Di adiós al dolor crónico con tu canción favorita

La música nos acompaña en los mejores y peores momentos de nuestras vidas. Además, puede ser terapéutica. Pero, ¿sabías que escuchar las canciones que más te gustan también puede ayudarte a aliviar el dolor crónico?
Di adiós al dolor crónico con tu canción favorita
María Vélez

Escrito y verificado por la psicóloga María Vélez.

Última actualización: 29 agosto, 2022

Desde los años 70 han sido numerosos los estudios que han investigado cómo la música puede ayudar en distintos procesos terapéuticos. Desde objetivos más intuitivamente relacionados, como facilitar el sueño hasta mejorar la comunicación en el autismo, reducir el dolor crónico, facilitar la memoria en el alzhéimer o promover la rehabilitación física tras un daño cerebral.

Muchos de ellos han descubierto que características propias de la música se relacionan con cambios en algunos factores psicofisiológicos. Por ejemplo, el ritmo o el volumen de la música con la tasa cardíaca o la respiración. Sin embargo, los resultados más interesantes se han encontrado al analizar lo que las personas experimentan al escuchar música.

Cuando escuchamos música, se activan regiones cerebrales relacionadas con las emociones, provocando la regulación de nuestro estado de ánimo. Además, si lo que estamos escuchando es un estilo musical o una canción que nos gusta, nos provocará una sensación inmediata de placer.

Mujer escuchando música
La música, por el placer que proporciona y por sus características, es una herramienta capaz de producir beneficios significativos en determinadas intervenciones.

La música y el dolor

Una de las aplicaciones terapéuticas que más han interesado a la comunidad científica y clínica ha sido el uso de la música para la reducción del dolor y sus efectos negativos. Los resultados han sido sorprendentes, ya que la música es capaz de disminuir la ansiedad relacionada con el dolor, su intensidad e incluso la dosis de fármacos opioides que los pacientes necesitan.

Para comprender mejor su asociación, a continuación explicaremos brevemente en qué consiste el dolor y cómo se expresa en el sistema nervioso.

¿Qué es el dolor?

El dolor es una experiencia que tiene tres componentes: sensorial, afectivo y cognitivo.

  • El componente sensorial se refiere a la información que llega al sistema nervioso a través de los nociceptores. En este “mensaje” se informa sobre la presencia y naturaleza del estímulo doloroso (punción, quemadura, presión…), su duración e intensidad.
  • El componente emocional y afectivo del dolor es el responsable de que esa información se interprete como desagradable y dolorosa como tal. Incluso, el dolor, a través de esta dimensión, es capaz de generar sensación de miedo o angustia.
  • El componente cognitivo es el encargado de dar valor y significado a lo que está ocurriendo y de poner en marcha los comportamientos correspondientes. Es decir, se refiere al conjunto de procesos mentales que rodean la experiencia. Entre ellos, el atender o no al dolor o hacer uso del conocimiento que tenemos sobre el dolor y experiencias previas. Así como describir la sensación con unas palabras u otras, o decidir qué acciones tomar para aliviarlo.

Estos componentes afectivo y cognitivo adquieren especial importancia en el dolor crónico, pues suponen un constante malestar físico y, especialmente, mental. Este sufrimiento extendido en el tiempo ha demostrado ser capaz de alterar el funcionamiento cerebral, pudiendo desembocar en otras patologías como trastornos de ansiedad o depresión.

El dolor crónico y tus canciones favoritas

Desafortunadamente, aún no están claros cuáles son los mecanismos por los que la música alivia el dolor crónico. Sin embargo, contamos con algunas pistas fruto e inspiración de multitud de investigaciones. Por un lado, el procesamiento de la música y de los componentes afectivo y cognitivo del dolor comparten una estructura cerebral concreta: la corteza cingulada anterior.

Esta está estrechamente conectada con la amígdala y gracias a esta unión está muy implicada en el procesamiento atencional y puede llegar a suprimir respuestas del sistema nervioso autónomo (como el dolor). Uno de los modelos que apoyan las intervenciones con música para el dolor se basa en este hecho.

