva en este estado de amor romántico: un parte de la amígdala asociada al miedo. Por eso, quizás, aquello de que “el amor es ciego”.

Se ha visto en los estudios que, cuando tenemos la sensación de rechazo, la actividad del sistema de recompensa en el núcleo accumbens continúa, como ocurre con las conductas adictivas. También produce actividad en la corteza orbitofrontal lateral, relacionada con los pensamientos obsesivos y en la corteza insular, asociada al dolor físico.

Al igual que con impulso sexual, los mecanismos que activa el amor romántico son los mismos en hombres que en mujeres, aunque en el amor romántico sí que se han encontrado algunas diferencias. En los hombres se activan más las zonas vinculadas a la integración de los estímulos visuales, mientras que las mujeres se activan más las áreas responsables de la memoria.

Apego profundo o cariño

Se da después de la estabilización de toda esa explosión de químicos en el cerebro que produce el amor romántico. Parece ser un proceso orientado a dirigir la relación de pareja hacia un proyecto a largo plazo.

En este estado los niveles de testosterona en el hombre bajan y en la mujer suben. Esto parece hacer más fácil la convivencia. Se activa el pálido ventral, un área del cerebro relacionada con el sentido del gusto y el placer, produciendo sensaciones de calma y estabilidad.

Pareja agarrada de la mano para representar el compromiso en las relaciones

Para no hacernos líos

En resumen, es posible irnos a dormir una noche sintiendo un profundo cariño y apego por la persona que tenemos a nuestro lado, a la par que nuestra mente divague enamorada perdidamente de otra persona e incluso sintiendo atracción puramente sexual por una tercera persona. Es decir, podrían darse los tres amores a la vez con “objetos” distintos.

Las teorías de la Dra.Fisher han sido tachadas de reduccionistas por algunos sectores, pero no hay duda del valor de la reflexión que nos plantean. Gracias a estas investigaciones sabemos más sobre la relación de nuestro organismo y nuestra vida afectiva. Si somos capaces de entender estos procesos y su funcionamiento, nos puede resultar más sencillo ordenar nuestras ideas, saber qué lugar ocupa cada persona en nuestra vida y por qué, gestionando nuestras tendencias más instintivas para que no controlen nuestras vidas.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.