Para el modelo de la vitalidad cognitiva, lo que facilita los efectos analgésicos de la música es que la experiencia sea significativa, recompensante y absorbente. Si la música nos gusta, se estimulará el sistema de recompensa, actuando como incentivo para que la persona preste atención y se mantenga conectado con esta. Si esto sucede, las sensaciones físicas dejarán de destacar sobre otros estímulos y la atención se dirigirá a la música y el placer que proporciona.

Además, los expertos han destacado el papel crucial de lo que se denomina agencia cognitiva. Este término hace referencia al sentido de control que una persona tiene sobre su ambiente. Así, si la persona elige la música que reproducir, se multiplicarán los efectos beneficiosos de la música sobre el dolor crónico.

Evidencias científicas

Recientemente, se han publicado varios artículos que nos informan de hallazgos muy interesantes relacionados con la música y el dolor crónico. En el año 2020, un grupo liderado por la Universidad de Japón, llevó a cabo una investigación sobre cómo escuchar el estilo de música favorito influye en el umbral del dolor y en la percepción del mismo.

Para ello, sometían a los participantes a una sesión de resonancia magnética funcional. En ella escuchaban música y recibían estímulos moderadamente dolorosos en la piel de sus brazos. Sus resultados mostraron que la sensibilidad al dolor era menor cuando las personas escuchaban su música favorita. Concretamente, el umbral del dolor aumentaba casi el doble cuando su CD favorito se estaba reproduciendo.

Los autores de este trabajo concluyeron que esto se debía a dos razones. Que la activación del giro cingulado anterior se atenuaba, en comparación con aquellos que oían la música elegida por los investigadores. Y que disfrutar de la música que uno elige distrae del dolor.

¿Pero y si este efecto se debe a la familiaridad que nos provoca oír canciones que conocemos? Esto mismo se planteó Claire Howlin de la Universidad de Londres. Junto con el resto del equipo, vieron qué ocurría a 286 personas con dolor crónico cuando le hacían creer que elegían la música y cuando no dependía de ellos.

Sus hallazgos indicaron que quienes pensaban que tenían el control sobre lo que escuchaban estaban más involucradas. Consecuentemente, sintieron un alivio mayor del dolor que llegó a ser significativo durante dos semanas.

Hombre con nota musical en el cerebro
Disfrutar de nuestra música favorita distrae a la mente del dolor.

¿Cómo pueden ayudarme?

Teniendo en cuenta cómo se procesa el dolor y cómo influye la música, lo que queda claro es que escuchar tus canciones favoritas pueden ayudarte a aliviar el dolor crónico. Sobre todo, lo más importante es que sea música que te gusta de verdad, que la disfrutes y te pueda abstraer de las sensaciones internas.

Esto es algo que celebrar, ya que para aliviar el dolor no será necesario escuchar una melodía concreta o un estilo que no nos resulta agradable, sino que cada persona puede encontrar beneficios en su música de preferencia, sea metal, clásica, pop o techno.

La clave está en prestarle atención. Así que si padeces de dolor crónico, prueba a practicar un poco de musicoterapia gratuita en casa. Dedica unos minutos al día a escuchar esas canciones que tanto te estimulan. Y, sobre todo, haz caso de lo que sientes que necesitas en cada momento. Si tus sentidos te piden una balada en lugar de música clásica, no dudes en ponérsela. Al fin y al cabo, es una intervención sin efectos secundarios reconocidos.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Howlin, C., Stapleton, A., Rooney, B. (2022) Relieve pain: reduced agency and active engagement predictive of pain intensity after listening to music. Plos One, 17(8): e0271329. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0271329
  • Lee, J. H. (2016). The Effects of Music on Pain: A Meta-Analysis. Journal of Music Therapy, 53(4), 430–477. https://doir.org/10.1093/jmt/thw012
  • Antioch, I., Furuta, T., Uchikawa, R., Okumura, M., Otogoto, J., Kondo, E., Sogawa, N., Ciobica, A., Tomida, M. (2020) Favorite Music Mediates Pain-related Responses in the Anterior Cingulate Cortex and Skin Pain Thresholds. Journal of Pain Research, 13, 2729-2737. https://doi.org/10.2147/JPR.S276274

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.